Los cultos en honor al santo más popular de nuestra ciudad comenzaron ayer a cargo de la pregonera María de los Ángeles Bao.
La misa oficiada por el director espiritual de la Cofradía de San Antonio, el reverendo Cristóbal Flor Domínguez, y cantada por el Coro ‘Aires Caballas’ de la Asociación Cultural la Copla’ daba inicio a los cultos en honor al santo más popular de nuestra ciudad en la ermita de San Antonio.
Ante la presencia del presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Juan Carlos Aznar; la junta de Gobierno de la Cofradía de San Antonio; hermanos mayores de distintas hermandades, así como una comitiva de la Ciudad representada por su presidente Juan Vivas, y las consejera de Sanidad y Educación, Adela Nieto y Mabel Deu, respectivamente, la pregonera de este año, María de los Ángeles Bao ofreció un emotivo pregón en el que la poesía y el fervor al santo centraron sus palabras. “El mejor ingeniero de camino es Dios, junto con sus ayudantes los ángeles y los santos, arquitectos - obreros, Él hace el camino de nuestro destino, y con qué exactitud programa todos los momentos de nuestra vida desde que somos engendrados. ¿Si no, que hago yo aquí en estos momentos haciendo una pausa para tomar aliento en esta pedregosa vereda del camino de la vida, en este día tan señalado como es la celebración del Corpus Cristi, y preparándome para decir el pregón a San Antonio?”.
Tras recordar la vida y milagros de este santo tan venerado en Ceuta por su trayectoria de milagros en vida y muerte, Bao dejó brotar nuevamente el toque poético del pregón con palabras como “San Antonio, suspiros de recuerdos de mi niñez, para mi San Antonio es el eslabón de una cadena hecha de historias de mi infancia, historias que quedaron gravada en mi corazón y en mi mente, tantos momentos vividos, tantos suspiros entrecortados, tantas horas de insomnio entre mareas gravadas de humildad, sacrificios y sueños, unos hechos realidad y otros truncados por el destino”.
Vida de San Antonio
San Antonio de Padua nació en la ciudad de Lisboa cerca del año 1195, hijo de una familia muy importante de Portugal. Ya desde muy pequeño tuvo una gran devoción a la Virgen María y al Niño Jesús, la cual conservó a lo largo de todos sus años llevando una vida austera y de recogimiento a los demás.
A los 15 años entró en el monasterio de Canónigos Regulares de San Agustín de San Vicente de Fora, cerca de Lisboa. Allí tomó el hábito e hizo profesión durante dos años, para trasladarse después al Convento de Santa Cruz de Coímbra. Fue ordenado de sacerdote probablemente entre 1218 y 1219. Precisamente en Coímbra conoció a la orden de San Francisco, congregación que pasaría a pertenecer para siempre.
Sus primeros pasos de vida santa los realizó en África, pero tuvo que regresar a causa de una enfermedad, desembarcando en Sicilia, donde se encontró con San Francisco de Asís.
Durante todo este tiempo se le atribuyeron muchos milagros y según la tradición, aparte de hablar a los hombres, lo hacía también a los pájaros y a los peces. El 13 de junio de 1231, cuando San Antonio tiene sólo 36 años, muere en el convento de Arcella y es trasladado al convento de Santa María de Padua.