Hace casi 26 años, Manuel Heredia y María del Carmen Bernal abrieron un pequeño horno en el número 4 de la calle Teniente José Olmo. Aquí se ha criado y ha pasado toda una vida ayudando a sus padres su hija Alba Heredia Bernal.
“El horno lo abrieron mis padres en 1995. De hecho, fue el primer negocio de punto de caliente de pan que se puso en Ceuta a parte de panaderías y aquí estamos sobreviviendo todavía”, cuenta Alba Heredia Bernal, propietaria de ‘El Horno Artesano’.
Tras toda una vida juntos sacando el horno y pastelería adelante, sus padres se jubilaron, por desgracia fallecieron y desde hace cuatro años es Alba la que se levanta cada mañana a las siete para sacar todo el trabajo adelante y poner en marcha el horno desde bien temprano. Aunque siempre les tiene bien presentes en una bonita fotografía en su tienda y se emociona al hablar de cómo ellos empezaron con el horno.
“Yo llevo como propietaria ya hace cuatro o cinco años, pero llevaba trabajando con mi madre aquí desde los 17 o 18 años que empecé a que ella me enseñara”, comenta emocionada Alba.
Una familia conocida por todos y un negocio que después de tantos años ha sabido mantener su esencia. “Empezamos con la tienda y era solo un local porque el muro no estaba y teníamos solo uno de los locales y al ampliar cogimos los dos. Nos fue mejor y pudimos hacerlo y ahora estamos manteniéndonos que no es poco”.
Este negocio familiar se ha ido ampliando con el paso de los años. Muchos pasan a diario por este céntrico horno a degustar algunos de sus conocidos dulces, tartas, hojaldres, pasteles, bollería dulce o salada o panes recién hechos.
“A parte del pan, hay panes especiales que tenemos y que es difícil encontrarlos en otros sitios como panes de queso, de chocolate, de pimientos y luego tenemos un surtido muy bueno de salados, que también son nuestro producto estrella y a la gente le gustan mucho”, continuó.
Las pequeñas empresas también tuvieron que adaptar sus horarios al estado de alarma que sufría el país debido a la pandemia provocada por el coronavirus, pero este horno al ser esencial pudo estar abierto durante los primeros meses de la pandemia y las tres trabajadoras de Alba pudieron mantener sus puestos.
“Conseguimos mantener abierto y no hemos tenido ninguna incidencia, entonces por ahora no hemos tenido que cerrar todavía , pero sí tuvimos restricciones de horas porque solo podíamos trabajar siete horas y decidimos abrir solo por la mañana, pero ya en octubre hemos vuelto al horario de mañana y tarde”, destacaba.
Aunque ahora van sobrellevando la situación, son muchas las pérdidas económicas que han sufrido en estos meses. “La gente prefiere ir a una gran superficie y salir únicamente una vez y allí compran todo que venir a la Plaza e ir de puesto en puesto y eso es lo que necesitamos ahora, que la gente de Ceuta venga a los comercios chicos y nos salven”.
Como todos los comercios de la ciudad, se ha visto afectado por las nuevas restricciones, pero ha sabido adaptarse a esta situación y va sobrellevándola gracias a la fidelidad de sus clientes. Para ellos, Alba sube las persianas de su negocio todos los días de la semana, sábados, domingos e incluso, festivos.
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