Alberto Cabrera ex
piragüista y actual entrenador de la escuela del
club Los Delfines atendía ayer al Faro Tv para hablar sobre el club, sobre su experiencia como deportista y como entrenador y sobre la participación de
dos ceutíes en los Juegos Olímpicos. El pasado mes,
la piragüista Isa Contreras se clasificaba en los próximos Juegos Olímpicos, Alberto Cabrera, quien fuera su entrenador cuando ella era cadete nos comentó cómo fue para ellos enterarse que la deportista del club Los Delfines había obtenido su plaza para Tokio: “Vimos la competición en directo por streaming y fue una locura. Sabíamos el puesto en el que tenía que entrar para conseguir la plaza y nos volvimos locos”.
Esta noticia supuso para el club un cúmulo de sensaciones, “me imagino que todo el que estuviera relacionado con el club y la estuviera viendo en directo, alguna lagrimita se le caería seguro. Yo por lo menos me hinché de llorar. Ya no solo ves a la deportista, ves a la persona y sabes todo lo que ha pasado para poder llegar ahí. Lo sientes como si fueras de su familia, sabes que ha pasado por situaciones muy críticas y todavía está a ese nivel, y mejorando cada año hasta que al final ha podido conseguir su sueño, es algo que yo creo que es indescriptible”.
Alberto Cabrera comenzó como entrenador en el año 2005 y fue con Isa Contreras con quién debutó en esta etapa, “empecé con ella precisamente, ella ya era cadete de primero y años anteriores cuando se apuntó yo era piragüista”. Desde su llegada a Los Delfines, la piragüista destacaba de una forma muy diferente “es una chica que destacó desde el primer día, por norma general es muy difícil encontrarte a un deportista que a lo largo de tantísimos años se mantenga a un nivel muy alto y siempre mejorando. Nosotros el ejemplo que hemos tenido aquí ha sido José Ramón López Díaz-Flor a la hora de conseguir resultados y mantenerse a un nivel tan alto pero es que no sabría si decirte si Isa ya está por delante o como un igual a ese nivel porque desde que tenia 12 o 13 años ya ganaba todo. Tiene algo innato que es muy buena, mas allá de que rompe cualquier tipo de estereotipo en nuestro deporte ”. Este miércoles Isa Contreras ya pone rumbo a Tokio, para el que fuera su entrenador y para el club que la vio crecer es todo un orgullo que después de tanto esfuerzo, haya conseguido lo que se propuso, “para nosotros es un orgullo brutal. Yo le digo muchas veces que yo creo que aunque yo lo valore a tiempo pasado, y ojalá que ahora en los juegos consiguiera una medalla. Ni una medalla en los Juegos Olímpicos, aunque se que para ella taparía todo lo que ha sufrido, ni una medalla estaría a la altura del esfuerzo y de lo que ha trabajado porque se queda corto. Una medalla de oro a cualquier deportista le aporta que ha merecido la pena pero para mí a nivel personal, ella vale mucho más que una medalla de oro en los Juegos Olímpicos”.
Para los más pequeños, que entrenan en el club, figuras como la de Isa Contreras o la de Díaz-Flor son todo un ejemplo a seguir “tenemos la grandísima suerte de que al final es un club muy familiar en el que desde el chico que ha estado en el equipo de competición o que no aportan y suman a que el club esté donde está y que el club siga creciendo. Luego encima en ese recorrido te encuentras a deportista con un nivel como Isa o Díaz-Flor, pero por detrás hay chicos como José Luis Gómez, como Joan, como Soler u otros que ya lo han dejado como Juan Granados. Hay muchísimos piragüistas muy buenos, tenemos la grandísima suerte de que el piragüismo, sobre todo en este club, ha tenido siempre un nivel muy alto. La implicación para cualquiera es la misma”.
“Con los ojos que miran a Isa era con los que yo veía a Díaz-Flor ”
Alberto Cabrera llegaba al club en el año 93, durante esta época coincidió con Díaz- Flor quien para él fue su mayor ejemplo “como piragüista he sido de los normalitos tirando a malo, pero si que es verdad que he coincidido con una generación brutal. Yo veía en aquella época a Díaz-Flor cuando coincidíamos con él porque íbamos a Madrid o que el venía a vernos a los campeonatos y me daba cuenta de la suerte que teníamos”. Otra figura clave durante su época como palista fue la de su entrenador, el mismo que lo animó a que comenzara su andadura como entrenador “el técnico que tuvimos, yo creo que aquí en el club ha marcado la gran diferencia porque nosotros a fin de cuentas lo que estamos siguiendo de una manera o de otra es el trabajo que él hizo. Yo empecé trabajando como conductor y él fue el que me propuso empezar a formarme para estar como trabajador. A la semana convocaron una junta directiva y el dijo que me proponía como entrenador. Estaré agradecido de por vida porque para mi Joaqui ha tenido mucho que ver en mi vida. Llevo aquí desde los 13 años y tengo 41, he pasado muchos años aquí y espero pasar muchos más”. El ex piragüista tiene muy claro que no cambiaría su actual puesto ya que disfruta compartiendo su pasión por este deporte “ni mi mayor resultado estará a la altura de esa sensación de querer enseñar algo que está más allá de los conocimiento, el fin es que disfruten de un deporte al que yo le guardo un cariño tremendo. En el club, trabajamos con la persona”.
“Si le das la confianza a la persona, ganas un buen deportista”
Si algo intenta inculcar el club Los Delfines a todos sus palistas es su filosofía para mejorar en todos los aspectos “al final te tienes que quedar con algo para que todo aquel que se haya montado en una piragua haya tenido la sensación de felicidad y le guste. En nuestro caso, es poner el corazón y el hacerle ver que es un deporte que te muestra una etapa de tu vida en la que vas a estar feliz. Si tú les das esa confianza de que vienen aquí a disfrutar estas ganando un buen deportista a largo plazo pero sobre todo estas ayudándolo a que sea una gran persona. Yo creo que lo que intentamos es proyectar que es una casa, en la que estamos encantados de tener deportistas buenos, pero que nuestra implicación es la misma cuando hay resultado o cuando no. Hay que saber perder, porque estamos expuestos a perder más de lo que vamos a ganar y quitar siempre la palabra frustración.” Cabe destacar el esfuerzo que supone estar a esos niveles de competición “lo importante es que el día de mañana puedas decir que eras feliz haciendo lo que te gustaba y que hiciste todo lo que estaba en tus manos pero es muy difícil lidiar con eso”.