¿Qué mueve, en Ceuta en concreto, a miles de caballas a desplazarse cada Lunes Santo hasta la Iglesia de San Ildefonso para acompañar a su Medinaceli?
Sabemos que la imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado (Medinaceli), se encontraba en la ciudad de Mámora, cerca de la actual Kenitra, posiblemente antes de 1.667.
Sabemos también que dicha ciudad, a la que los españoles habían rebautizado con el nombre de San Miguel de Ultramar, cayó en poder del rey de Fez Muley Ismael el 30 de Abril de 1681 siendo esclavizados todos sus habitantes y tomados como botín de guerra todas las Imágenes y objetos de culto de la Iglesia.
Las Imágenes fueron profanadas y arrastradas por las calles de Fez para festejar la victoria.
La intervención del P. Pedro de los Ángeles, trinitario que intercedió ante el soberano impidió su posible destrucción siéndole encomendada su custodia hasta el pago del correspondiente rescate.
El 28 de Enero de 1.682, tras pagar las cantidades exigidas por Muley Ismael, 211 personas y 17 objetos de culto entran en la ciudad de Ceuta por la zona de El Tarajal. Las Imágenes rescatadas eran una estatua de Jesús Nazareno con túnica violeta, una escultura de Cristo crucificado de alabastro, tres esculturas de la Virgen, siete esculturas de santos así como algunos cuadros, rosarios, misales y vasos litúrgicos. Tanto a las Imágenes como a las personas rescatadas, se les impuso el escapulario trinitario, señal de que habían sido rescatados del cautiverio por esa Orden. Ceuta, tiene a gala ser la primera ciudad española que “pisa” esa Bendita Imagen tras su cautiverio.
Pero ¿Cuál es el motivo por el que la Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno aglutinara la devoción del pueblo?.
Posiblemente por su belleza o por la historia de su cautiverio, profanación y posterior rescate que se vio inmediatamente deformada por la leyenda a la que se le añadían poco a poco más detalles, como el importe del rescate, cuya realidad se desconoce, o el de la persona que aporta esa cantidad de dinero, que en realidad procedía de donaciones anónimas y no de los boldillos del Duque de Medinaceli. Como aclaración debo decir que el sobrenombre de Medinaceli se debe a la donación de unos terrenos que hicieron en 1.686 D. Juan Francisco de la Cerda y Doña Catalina de Aragón y Sandoval (Duques de Medinaceli), para la construcción de una Iglesia en Madrid donde se veneraría la Imagen.
Sin lugar a dudas, fue la Orden Trinitaria la que se encargó de difundir no solo por España sino también por Europa la devoción por Nuestro Padre Jesús Nazareno al que se le añadieron los sobrenombres de Cautivo y Rescatado. Allí donde había un convento trinitario existía una copia de la Imagen original.
Pero esa proliferación de Imágenes en sí no es suficiente para despertar la devoción.
¿Qué mueve a millones de personas en toda España a visitar esta Imagen cada primer viernes de mes?, ¿Qué impulsa a millones de fieles a besar sus pies cada primer viernes de Marzo?, ¿Qué mueve, en Ceuta en concreto, a miles de caballas a desplazarse cada Lunes Santo hasta la Iglesia de San Ildefonso para acompañar a su Medinaceli?
La respuesta sólo Él la sabe. Sólo Él conoce qué deudas han adquirido esos fieles con Él, sólo Él sabe qué peticiones salen de sus corazones, sólo Él sabe qué promesa están cumpliendo. Lo que si sabemos es que año tras año se repite la misma escena, lágrimas en los ojos, silencio, pies descalzos, labios que apenas se mueven dejando escapar el susurro de una oración, la mirada fija en Él como queriendo amarrarlo con la vista para tenerlo más cerca, aunque todo eso que es fruto de nuestra observación es lo superficial, lo importante es lo que queda en el interior de cada persona y eso, es algo íntimo, no se comparte.
Y este año, cuando aún retienen nuestros labios las sensación adquirida tras besar sus Sagrados Pies hace pocos días, volveremos a cumplir nuestra promesa acompañándole desde la Barriada del Príncipe hasta su casa de Hermandad, pero notaremos algo que va a romper la tradición, el Medinaceli no irá solo, le acompañará en ese traslado su Bendita Madre María Santísima de los Dolores, es algo a lo que nos tendremos que acostumbrar, ya no le volveremos a ver caminar solo por la carretera del Príncipe o por Hadú, Ella también se sumará a esos miles de personas que le siguen y quién sabe si también aprovechará para interceder ante su Hijo por todas esas personas que se encomendaron a Ella.
– Por Francisco Hernández Martín
Artículo publicado el 16 de marzo de 2008 en el Suplemento de Semana Santa de El Faro de Ceuta