La empresa municipal
Acemsa logró reducir el año pasado en 16 puntos porcentuales el volumen de
agua no controlada, las pérdidas que se producen en la red de Ceuta, que suma alrededor de 300 kilómetros de longitud. Si en 2022 se estimaba que ascendía a un 42%, en 2023 se quedó en un 26%.
Como consecuencia directa, el consumo de recursos hídricos se ha recortado hasta unos 17.000 metros cúbicos diarios y el pasado mes de enero marcó mínimos históricos superando muy ligeramente algunos días los 15.000.
El efecto es más consecuencia de las mejoras introducidas en la red de suministro que de la labor de concienciación para aminorar la utilización de agua sin derroche, ya que el volumen de recursos facturados se contrajo muy levemente.
En 2022 la planta de
Benítez desaló 8,1 millones de metros cúbicos y Acemsa facturó un total de 4,7. El año pasado la generación de agua para consumo de la población cayó un 25%, hasta 6,1 millones, y la facturada apenas se rebajó hasta 4,5 millones, según los datos a las que ha tenido acceso este periódico.
Según el gerente de Acemsa, Juan Manuel Sánchez Valderrama, tras las inversiones efectuadas de forma sostenida en la red esta está a punto de entrar en parámetros considerados aprobados, algo para lo que se suele exigir no perder más de entre un 15% un 25% del volumen suministrado.
La
producción de agua desalada en la ciudad se ha reducido tan sensiblemente en un año, además, muy seco. El 6 de diciembre y el 25 de febrero fueron las jornadas más lluviosas de 2023, pero en ninguna de las dos se alcanzaron los 50 litros de precipitaciones por metro cuadrado, muy lejos de los 184,4 que, por ejemplo, se registraron el 28 de abril de 2017.
Si la media anual cifra en unos 600 litros por metro cuadrado las precipitaciones acumuladas en Ceuta por ejercicio natural, en 2023 cayó un cuarto menos, alrededor de 460.
La Ciudad prevé poner una hectárea de placas solares sobre la planta de Benítez
Acemsa lleva “meses” suministrando a la población exclusivamente agua desalada para mantener los pantanos del Infierno y el Renegado en alrededor de un 50% de su capacidad, una forma de blindar una reserva estratégica para hacer frente a cualquier avería de consideración en Benítez y de no tener que tirar agua nunca por los aliviaderos en caso de lluvia copiosa. Los picos de producción más altos de la desaladora durante los últimos años se marcaron a mediados de junio y a principios de septiembre de 2022, cuando se tuvo que exprimir su capacidad máxima para generar cerca de 30.000 metros cúbicos diarios de agua. Acemsa prevé, en colaboración con Procesa, llenar la cubierta de la desaladora de placas de generación energética solar, aproximadamente una hectárea de superficie con la que será posible abastecer entre un 20% y un 25% de las necesidades de la infraestructura, cuyos costes eléctricos se dispararon “puntualmente” en 2022 sin que el sobrecoste se trasladase a la ciudadanía. La sociedad pública encargada de la gestión del ciclo integral del agua solamente utiliza actualmente agua depurada procedente de la EDAR para las labores de baldeo y riego, pero ello supone usar exclusivamente entre el 10% y el 20% de los recursos que pasan por la planta de Santa Catalina.
Hadú tendrá la primera galería de servicios subterránea
El ambicioso proyecto de mejora del espacio urbano de
San José-Hadú también incorporará una gran intervención de actualización de sus infraestructuras subterráneas en la zona de la calle Teniente Coronel Gautier, tal y como hizo Tragsa en su prolongación por Capitán Claudio Vázquez hacia Los Rosales. La
Ciudad Autónoma está actualmente “terminando de cerrar” los detalles de un proyecto que incluirá la primera galería de servicio bajo tierra, “un espacio desde el que todas las tuberías quedarán vistas de tal manera que la próxima vez que suframos una avería sea directamente visible”, según explica Sánchez Valderrama. La ciudad llega a ese tipo de iniciativa con un siglo y medio de retraso. Londres en 1866, Hamburgo en 1892, y París, a finales del pasado siglo, construyeron sus primeras galerías de servicios. Ese tipo de espacio es “una construcción subterránea, que sirve de pasadizo para poder instalar los elementos precisos que permiten llevar los servicios públicos a diferentes áreas de la ciudad, facilitando el trasiego de personal para su mantenimiento y explotación, así como para la introducción de materiales e instalaciones”. Barcelona puso en marcha a finales del siglo pasado un plan especial para construirlas en cinturones y avenidas.
El proyecto del colector de dos metros de diámetro, en fase de “actualización”
Acemsa y Procesa están revisando la inversión para colocar una tubería para residuales y pluviales de dos metros pensando en “los próximos cincuenta años”
Acemsa y Procesa están trabajando en la “actualización” del proyecto de instalación de la primera fase del gran colector de la bahía norte para colocar una tubería de dos metros de diámetro transitable que sustituya al canal por el que se trasladan actualmente las aguas residuales y pluviales (sobre en todo los edificios más antiguos no hay redes separadoras) hacia Santa Catalina, que se desborda puntualmente.
La intervención se planea “pensando en los próximos cincuenta o setenta años, ya que la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) está pensando para soportar más carga de la que tiene actualmente”.
El primer tramo, que iría desde el paseo de Las Palmeras hasta la estación de bombeo de San Amaro, con aproximadamente 600 metros de longitud, se había presupuestado inicialmente en 9,5 millones de euros. Dar solución global y completa al problema costará, se presume, unos veinte.
La configuración actual de la estación de bombeo de La Marina, que se eliminará cuando el proyecto esté completado, hace que se convierta “en la parte más débil del sistema de saneamiento” de Ceuta, por lo que obliga “a un constante mantenimiento con frecuentes averías y a limpiezas del vaso y de la galería que transporta hasta allí las aguas”.
Además, por su escasa pendiente se facilita el aterramiento haciendo que la sección útil disminuya, algo que se pone especialmente de manifiesto cuando se producen precipitaciones de cierta intensidad durante las cuales la galería entra en carga produciendo vertidos al exterior”.
El nuevo colector se encargará de recoger las aguas residuales del sistema actual en la glorieta del Poblado Marinero y llevarlas hasta la nueva Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) por gravedad.