Quienes hablan son dos de los cinco chicos marroquíes que el pasado 6 de agosto eran sacados por la Guardia Civil del interior de un tráiler que se había convertido en un auténtico horno. Buscaban pasar al otro lado sin medir el riesgo que corrían y fueron interceptados en pleno desarrollo de la Operación Feriante.

No quieren dar sus nombres, tampoco mostrar sus rostros, pero sí acceden a rememorar esa acción temeraria que les pudo costar la vida y que estuvo marcada por la desesperación de salir de Ceuta.

En la residencia Dos Mares hay un gran dibujo a la entrada acompañado del mensaje ‘bienvenido a Ceuta’. Los chicos marroquíes allí acogidos lo ven cada vez que cruzan el umbral de la puerta, pero en sus deseos está precisamente lo contrario: dejar la ciudad.

Se desesperan, en algunos casos tienen familiares en la Península y a lo que aspiran es a cruzar al otro lado del Estrecho.

Estos dos chicos entraron en Ceuta a nado bordeando el espigón. Uno, el del Tarajal a finales del mes de marzo. El otro, el de Benzú, en uno de los temporales de abril. Atrás dejaron su país con el deseo de encontrar un futuro en España. Sabían, erráticamente, de la oportunidad que se les presentaba si conseguían meterse en algún camión de los feriantes y lo hicieron.

Primero entraron dos, luego se sumaron 3. Al final terminaron los 5 chicos, que en algunos casos no se conocían, compartiendo el amasijo de las atracciones de la Feria.

“Estábamos contentos, pero hacía mucho calor”

“Estábamos contentos por haber entrado, no teníamos miedo porque solo queríamos llegar a Algeciras, pero hacía mucho calor”, explican. Y conforme pasaban las entre 6 y 7 horas que duró su escondite, esos grados aumentaban hasta alcanzar prácticamente los 50.

Ahora saben que esa elección no fue la adecuada por el riesgo existente. Cuando les descubrió la Guardia Civil haciendo uso de un dron tenían miedo a salir porque no querían dejar lo que, pensaban, se había convertido en su salvavidas. No era así, a punto estuvo de ser su tumba.

Estos jóvenes conviven en el ‘Dos Mares’ con otros chicos llegados de Marruecos. En su historial arrastran travesías muy complicadas ya que ambos cruzaron a nado. “Eso fue peor, las 7 horas que estuve en el mar para entrar”, confiesa uno de los chavales. Quiere ser peluquero, no sabe si tendrá la oportunidad, pero en la Península tiene familiares.

El otro quiere ser mecánico. Intentaron el pase en varias ocasiones, como suele ser habitual entre los escapados del vecino país. En ese cruce por el mar ocurrió de todo. “El mar sí da miedo, me pasó por encima un pez grande… no sé lo que era… Y con las pavanas, eso parecía una guerra”, recuerda uno de los chicos que optó por cruzar en el amanecer.

Sin medir el riesgo de su fuga

El otro lo haría más tarde, pero en circunstancias adversas por el fuerte temporal que le produjo daños en el cuerpo tras golpearse contra las rocas. “Hacía mucho frío, el agua también estaba fría”, rememora.

Ese frío que casi se los lleva pasó al calor extremo dentro de un tráiler que también pudo arrebatarles sus vidas. Ambos, a sus 16 años, no han medido el riesgo de lo pasado, la impaciencia pesa demasiado y eso fue lo que les llevó a bajar al recinto ferial recién acabadas las fiestas patronales para preparar su fuga.

La oportunidad se la dio un tráiler sin vigilancia, con dibujos infantiles en su exterior. Allí se colaron sin saber que ese vehículo no partiría hasta el día siguiente. Iban a estar 24 horas al sol. No lo sabían, quizá de saberlo no habrían dado ese paso, pero el deseo de cruzar al otro lado lleva a adoptar decisiones tan desacertadas como terribles.

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Nunca antes se había llegado a una cifra tan baja, ya que, por ejemplo, en 2023 fueron 24 los interceptados.

Una de las claves, según fuentes policiales, está en la frontera, en esa imposición del visado que ha impedido la entrada de personas que tenían como propósito su ocultación en las atracciones.

De los 12 localizados, la mayoría son menores de edad, en concreto 10. Niños marroquíes que no se someten a las directrices aplicadas en los centros que funcionan como recursos y que ofrece la Ciudad Autónoma.

El suceso más llamativo fue el ocurrido con cinco chicos hallados dentro de un tráiler a una temperatura superior a los 50 grados, a los que la Guardia Civil salvó la vida.

Comparativa con otros años

Las cifras de interceptados han ido disminuyendo año tras año, alejándose de las estadísticas de aquellos primeros en los que, sin medios y con una frontera abierta, la Operación Feriante se convertía en un auténtico coladero.

En 2022, la operación se saldó con 47 inmigrantes interceptados, de los cuales 44 eran menores de edad, todos ellos marroquíes, tras la inspección de 66 vehículos, 109 camiones y 157 remolques.

En 2018 fueron localizados 82 inmigrantes, entre ellos 26 menores, tras inspeccionar 337 vehículos mientras que en 2019 la cifra alcanzó los 85 inmigrantes, la totalidad marroquíes y argelinos, de los que 19 eran menores de edad.

Atrás quedaron otros ejercicios donde este operativo se saldó con 383 interceptados en el año 2006, 239 en 2007 o los 205 que fueron descubiertos en 2005.

Denuncias en materia de tráfico

Un dato significativo es que fruto de esas revisiones a vehículos, se han presentado 25 denuncias de tráfico.

En uno de los casos, por ejemplo, a un camión sin seguro ni ITV. La Guardia Civil verificó todas las documentaciones antes de permitir el embarque hacia Algeciras.

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Eso lo tienen claro los agentes, a quienes les ha costado sacar a los muchachos de dentro de este tráiler. La primera alerta la ha dado el dron, que ha detectado desde la altura que había gente en el interior.

Después los miembros de la Benemérita han comenzado a registrar todos los habitáculos, topándose con la seria dificultad de poder sacar a los cinco chicos que se habían escondido esperando llegar al otro lado del Estrecho.

No podían salir por sus propios medios y, de hecho, a la Guardia Civil le ha costado poder sacarlos de allí. In extremis estaban localizando al dueño del remolque para poder abrirlo rápidamente. Al final se ha logrado ir sacando poco a poco a cada uno de los chicos.

Desconociendo los riesgos a los que se enfrentaban

No sabían a qué se enfrentaban. Colarse en ese tráiler ha sido la peor opción. Llevaban seis horas escondidos. A primera hora de la mañana unos se colaban dentro en el recinto ferial, en una madrugada de constantes entradas y salidas alertadas por los propios feriantes.

Entraban, los trabajadores los sacaban, pero volvían a entrar. Las cámaras de FaroTV grababan una de estas intervenciones a primera hora en el recinto ferial. A pesar de que les instaban a salir, es evidente que consiguieron acceder de nuevo, algo que se ha podido constatar cuando, seis horas después, la Guardia Civil salvaba literalmente sus vidas.

Hoy esta historia ha terminado como debía, con vidas a salvo y la conciencia de un buen trabajo. Pero el drama de la inmigración persiste en una frontera sur con historias extremas permanentes.

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A las ocho menos cuarto de esta tarde la Delegación ofreció el parte actualizado con hora hasta las seis.

Tras la inspección de 116 vehículos, fueron localizadas 9 personas, de las que 7 eran menores. Además como dato de interés se han interpuesto 20 denuncias de tráfico.

Nunca antes había ocurrido algo así. ¿Qué explicación cabe? Según Pérez, puede deberse a múltiples factores: desde “los controles fronterizos” hasta que se conozca la existencia de una operación que frustra sus salidas, pero además “salva vidas”, ha insistido la delegada.

Este 2024 el número es “menor”, con “cifras históricas” que también evidencian la labor de la “seguridad”, ha apuntillado Pérez.

Mientras la delegada hablaba ante los periodistas, dos adultos eran localizados por la Guardia Civil en lo alto de vehículos en cuyo interior había atracciones de Feria.

Una Feria segura

Pérez ha agradecido la labor de las fuerzas de seguridad del Estado, pero también el apoyo prestado por la Policía Local y del Puerto, lo que ha permitido que esta Feria 2024 “haya sido feria segura y con garantías. Gracias a ellos nos hemos sentido seguros”, ha recalcado.

La Guardia Civil emplea medios cada vez más modernos para detectar personas, ya que los inmigrantes buscan a la desesperada marchar a la Península sin tener en cuenta que, hallarlos, al final garantiza su seguridad. Al dron y máquina detectora de latidos utilizados se suman dos canes especializados.

Hasta la una de la tarde habían sido inspeccionados 68 vehículos, con 4 personas localizadas. Esos controles durarán hasta el jueves y en los mismos participan 25 guardias civiles y 5 policías nacionales en control documental.

De apoyo están 7 policías portuarios, así como seguridad privada, cuyo papel también ha sido destacado por Pérez.

La delegada ha insistido en la labor humanitaria que se realiza por las condiciones en las que intentan pasar esas personas, ya que “ese sueño puede llevar a la muerte”.

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Evitar que lo hagan es trabajo de las fuerzas de seguridad. Desde primera hora la Guardia Civil emplea medios a su alcance para revisar al detalle el amasijo de hierros que hace unas horas daban forma a las atracciones de los feriantes.

Este año, como novedad, está utilizando una máquina de detector de latidos distinta, más moderna y especializada con un sistema inalámbrico de microdetección humana. Dispone de unos aparatos de color amarillo que los agentes colocan en los vehículos.

A los 20 segundos solo caben dos opciones: que la máquina con la que están conectados de forma inalámbrica emita el sonido potente de una bocina, lo que significa que alguna persona está escondida, o que en la pantalla del ordenador se refleje que no hay alarmas.

Esto segundo es lo que está pasando prácticamente desde primera hora de la mañana, ya que cada vez más la Operación Feriante se convierte en una vía de fuga residual. Hasta las 11:30 horas solo dos menores habían sido localizados en uno de los camiones.

En casos así suena una especie de bocina, lo que lleva a los guardias civiles a registrar los vehículos con perros especializados en la búsqueda de personas.

Un dron para revisar la parte superior de vehículos

Los sistemas de control no quedan ahí. Los agentes adscritos a la unidad de Fiscal y Fronteras de la Benemérita están utilizando un dron que ponen en marcha cada cierto espacio temporal. De esta forma pueden controlar si alguna persona se ha subido a la parte superior del vehículo.

Con ambos sistemas y la pericia de los agentes, se intenta no ya evitar que los inmigrantes lleguen a la Península, sino también salvarles la vida. Las condiciones en las que se encuentran se sitúan al límite.

Ocultarse en una atracción supone haber dado el primer paso, confían en cruzar hasta Algeciras por eso aguantan circunstancias extremas de calor. Que los agentes los encuentren supone, en muchas ocasiones, que les hayan salvado la vida. La frustración de perder la oportunidad puede ser la posibilidad de seguir viviendo.

La Operación Feriante es una de las más destacadas en el control migratorio y se extenderá, al menos, hasta el jueves.

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Delegación del Gobierno ha comunicado este domingo la última cifra oficial. Tras la inspección de 47 vehículos ligeros, 86 camiones y 107 remolques, han sido interceptadas 29 personas, de las que solo 2 son adultos. Los menores que pernoctan en Ceuta y que rechazan vivir en alguno de los recursos ofrecidos por la Ciudad Autónoma son los que están intentando la escapada. Quieren cruzar al otro lado y pretenden encontrar en uno de estos vehículos la vía de escape.

Esos niños se enfrentan a unos controles exhaustivos que además en esta operación de 2022 han sido reforzados con un dron de la Guardia Civil. Con él se busca revisar los techos de vehículos además de controlar las inmediaciones. A esa visión se añade la efectividad del sensor de latidos para reforzar los controles que de por sí llevan a cabo los agentes y los canes de la Unidad Cinológica.

No es que el perfil ha cambiado sino que en esta ocasión no ha habido casi adultos que lo han intentado debido, sobre todo, a la restricción en la frontera.
Muchos son además los que descartan la salida por una vía controlada, echando mano de fugas peligrosas como supone la salida por el mar con ayudas de medios tan rudimentarios como las balsas playeras que emplean los niños para disfrutar de sus jornadas de ocio.

Muchos más en el último dispositivo

El dispositivo fin de Feria, que en su última edición de 2019 se saldó con 85 foráneos (14 con menos de 18 años) localizados en los vehículos que embarcaban hacia Algeciras, ha contado este año con los agentes de la Policía Local, Nacional, Guardia Civil y Frontex.

El secretario general de la Delegación del Gobierno, Ismael Kasrou, atribuyó al nuevo régimen de funcionamiento de la frontera del Tarajal, en la que desde que se reabrió el pasado 17 de mayo se exige visado a todos los marroquíes que quieran acceder a la ciudad autónoma y no solamente pasaporte en vigor a los residentes en la región vecina de Tetuán, como hasta 2020, la caída en el número de extranjeros que intentan aprovechar el tránsito de feriantes hacia Andalucía para llegar irregularmente a la península.

Por su parte, el presidente del Ejecutivo local, Juan Vivas (PP), insistió en que el paso del Tarajal debe seguir funcionando “como una frontera exterior más de la Unión Europea”, es decir, con “todo el acervo Schengen sin excepciones” y “bien dotada” en recursos humanos

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El punto y final a la Feria del reencuentro supone el inicio para aquellos que desde primera hora de la madrugada intentaban despistar a los feriantes para colarse entre los amasijos de hierro en que quedan reducidas las atracciones. La Policía Nacional y Local montó un dispositivo desde primera hora de la madrugada en el considerado primer filtro del circuito. En la misma explanada se iban revisando los camiones y aledaños para evitar que adultos y menores se colaran.

El cierre de la frontera, cuyo filtro ha ayudado a impedir la entrada de todo aquel que no tiene visado, ha tenido su efecto directo en la menor presión sobre el recinto ferial. Los que han entrado a nado en recientes fechas han sido los protagonistas de los intentos de ocultación.

Los feriantes colaboran en lo que pueden: primero vigilando que nadie se meta en el camión y luego alertando si notan algo sospechoso. Se termina una feria que económicamente no ha dado el resultado esperado y el abandono de Ceuta se quiere llevar a cabo sin problemas.

Después llega la segunda parte. Los camiones son escoltados hasta el puerto ya que en el camino muchos quieren saltar a la carga. Es en el muelle donde tiene lugar la fase final en donde el control es tan exhaustivo que resulta casi imposible burlarlo al emplearse la máquina de detección de latidos así como la pericia del agente que siempre supera a la máquina.

El sensor de latidos, prácticamente infalible

El sensor de latidos funciona como una máquina prácticamente infalible. Los feriantes van pasando por el control según la naviera en la que vayan a embarcar después del filtro inicial policial. En la zona previa al embarque, agentes con canes de la unidad cinológica revisan la carga y además se usa esta máquina para detectar cualquier movimiento.

En las inmediaciones de la Feria tan solo se apreció la presencia de algún adulto y un puñado de menores. Los feriantes coinciden en que las fiestas han sido muy tranquilas. De hecho incluso la presión de otros años ni por asomo se aprecia en esta. Los efectos del cierre fronterizo son determinantes. Guardia Civil y Policía Nacional rematan el operativo a pie de embarque.

A primera hora los GRS han hecho una batida en las escolleras y en el caso de los GEAS se ha efectuado por mar.

A los controles se ha sumado el empleo de un dron por parte de la Benemérita para un mejor control aportando imágenes aéreas.

El camino de ruta de los que intentan colarse

Curioso es que algunos de los inmigrantes que esperaban en las inmediaciones del recinto ferial para colarse en las atracciones, al no poder ejecutar esa acción, iban por sus propios medios hasta el puerto, accediendo a las escolleras para, desde allí, intentar llevar hasta el final su objetivo.

Algunos son adultos pero destaca la cantidad de adolescentes y niños que no llegan a los 10 años. Son de los que habitualmente pernoctan en la calle o de los que han convertido las inmediaciones del puerto es su segunda casa. La presión de control ejercida en la frontera ha tenido un efecto clarísimo en las nulas detecciones de inmigrantes. De hecho desde que el operativo se ha puesto en marcha antes de las siete de la mañana hasta pasadas las once, no se había detectado a ningún inmigrante en las atracciones de los feriantes.

Y más medios para dar con ellos no puede haber. Pero el hecho constatado es la efectividad del filtro de seguridad dispuesto en el Tarajal y las otras vías de pase abiertas como son las escapadas continuadas por vía marítima que siguen produciéndose.

Los primeros datos oficiales: una Operación Feriante anómala

El secretario de la Delegación del Gobierno, Ismael Kasrou, ha ofrecido a los medios de comunicación los primeros datos de una Operación Feriante anómala ya que las restricciones en la frontera han anulado las posibles entradas de adultos con pasaporte que podrían ser potenciales inmigrantes.

En toda la mañana no se ha localizado a ningún inmigrante dentro de los cacharritos. Hasta las 13:00 horas se habían inspeccionado 35 vehículos y en las inmediaciones se había interceptado a 14 personas que querían colarse en las atracciones. De ellos 13 eran menores y uno adulto.

“Probablemente esto esté vinculado a las características que ha adquirido Ceuta tras la modificación de acceso a la ciudad, que solo se puede hacer con visado, y esto hace que ese perfil de adulto” no se detecte al no ser tan fácil la entrada por la frontera para ellos.

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Guardia Civil, Policía Nacional y Local estrecharán lazos para intentar aminorar la entrada de estas personas en las atracciones feriales buscando de esta manera el embarque. La Operación Feriante de 2019, la última que se llevó a cabo tras la suspensión durante dos años de las fiestas debido a la pandemia, se saldó con la localización de 85 personas, entre ellas una veintena de menores.

Buena parte fueron detectados en la revisión primera que se hace del recinto ferial, mientras que los demás lo fueron ya en la zona del puerto en el último registro que se lleva a cabo antes del embarque y en el que también colabora la Policía Portuaria.
Durante la madrugada del viernes al sábado se inicia este dispositivo que se prolongará hasta que todos los feriantes abandonen la ciudad. El grueso importante tiene lugar el mismo sábado aunque todavía quedan revisiones para la jornada del domingo.

En este año, el filtro establecido en la frontera del Tarajal ha sido más férreo ya que desde la reapertura del paso fronterizo solo se permite la entrada de marroquíes con visado, lo que merma muchísimo entradas de otras épocas. Las fuerzas de seguridad han extremado los controles en el entorno de los espigones, ante la presión de los nadadores que intentan sortear las entradas a Ceuta bordeando Tarajal o Benzú. Los días de intensa niebla previos han facilitado el acceso a la ciudad sobre todo de menores de edad.

Los feriantes colaboran con los agentes en los registros de sus vehículos y atracciones, alertando incluso si notan movimientos extraños dentro de los aparatos.

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En la segunda jornada de control, la Delegación del Gobierno ha comunicado que no se ha localizado a ningún inmigrante por la mañana. Se han reconocido 57 vehículos y en ninguno de ellos se halló a adultos o menores que intentaran llegar al otro lado del Estrecho de manera irregular, usando las atracciones feriales para tal fin.

Es un dato llamativo por la mañana. Ni uno solo. Y eso que se registraron 18 camiones, 18 remolques, 9 caravanas, 5 furgonetas y 7 turismos. Entre los amasijos de hierro en que quedan reducidas las atracciones no se encontró a ninguno de los jóvenes o menores que en estos días han frecuentado el Real de la Feria.

Algo cambió por la tarde, ya que Delegación de Gobierno informó que a las 22.00 horas, cuando se habían reconocido 114 vehículos, 30 inmigrantes habían sido interceptados, de los cuales 21 eran argelinos y nueve marroquíes, siendo de estos siete mayores de edad y dos menores. En total, 95 inmigrantes han sido localizados, 55 el primer día de la Operación Feriante, el martes, y 30 el segundo día.

El día anterior, el martes, las fuerzas de seguridad localizaron a 48 personas de las que 15 eran argelinas, 18 marroquíes adultos y otros 15 menores. La utilización de medios como el detector de latidos ha sido determinante para evitar que estos inmigrantes lleguen a Algeciras, pero es el filtro establecido en el puerto el que también es clave para que no se acerquen a los camiones. Eso y la frontera, mucho más vigilada en estos días de fiestas patronales en los que se ha impedido la entrada de quienes no pudieran demostrar que tenían dinero para hacer compras en Ceuta.

No obstante la Feriante siempre será eso, una oportunidad que buscan quienes solo piensan en llegar a Algeciras, aprovechando que los profesionales de la Feria tienen que marchar en busca de la siguiente, arrastrando los aparatos que montan y desmontan, pensando que entre ellos no se van a encontrar ninguna sorpresa

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