El hermano mayor de la cofradía de Las Penas anima a toda la población a unirse para terminar con estos momentos delicados

 

El hermano mayor de la cofradía de Las Penas, Fernando Galindo, se ha dirigido a todos sus hermanos y ceutíes pero darles ánimos en estos momentos tan delicados. Asimismo ha insistido en “rezar por todas las personas que se han ido, por los que están sufriendo también y por todo el pueblo de Ceuta”.

Hoy es Jueves Santo, día en que debía procesionar por las calles de Ceuta, tanto el Cristo de la Humildad y Paciencia como la Virgen de las Penas. La suspensión de la Semana de Pasión ha provocado que no fuera posible, pero su hermano mayor ha intentado dirigirse a todos los devotos a través de un vídeo y una carta en redes sociales.

Galindo además ha insistido en la peculiaridad de esta Semana Santa “este año no se puede salir y no es por la lluvia, ojalá fuera eso. Es por algo mucho peor. Nos va a costar unos años para remontar este problema tan largo. Soy un hermano triste por no ver a sus Titulares en la calle, pero me dirijo al resto de hermanos para decirles que no se preocupen que las imágenes están el resto del año en la iglesia”.

Asimismo, el hermano mayor ha enviado una carta a todos los hermanos a través del Facebook de la hermandad con estas sentidas palabras:

“Que la emoción me embargara tras el antifaz de mi túnica, sería lo que mas me emocionaría en este momento, en este día. Pero, queridos cofrades de Ceuta, los caminos del Señor son inescrutables, y nos debemos a su divina voluntad. Todos sabemos las circunstancias que nos han traído a que hoy, Jueves Santo, estemos viviendo la pasión de Cristo desde nuestros hogares.

La Hermandad que me honro en dirigir, desde mi modesta labor como Hermano Mayor, ha trabajado intensamente durante todo el año para la salida procesional que podríamos haber vivido hoy. Porque, aunque el trabajo del cofrade se basa en una labor continuada que se va reflejando en los cultos y actos del devenir diario de la Hermandad, no podemos negar que el Jueves Santo, cuando esta se hace cofradía, cobra un valor inmenso el trabajo llevado a cabo.

Los cofrades, como siempre se ha dicho, vivimos de la tradición, de la costumbre, de los ritos asociados a nuestras creencias y de nuestra Fe. Este año, quizás, esta pandemia que nos asola haya podido acabar con algunos de estos aspectos, pero habrá algo que no podrán quitarnos: la Fe, la confianza en Cristo y en María, y la veneración a Dios que, más que nunca en estos días, traslada su Sagrario a nuestra casa, donde habita eternamente.

Esta tarde, cuando llegue la hora de que mi Hermandad se haga cofradía, no habrá ritos o costumbres en la Casa de Hermandad. No se verán antifaces azules por la Plaza de los Reyes, los costaleros no se empeñarán en cuidar su ropa para poder portar a Nuestros Sagrados Titulares, los músicos no afinarán sus cornetas esperando la hora, no andarán revoltosos los monaguillos por nuestro cortejo y, los capataces, no llamarán a los martillos de nuestros pasos. Pero si estará la Fe, la creencia en el Cristo de la Humildad y Paciencia y la Virgen de las Penas.

Pero, aunque todo esto ahora nos produzca una inmensa tristeza, cuando todo esto pase, Ellos seguirán ahí. Nuestro Cristo y Nuestra Virgen estarán en su capilla escuchando nuestras oraciones, nuestros rezos, nuestras súplicas y nuestros ruegos. Estarán donde siempre, invitándonos al Sagrario de nuestra Iglesia de San Francisco, donde encontramos a Dios permanentemente.

Por ello, os invito a vivir este Jueves Santo en la intimidad, como no nos queda mas remedio, pero con el convencimiento de siempre, las creencias de siempre, las reflexiones de siempre y la fe que mantenéis en vuestras vidas, que no es más que la fe en Dios que, los hermanos de “Las Penas” tenemos la suerte de vivir a través del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia y Nuestra Señora de las Penas. A Ellos, como hermano mayor, les pido que os bendigan siempre”.

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