La entrada en funcionamiento de la prisión de Fuerte Mendizábal ha traído consigo el incremento de funcionarios y el de presos. Según los datos oficiales facilitados por la Delegación del Gobierno a El Faro, en la actualidad hay 260 internos, cuando al cierre de la vieja cárcel de Los Rosales había 200. La explicación que se da a este aumento no es más que la rebaja en el volumen de conducciones a la península. Ya no es necesaria una evacuación constante de presos por falta de espacio, de hecho la actual prisión está sin utilizar al nivel para el que fue construida.
Al aumento en el número de internos se ha sumado otro de funcionarios en plantilla. Así, según la misma fuente, de los 140 que había antes se ha pasado a los 210 en la actualidad. “Son 70 funcionarios más en los tres meses que lleva en funcionamiento”, exponen desde la Administración General, que niegan que la de Mendizábal haya traído un incremento de las estadísticas delincuenciales como se había denunciado y presumido.
Existe una presión por mayor trabajo, es la consecuencia que tiene, por ejemplo, para la Policía.
“Este verano se contará con mayor número de funcionarios en prácticas de dos años”, añade la Delegación, sin especificar cuántas serán esas personas. “El número total que se necesita para abrir la cárcel en su totalidad es de 450”, avanza, pero de momento es inviable que se llegue a tal nivel.
La puesta en marcha de esta nueva penitenciaría ha supuesto beneficios para los internos en cuanto a las infraestructuras en las que pasan su condena, bien distintas a las que se repitieron año tras año en una cárcel de Los Rosales que terminó siendo de las más viejas de todo el país mantenida por Instituciones Penitenciarias.
En verano llegarán más funcionarios en prácticas, para estar durante dos años
No obstante ha generado polémicas en otros frentes. Por ejemplo hay mayor trabajo para la Policía en cuanto al número de traslados, en un momento en el que precisamente la plantilla del CNP atraviesa por sus peores periodos sin que haya atisbo de mejora después de conocerse el paupérrimo incremento de plazas que se producirá.
Los sindicatos del ámbito de prisiones tampoco aplaudieron la apertura de la nueva prisión por cuanto consideraron que no se mejoraban sus condiciones laborales ni estaban preparados para afrontar el trabajo en una infraestructura que ni siquiera habían conocido a días de su puesta en marcha.
El uso de la vieja cárcel aún está sin definir a pesar de que se valoró que pudiera ser para MENA
Delegación del Gobierno augura que en unos meses, con la llegada de funcionarios en prácticas, la situación mejorará pero insiste, a modo de apunte positivo, que la llegada de 70 trabajadores nuevos ha mejorado la plantilla actual y supone, además, la llegada de 70 personas a residir en la ciudad de forma permanente.
Instituciones Penitenciarias ya anunció que la cárcel comenzará a funcionar de manera gradual teniendo una repercusión económica y de empleo para la ciudad.
El centro penitenciario de Mendizábal tiene 648 celdas distribuidas en diez módulos residenciales, además de un módulo de régimen cerrado, ingresos, salidas y tránsitos, enfermería, así como un edificio sociocultural y deportivo con gimnasio, aulas formativas, biblioteca y polideportivo.
La gran incógnita que sigue sin despejarse es qué va a pasar con la vieja cárcel de Los Rosales. Cerrada desde noviembre y vigilada para evitar su ocupación ilegal, se han barajado varios usos de la infraestructura pero la Ciudad, que es su responsable actual, no ha confirmado ninguno. Sí es cierto que el Área de Menores visitó las instalaciones ante la posibilidad de que se emplearan como centro para los MENA, pero esta idea fue desechada porque se considera que no reúne las mínimas condiciones.
Las claves
Previsto con las nuevas instalaciones La inauguración de la prisión en Mendizábal ha supuesto la mejora de condiciones para los propios presos, puesto que no tienen que soportar el hacinamiento que se ha llegado a sufrir en Los Rosales. También tiene sus beneficios para las familias que se veían obligadas a hacer traslados a la península porque sus hijos debían penar en otras cárceles. No obstante la prisión no puede ser utilizada conforme el volumen real de construcción porque se necesitarían casi 500 funcionarios para su trabajo a pleno rendimiento.
Se irá utilizando mayor espacio La idea de Instituciones Penitenciarias es que de manera gradual se pueda dar uso de un mayor espacio de la nueva prisión, pero para eso hace falta el personal suficiente y, por tanto, más plazas en plantilla y no en prácticas.
Los Rosales, cerrado Desde que la vieja cárcel fuera vaciada no se ha dado uso a sus instalaciones, aunque la Ciudad dispone ya de las llaves y es la responsable de las mismas. Debe mantener vigilancia en su interior para evitar entradas irregulares.
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