En pleno preludio de las fiestas de Navidad la inmigración ofreció su cara más dura con el hallazgo de otro cuerpo sin vida en el mar. Ocurrió en la tarde de ayer cerca de la frontera, el varón llevaba tiempo fallecido y el temporal lo arrastró hacia los arenales.
Será complicada su identificación dado el estado en que se encontraba, salvo que porte algún elemento que ayude en esa labor de ir deshaciendo el camino de su historia vital.
Los dos mundos chocan en un mismo escenario: Ceuta. Por un lado, la alegría de los festejos navideños y el seguir de un día a día que se orienta hacia las rutas más festivas. Por otro, la tragedia en el mar de aquellos que intentan huir del vecino país para encontrar unas oportunidades que no siempre son verdaderas.
En estos días se han vuelto a registrar repuntes en los intentos de entrada de inmigrantes siguiendo la ruta más dura, la que se centra en bordear los espigones. Muchos son los desaparecidos, los que quedan en el camino, personas de las que nada más se sabe.
La Guardia Civil lo dará todo por intentar dar con la identidad de este joven, aunque los escasos datos manejados y, sobre todo, el deteriorado estado del cuerpo convierte esa labor en prácticamente imposible.
Imágenes tan duras como la vivida ayer evidencian de nuevo la tragedia de una frontera que no se detiene.