En el conflicto Ucrania-Rusia los tambores de guerra llevan tiempo sonando. A medida que el enfrentamiento militar de estos dos países va siguiendo su curso, sin saber, a ciencia cierta, que consecuencias socioeconómicas causará tanto en los países enfrentados como en la Unión Europea y resto del mundo (EEUU y China, entre otros). Parece que parte del tablero político, los medios de comunicación y la sociedad española van yendo de la mano derechizando sus posiciones ideológicas e, incluso, sin trampa ni cartón, la derecha va confluyendo amistosamente con VOX en aquellas regiones, donde van obteniendo mayorías absolutas.
Resulta que Feijóo, presidente del PP, es un político centrista, dialogante, mediador y sensato en sus manifestaciones. Será que la memoria es corta y no nos acordamos que estuvo implicado en tramas de corrupción, apoyó los recortes presupuestarios, fomentó en Galicia privatizaciones en el ámbito educativo y sanitario y no pone ningún obstáculo en pactar con VOX.
El PSOE, por su parte,se mantiene expectante ante la posibilidad de un nuevo compañero en el gobierno o, quizás, mantenga su alianza con el “espacio de Yolanda Díaz” . En este sentido, podríamos estar en la antesala de la gran coalición gubernamental: PSOE-PP. ¡Ya veremos!.
Si miramos atrás desde 2008, llevamos crisis económica, pandemia y guerra en las fronteras europeas cuya respuesta por parte de las instituciones han ido en perjuicio del poder adquisitivo de la gente de a pie. Esto explica, en cierta manera,una especie de doctrina del shock societaria; es decir, la aceptación de medidas socioeconómicas de índole neoliberal, siendo estas medidas no populares pero con un impacto psicosocial en la población, como consecuencia de tales perturbaciones socioeconómicas.
Hubo un momento de indignación popular que, incluso, logró incorporar al Parlamento una voz alternativa que manifestaba la posibilidad de destronar la doctrina del shock por el diseño de políticas más justas para la ciudadanía. Pero desde el movimiento 15-M queda como conclusión que al Congreso de Diputados se puede llegar, pero no es suficiente, ya que existe una élite en los medios que es complejo cambiar su dinámica. A ellos, en ocasiones,no les interesa la verdad y están dispuestos a “mentir y manipular” por mantener las prebendas de los poderosos que, precisamente, van paralelo con la cúspide política.
La guerra de Ucrania-Rusia es un títere que les sirve a los medios de comunicación más poderosos españoles para adoctrinarnos en el miedo absoluto y a partir de ahí ser sumisos de políticas que irán en beneficio de los ricos desfavoreciendo, eso sí, al resto –veremos en que quedan los pactos de rentas-.
La maquina de los medios contra las posiciones izquierdistas ha comenzado. No es plausible, ninguna manifestación que sea contraria al genocida Putin, incrementar el gasto militar y ser pro OTAN. Por no hablar de lo malo que son los “podemitas” que proponen medidas como creación de banca pública, empresa pública de energía, aumento del salario mínimo profesional y/o mayores políticas sociales en situaciones de coyunturas económicas desfavorables, entre otros.
Además, es curioso como los medios destacan, faltaría más, la injusta guerra contra Ucrania. Sin embargo, qué pasa con Yemen, Palestina, Afganistán, Birmania, Nigeria, Congo, Irak, Etiopía, Irán, Palestina, República Centroafricana, Somalia y Uganda, entre otros lugares, por no hablar de la situación del Sahara Occidental, donde su realidad también son de guerras injustas, mueren civiles y existen refugiados. En este caso, no interesa a los medios españoles de acentuar y dar protagonismo, también, estos conflictos bélicos.
En esta línea, es conveniente recalcar, que no es lo mismo aceptar un refugiado de guerra rubio y con los ojos azules que otro con la piel y el pelo de otro color. Ahora resulta que existen clases de refugiados y que los medios según sus intereses parece que desde Ceuta y Melilla nos quieren invadir mientras otros y otras migrantes son aceptados y le ponemos alfombra roja. Por ello, deberían ser tratados de la misma manera y dedicar en televisión el mismo “share” para cada una de las guerras injusta que padece el mundo.
Por ultimo señalar, que debido nuestra estructura socioeconómica de dependencia tecnológica, energética, políticas comunitarias, e incluso, monetaria y basada en oligopolios y en una super especialización productiva –ejemplo turismo- obtenemos un mercado laboral sin oportunidades reales para obtener un trabajo con salarios y jornadas laborales adecuadas. Sumado lo anterior a contextos de crisis económica, política neoliberales, y COVID-19 se ha generado una desigualdad tan atroz que la ultra derecha no solo asoma sino que se perpetua en cualquier escalón de nuestra sociedad.
Asimismo, la guerra de Ucrania sólo es el incendio final de A TU LADO -la melodía de la desigualdad imperante; el ritmo de unos medios de comunicación derechizados; y el canto sigiloso de una doctrina del shock- MI MÚSICA – la indignación de una sociedad debido unas políticas neoliberales que diezma gravemente sus derechos y oportunidades- ES TU VOX – la reaparición de una ideología de extrema derecha que no sólo se plasma en un partido si no que reside en todas las esferas socioeconómicas que inciden en el territorio español-.
X la revolución de los desiguales.
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