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"Como apunte diré que tengo que hacer 60 kilómetros en cada uno de los escritos presentados, porque no hablamos de un resfriado y la celeridad es importante"

Una vez conocida dicha incidencia te personas en el seguro con documento donde tienes prescrita la intervención. Unos días después –tienen cinco días de plazo para contestar- te deniegan la prueba y vuelves a plantear el segundo recurso, que es nuevamente denegado. Como apunte diré que tengo que hacer 60 kilómetros en cada uno de los escritos presentados, porque no hablamos de un resfriado y la celeridad es importante.
Nada más conocer la denegación presento un escrito en el ISFAS dando cuenta de los hechos y reclamando la intervención por estar dentro del convenio firmado. Dicho documento lo remite el ISFAS al especialista para verificar si la prueba está o no dentro del convenio con las aseguradoras y plantear, en su caso, una reclamación por considerar que se estaba incumpliendo el convenio. Pasados unos días y desde el ISFAS se me informa que la prueba estaba autorizada y, por tanto, se me realiza unos días después en un centro privado.

"La salud es el mayor tesoro que tenemos, aunque no le damos importancia hasta que tenemos un problema"

Como apunte a lo relatado es importante referir que una doctora me informó por escrito que dicha prueba era de suma importancia para comprobar fehacientemente la certeza o no de la enfermedad, porque la prueba alternativa era menos certera y, por tanto, dejaba un espacio al error.
Realizada la prueba da resultado positivo y se aconseja someterse a la operación para extirpar el cáncer. Una opinión que mantienen varios doctores y todos aconsejan operar con el robot da Vinci, aunque se puede realizar con otra técnica menos novedosa, pero me indican que el Sistema da Vinci reduce las complicaciones y te asegura una mejor calidad de vida, entre muchas ventajas. Sin embargo, volvemos otra vez al punto de partida y la aseguradora vuelve a denegar, en este caso, la operación por el método que aconsejan los doctores, comenzando otra vez la lucha y el mismo sistema de recursos, en el mismo orden que relataba anteriormente. El resultado fue la autorización a extirpar el cáncer con el robot da Vinci, es decir, que tenía derecho a las dos pruebas que me denegaron.

"Algo pasa o algo no debería pasar, pero desgraciadamente pasa y sigue pasando"

No quiero dejar de referir otro punto importante. Como decía, la primera prueba costaba 3.000 euros y la operación costaba unos 30.000, pero los doctores te hacían una observación o advertencia, si te intervienen como particular, es decir, sin que la aseguradora te autorice la intervención, “cualquier cosa que te ocurriera en el desarrollo de la operación o posterior lo debes abonar como particular”, es decir, que, si por distintas razones tienes que estar 15 días más en el hospital, tienes que someterte a otra prueba o sufres un infarto todo corre a cargo del asegurado.
En resumen y sin contar otros muchos detalles que ponen en evidencia no solo a las compañías, también a distintas personas que te atienden, es fácil descifrar que las aseguradoras te ponen esas trabas con el convencimiento de que la mayoría de los asegurados se resignan por distintas circunstancias y terminan soportando cirugías menos recomendables y más rentables para las aseguradoras.
Sin duda, nada justifica la violencia y, mucho menos, podemos empatizar con violentos, pero algo pasa y falla en una sociedad donde los ciudadanos empatizan con el violento.
Algo pasa o algo no debería pasar, pero desgraciadamente pasa y sigue pasando.

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¿Pero quién es Nayim para que le dé nombre al estadio mas emblemático de la ciudad? Nayim es un futbolista de Ceuta mundialmente conocido, pero eso no le da los méritos suficientes para que lleve el nombre del estadio.

Sin duda, hay otros futbolistas caballas muy conocidos que podrían tener ese honor, pero no existe ningún otro jugador a este nivel nacido en nuestra ciudad que haya decidido vivir en la ciudad donde nació.
Sin duda Pirri y Migueli son futbolistas con una trayectoria más brillante a nivel de títulos, pero ellos decidieron desligarse de la ciudad por las razones que consideraran. Ambos han venido a Ceuta nada o muy poco y en la actualidad están totalmente desligados a la ciudad.

Conocen nada o poco nuestra realidad social, digamos nuestra especial singularidad, lo que unos vienen a llamar la Ceuta de las cuatro culturas. Un desapego que no crítico, pero esto les inhabilita, desde mi punto de vista, para llevar el nombre del estadio más emblemático.

Pero abundando más en la cuestión, ser futbolista y vivir en Ceuta tampoco te da méritos suficientes para llevar el nombre de nada. Sin embargo, Nayim, además de ser futbolista, de Ceuta y vivir en Ceuta, es una persona super educada, cercana, dispuesto en atender a cualquier niño que se le acerque para una foto y, sobre todo, es conocido y querido por el mundillo del fútbol local y por todos los ceutíes.

Sin duda, como decía, hay otros futbolistas muy queridos de esta tierra que siguen aquí. Futbolistas como Pepe Almagro, que jugó y vivió durante muchos años en el propio Murube, porque su padre vivía en el estadio, pero a nadie por las razones que sea se le ocurrió esa iniciativa.

Tampoco podemos olvidar al inolvidable Serrán, pero nadie de su entorno pensó en ellos. Ahora, unas personas han pensado en Nayim y no encuentro ninguna razón para que el estadio no lleve el nombre de Nayim, un futbolista mundialmente conocido, de Ceuta, que apostó por vivir en la tierra donde nació, creció y se hizo futbolista.

Los detractores de esta iniciativa pueden buscar mil excusas, pero ningún argumento válido y de peso para no llevar esta iniciativa adelante.

Pueden pensar que el desapego a la ciudad tampoco inhabilita a otros deportistas, pero para el que escribe es lo más importante, principalmente para evitar que ceutíes desarraigados nos sorprendan por desconocer que ser español no tiene nada que ver con ser cristiano, musulmán, hindú o judío y, sin querer, desluzcan un acto como la Gala del Deporte y de paso torpedee lo que unos vienen a llamar e impulsar la Ceuta de las Cuatro Culturas.

Nayim: Un buen nombre para un estadio.

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"Nuestra ciudad necesita una academia de Policía, de Guardia Civil o un centro de instrucción de militares"

Hablando de la cuenta de Instagram de Nicolás, la misma con la que pretendía promocionar Ceuta, se ha permitido insultar no solo a la diputada Fátima Hamed, también a todos los ceutíes publicando las siguientes perlas "Perdón por todos los platos de jamón y de copas que me bebí y me voy a a beber...Esta señora hubiera preferido otro tipo de invitados que no defiendan a la Nación. Incomoda mi discurso".
Conocidas las declaraciones del Pequeño Nicolás la señora Chandiramani, ha pedido disculpas, aunque debería disculparse dos veces, la primera por traer al elemento para promocionar una ciudad que no necesita que nos visiten personas de esta calaña y la segunda, porque este elemento se ha permitido insultar a todos los ceutíes con un discurso que huele, y huele mucho, a lo que desgraciadamente estamos hartos de oír en nuestra tierra.

"Nicolás venía a pelo, sabiendo quien lo contrataba que era una persona con un recorrido penal importante"

Llevamos años tratando de atraer visitantes a nuestra ciudad y se han utilizando mil formas de hacerlo, siempre con un resultado pésimo, porque venir a Ceuta solo de visita, sin un motivo adicional no es atractivo. Se consigue en fechas puntuales con pruebas deportivas y otros eventos contados. Lo he repetido en muchas ocasiones, nuestra ciudad necesita una academia de Policía, de Guardia Civil o un centro de instrucción de militares.
Esto es lo que necesita Ceuta, no gastarnos 45.000 euros para que nos visite y promocione personajes con un pelaje y currículum poco recomendable, aunque como decía, en esta ocasión no ha engañado a nadie.

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“No somos tan distintos, lo que han cambiado son los tiempos y las circunstancias”

Una labor que también realizaba, Antonio el cabrero, como se le conocía, también de avanzada edad que dedicó toda su vida a este trabajo. Ellos decían que eran paseadores de rebaños, porque las cabras y corderos no eran de su propiedad.
Titulaba este artículo con el nombre de ‘Se acabaron las cabras, no los cabreros’, porque al fallecer estas dos personas entrañables, nadie se dedica en nuestra ciudad a explotar rebaños y, mucho menos, a cuidar estos animales por unos pocos de euros. Sin embargo, la costumbre de criar corderos o cabras para el mes sagrado de Ramadán está presente en nuestra ciudad.
Una costumbre que en estos tiempos se hace casi imposible, porque nadie las cuida y salen solas a pastar y, por tanto, con una alta posibilidad de provocar un accidente, además de saltarse las normas de control sanitario de estos animales en nuestro país.
Nadie debe asustarse por ver unas cabras paseando por esa zona, como tampoco se asustaban nuestros vecinos cuando criábamos gallos o gallinas en nuestros patios para matarlos en Navidad.
No somos tan distintos, lo que han cambiado son los tiempos y circunstancias. Ese es el mensaje que quiero transmitir a los que despotrican, se asustan o aprovechan unas pocas cabras para señalar determinadas costumbres que antes también eran nuestras.

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“Me sorprende esta intervención, porque si te paseas por la ciudad puedes comprobar que no son pocos los ciudadanos que han decidido adecentar una zona sucia y hacer de ella un huerto o sembrar plantas”

Dejamos a un lado el problema de Mohamed, al que no tengo el gusto de conocer, para proponer a nuestro presidente, D. Juan Vivas, una idea que no es mía, porque ya está en marcha en multitud de ciudades como Fuengirola o Mijas por nombrar algunas.
Se trata de identificar zonas o espacios para hacer huertos urbanos y ponerlos a disposición de los vecinos para que planten y cuiden ese entorno abandonado y lo conviertan en un espacio bonito y sostenible.
Identificados esos espacios, nuestro Ayuntamiento ofertaría a los vecinos esos huertos perfectamente limitados y, de paso, se estarían fomentando valores de convivencia, el trabajo de la tierra y la producción de alimentos en una ciudad donde las huertas son casi inexistentes.

“No veo ninguna dificultad en identificar parcelas, acondicionarlas y ofertarlas a los vecinos con la obligación de cultivarlas y cuidarlas”

Además evitaríamos la picaresca y la apropiación de espacios de los más avispados que, por otro lado, en esta ciudad somos campeones de España o como mínimo subcampeones en ocupar espacios públicos.
No veo ninguna dificultad en identificar parcelas, acondicionarlas y ofertarlas a los vecinos con la obligación de cultivarlas y cuidarlas con el correspondiente contrato de cesión para ese único fin.
Seguro que no faltarán solicitantes y de paso, los jubilados y jóvenes de nuestra ciudad tendrán una actividad más que poder realizar.
Dele una pensadita.

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