Después de seis años de un matrimonio bien avenido entre el Gobierno de la Nación y las centrales sindicales mayoritarias parece que la cosa se le está torciendo al ejecutivo presidido por José Luis Rodríguez Zapatero. En primer lugar, han sido las circunstancias derivadas de las medidas de los recortes salariales que, de momento, provocan un paro general en el sector público para el próximo martes. Sin embargo, lo más fuerte están aún por llegar. Zapatero, que se ha visto en la obligación de tomar las medidas de recorte laboral acuciado por los consejos de distintos países, sabe que esa reforma laboral que está pendiente, pero que no le gusta, aunque no tiene otro remedio, le puede llevar a enfrentarse a su primera huelga general en condiciones y seguir cavando su tumba de cara a las próximas elecciones generales. Rodríguez Zapatero está en un callejón sin salida y desde luego lo va a tener difícil porque va a tener enfrente a quienes han sido sus compañeros de viaje durante los últimos años y éso es peligroso para sus intereses.