Los Bomberos hacen unas 15 salidas debido al viento y la lluvia

Los Bomberos tuvieron que hacer ayer alrededor de una veintena de salidas debido al temporal de lluvia y viento que azotó la ciudad autónoma. Y es que Ceuta se pintó de naranja por primera vez esta temporada en el mapa meteorológico y las distintas administraciones se ponen en jaque para evitar que se repitan las consecuencias que las lluvias provocaron hace ahora dos años.

Ningún altercado de gravedad pero sí mucha prudencia y trabajo por parte de los responsables tanto en Delegación como en la Ciudad. Ayer no hubo que hacer realojo alguno a pesar de que tan sólo en la madrugada se realizaron siete intervenciones de achique de agua en viviendas particulares. Todo apunta a que el temporal irá a menos tanto en lo que se refiere a la lluvia como de viendo. En el Estrecho se prevén vientos, aunque menos que en el día de ayer.
La consejera de Medio Ambiente, Yolanda Bel, se desplazó desde primera hora de la mañana por los puntos más problemáticos que se registraron acompañada por miembros de Protección Civil y del 112, que trabajaron codo a codo para solventar los problemas que se iban produciendo. Uno de los puntos más críticos se registró en las inmediaciones de la frontera, en cuyo perímetro fronterizo, desde Delegación de Gobierno se estuvieron realizando tareas de prevención ante posibles corrimientos de tierra quitando además una balsa de agua en la N-352. En esa zona de la frontera del Tarajal, en la subida del Príncipe está localizada una de las bolsas de agua mayores “que desde la Consejería y Acemsa estamos achicando para evitar que se corte el paso”. Además, Bel se desplazó hasta Benzú y pidió colaboración a Delegación para solventar un problema acuciante y es que “la carretera, a la altura del Centro de Menores, todo el terreno que baja hacia la carretera se está desprendiendo y es necesaria una actuación que sujete toda esa tierra de manera urgente”. Además, los vecinos de las viviendas del Puente Quemadero le manifestaron su malestar por unas obras que han ocasionado que las lluvias inunden la vaguada y llenen  de aguas los talleres y garajes de la zona.
Las primeras lluvias han servido para comprobar in situ las mejoras efectuadas en la zona de Benítez, ya que el deficitario encauzamiento del arroyo provocaba que muchos vecinos vivieran situaciones críticas. “Ya está solventado -explicó Bel-, al igual que en otras zonas como los bajos del mercado, el Paseo de las Palmeras o San Amaro, aunque tenemos que seguir trabajando pero transmitió calma al ciudadano porque éstas lluvias no tienen comparación con las que ocasionaron tantos daños hace dos años”. La consejera ha destacado que “por lo general las barriadas están bien salvo casos de viviendas puntuales en el Príncipe, por ejemplo”. Pese a que las previsiones para hoy son mejores, desde el Centro de Coordinación de Emergencias nadie baja la guardia.

Las primeras intervenciones, de madrugada

Los teléfonos empezaron a sonar bien entrada la madrugada, que fue cuando se registró la mayor caída de agua.
Fueron varias las salidas que tuvieron que hacer los miembros del Cuerpo de Emergencias debido a varias viviendas que se habían quedado inundadas. Algunas se encuentran situadas en Avenida Argentina, Puerto Rico y Pasaje Ruiz Medina.
La última salida por el mal tiempo en la jornada de ayer se produjo sobre las cuatro de la tarde, por una palmera.
Los Bomberos también tuvieron que intervenir por una caída de cascotes de una azotea en Teniente Coronel Gautier.
Debido a la gran cantidad de agua caída en la jornada de ayer, se atascaron varias arquetas. Una de ellas fue en la barriada Juan Carlos I, hasta donde se trasladó el Cuerpo de Bomberos. El fuerte viento también provocó la caída de un muro en la Avenida de África, junto a la UNED. Las condiciones climatológicas también causaron un desprendimiento de tierra en el Príncipe, concretamente junto la ITV. La única casa que corría peligro por el desprendimiento causado por el mal tiempo estaba ya deshabitada.

Los barcos salen tras un corte pero se prevé vendaval

Hasta hoy se registrarán vientos del Sureste de 5 a 6 con intervalos de fuerza siete, algo que ha provocado que no salieran todos los barcos previstos en la mañana de ayer pero que se restableciera el tráfico con el Ciudad de Málaga atravesando el Estrecho. Pese a los vientos la visibilidad fue muy buena durante el día de ayer y se prevén fuertes vientos para los próximos días, tal y como informaron a este medio desde Tarifa Tráfico. En concreto, la Agencia Estatal de Meteorología anuncia un vendaval con vientos del suroeste.
Según varias personas que hicieron ayer el trayecto marítimo Algeciras-Ceuta, los barcos que salieron se movieron a la altura del Estrecho, donde el mar estaba agitado debido al viento. No obstante, las comunicaciones estuvieron garantizadas durante la mayor parte del día debido a que se restableció el tráfico marítimo en el Estrecho.

Protagonistas pasados por agua

Turía y Ahmed no han dormido en toda la noche. Residen junto a sus cinco hijos en la calle Fuertes desde hace más de una década y lo que vivieron la pasada madrugada no se lo desean a nadie. Junto a ellos, muchos vecinos siguen achicando agua y limpiando la tierra de las puertas de sus viviendas. Sus casas se sitúan en  una cuesta que desemboca en las naves del Tarajal y al final de la pendiente se levantan las últimas casas del laberíntico Príncipe.
En la calle, una parcela se viene abajo. Un gran talud que arrasa con lo que encuentra en su camino. Su casa es una de las afectadas. “Muchos nervios, el agua subió un metro, casi nos entra en casa, llevamos  limpiando horas... tenemos miedo”, explica Turía mientras no deja la escoba y la fregona e indica a uno de sus hijos donde depositar los escombros que tapan la entrada su casa. El pequeño se ayuda de un carretillo. Recoge los restos de tierra del desprendimiento de ese terreno que Fomento declaró hace tiempo una “obra de emergencia” pero que “ha estado esperando a que pasara esto para traer la máquina y acondicionar la zona”.
Ahora una máquina excavadora intenta solventar el problema tras la llamada urgente efectuada por la consejera de Medio Ambiente que acudió a la llamada de socorro. “Los vecinos piden que se construya un muro de contención. Eso debe evaluarlo Fomento pero por el momento vamos a solucionarlo de manera provisional”, explica. La solución no convence a Anisa. Vivía sobre el talud hasta hace un mes. Su casa se viene abajo “ante la pasividad de las administraciones”. Ahora vive “en un cuchitril, una pensión que no es mi casa y me he puesto mala de los nervios, todos los días pendiente de que mi casa se caiga o no”, explica  mientras la señala. El talud se ha comido la terraza y falta apenas un metro para que llegue al canalón y a las escaleras. Dice que sólo quiere volver a su casa, que lleva mucho tiempo advirtiendo del problema y que pese a que se decretó llevar a cabo una obra de emergencia, no se ha hecho nada para arreglar el problema. “No puedo vivir ahí por temor a que se venga abajo, pero tampoco puedo vivir en u na pensión toda la vida esperando y esperando”, reclama. Sus vecinos asienten mientras miran preocupados el lugar. Todos temen que si hay lluvias más fuertes, las consecuencias sean mucho peores. Ellos poco pueden hacer. El suelo se viene abajo y arrasa con todo lo que encuentra a su paso.
Es un barrio de gente humilde que solicita una ayuda “para vivir tranquilos, no queremos nada más, tan sólo que construyan un muro que nos otorgue seguridad para continuar viviendo tranquilos como hasta ahora”.
Ahmed, ayuda a su mujer junto a uno de sus hijos a limpiar los restos de lodo de su casa y de la calle. Dice que en ocasiones las piedras resultantes de los desprendimientos causan un argayo que no deja pasar a los coches por la zona. “Aquí viven niños con minusvalías, como mi hijo, y no puede pasar a recogerlos la furgoneta adaptada que les lleva al colegio a causa de esto. No hay derecho”. Los vecinos de la zona miran hacia arriba y temen que el mal tiempo vaya a peor. “Dios no quiera que llueva mucho más, pero está claro que es el principio de la temporada de lluvias y tenemos que arreglar esto antes de que ocurra una desgracia”.

IMPOTENCIA
Arriba, Turía y Ahmed limpian la entrada de su casa tras pasar una noche en vela temiendo que la riada que provocó un talud cercano, entrara por la puerta principal. Aseguran que alcanzó el metro de altura y las escaleras que dan paso a su vivienda quedaron tapadas.

Abajo, Anisa habla yo con la consejera sobre el drama que está viviendo desde que la desalojaron de su casa hace un mes por miedo a que se viniera abajo. “El talud se está comiendo mi vivienda, en la que vivo desde hacía más de cuatro años y pese a haberse decretado una obra de emergencia, Fomento no ha hecho nada por mejorar la situación”.