Paso saliendo de la Iglesia de Nuestra Señora de África.
Col. Sánchez Montoya.
Muchos ceutíes han preparado sus enseres para disfrutar de su semana de pasión, como cofrade, penitente, costalero… pero también existe otro tipo de ceutí que tiene ultimado sus utensilios, no son objetos religiosos, son sus cámaras, luces, película y sobre todo estudiar los lugares donde poder plasmar esa imagen que después será la envidia de todos sus compañeros de afición. Estamos en las puertas de una de las celebraciones más importantes de nuestras tierra: la Semana Santa, y con ella nuestras calles se colmarán de procesiones y actos conmemorativos, todos muy emotivos y cargados de simbolismos. Hacer buenas fotos durante la Semana Santa es realmente fácil. Solemos estar mucho más atentos a todo lo que nos rodea y lo que en nuestra ciudad pasamos por alto cada día, ahora es capaz de llamar poderosamente nuestra atención. Tenemos que aprovechar esta inyección de vitalidad e inspiración como sea y para ello nada mejor que empezar por repasar varios consejos. Utiliza el enfoque, la profundidad de campo y las reglas de composición para destacar y delimitar aquello que consideras importante en la foto. Pero eso sí, no te agobies y déjate llevar por tu instinto. Como dijo Robert Capa, “Si nuestras fotografías no son buenas es porque no estamos lo bastante cerca”. No te cortes, acércate y llena el encuadre, especialmente si existen elementos que distraigan o choquen con lo que quieres destacar.
Si dispones de un difusor para el flash, úsalo. No centres toda tu atención en las figuras. El espíritu de la Semana Santa está en todo el conjunto: los pasos, la gente, los detalles… Puedes encontrar una buena foto en la llama de una vela, en el rostro de un espectador o un participante en la procesión, unas manos, el detalle de una figura. El uso del flash en muchas de estas situaciones tiene sus inconvenientes. El principal problema es que, en función de como sea utilizado, puede cambiar la escena completamente y perder la magia de su iluminación original. Lo mejor ante la duda es no usarlo. Si lo usas, procura que no haya objetos en primer plano, ya que dará muchos brillos. Si lo puedes controlar manualmente, puedes probar a bajar la potencia para que en todo caso compense la iluminación existente, y usarlo únicamente para fotos de detalle a un único objeto o rostros en primer plano.
La preparación del equipo, es importante, una vez en la calle y con la procesión delante de ti ya no habrá tiempo para lamentarse la falta de baterías o el quedarte sin espacio en la memoria. Por eso haz una lista que te ayude a recordar y chequear antes de salir cada día que nada te falte: baterías suficientes, tarjetas de memoria extra, objetivos, trípode, difusores para el flash, etc. Una vez que hayas escogido cual será el evento o procesión que vas a retratar ese día, realiza el recorrido con anterioridad para escoger los mejores lugares, observando con atención por donde se realizará el paso de la misma e incluso escoge la parada que mejor te resulte a la hora de tomar imágenes.
En esto será fundamental que tomes en cuenta un par de cosas: para acercarte lo suficiente y no molestar a nadie ni ser molestado por el resto de los espectadores debes llegar temprano y tomar tu posición, escoge sitios donde haya luces complementarias a las de las velas o farolas de la procesión esto hará que tus imágenes sean más nítidas y no necesites ayudarte con el flash ya que este suele dar más problemas que soluciones, es posible que te sientas más cómodo en una esquina ya que tendrás más espacio para maniobrar y dirigir tu mirada desde diversos ángulos, si llegas con tiempo incluso puedes acomodar tu trípode ya que las imágenes con poca luz natural necesitarán de esta ayuda especial. Nos queda una foto semana de pasión, que debemos aprovechar y sacar partido a la afición fotográfica.
– Por Francisco Sánchez Montoya