¡Sólo un Congreso popular, legitimará a su presidente!

Empieza un nuevo año: “2012”. Y en primer lugar, quiero decir que asumo personalmente la responsabilidad de mis palabras. ¡Solo son mías… de nadie más!. Por ello asumo totalmente la responsabilidad de las mismas.
Mas ahora, siendo ya, tan solo un simple militante del Partido Popular. Por cierto… ¡Amigo de Pedro Gordillo!, y por débil que sea la influencia que mis reflexiones ejerzan sobre los demás, mantengo integro el derecho que tengo a mi libertad de expresión. Derecho, que me otorga suficiente legitimidad como para escribir estas líneas. ¡Y a mi me agrada regar y seguir uniendo a los nuestros en su ideales!. Y estoy hablando, solo del Partido Popular en Ceuta ¡Nada más!. Pero, son muchas las quejas que escucho de los míos en las calles.
Por ello, considero mi obligación denunciar la situación actual que sufrimos. Una situación a la que los afiliados al Partido Popular en Ceuta asistimos sorprendidos, viendo como él que tiene una mejor tribuna - que los demás simplemente hemos aceptado -, transforma su fuerza en derecho, haciendo que la obediencia sea un deber en los más necesitados. ¿Pero qué derecho es este que cesa, cuando la fuerza de la tribuna desaparece? Y a mí me agrada - ¿Será deformación profesional? -, acabar con los hechos oscuros. Hechos que desde hace algún un tiempo parece que nos rodean a todos los afiliados y simpatizantes del Partido Popular de Ceuta
Creo que la fuerza del cargo no hace derecho, sino que solo el acuerdo o convención entre los afiliados hace legítima la autoridad del elegido. ¡Condición que todavía no se ha producido en Ainara!. ¡Y sigo hablando del Partido Popular en Ceuta, solo como partido!
Porque actualmente, la necesidad solo nos obliga a ceder nuestra voluntad a quien maneja el poder.¡Nada más! Y esta situación nunca legitimará a quien ostenta la presidencia, aun cuando pueda otorgar mercedes a los sometidos necesitados. Y esta situación absurda e inconcebible es la que actualmente se esta produciendo en nuestro Partido Popular de Ceuta. ¡Un partido que nació con ambición de gobernar…bien para todos los ciudadanos conforme a sus ideas!
Solo quiero decir pocas cosas. Cosas que me animaron a afiliarme al Partido Popular: ¡Una es la de compartir honestidad, lealtad y pensamientos con los semejantes en ideas políticas! ¡La segunda, era ver como podíamos gobernar nuestra casa de Ceuta con nuestra forma de pensar! ¡Y lo tercero, sentir el honor en los ojos de mis ciudadanos cuando me mirasen con agradecimiento por mis esfuerzos para mejorar sus vidas!: No será pues, el miedo, la necesidad o la cobardía las que me obliguen al silencio. Sino que para mí adentro, quiero seguir viviendo conforme a estas condiciones, de ideas y libertad. A fin de cuentas solo viviré una vez. Entonces… ¿Porqué no hacerlo conforme a mis ideas?
También, y por otra parte (estoy de acuerdo), en que una actitud como la actual permite una cierta seguridad aparente en las esperanzas de los más necesitados. ¿Pero que ganan ellos y nosotros con esto? Solo esclavitud en la miseria y el conformismo. No nos engañemos ¡También los presos en los calabozos viven tranquilos!. Pero si esto es vivir conforme a la libertad de ideales que deben regir a los afiliados de un partido, yo y muchos más como yo, no la queremos.¡Fuera la paz de las mazmorras!. Necesitamos libertad de expresión. ¡Decir, lo que pensamos…discrepar incluso! Porque renunciar a nuestra libertad de opinión es renunciar a los ideales que nos han unido en un Partido que quiere gobernar a toda una sociedad. Y aceptar esta sola condición de sumisión lleva consigo la nulidad de la libre voluntad de pertenecer al  mismo.
Por ello, el Congreso que se avecina exige el concurso de todos como único medio de conservación de los ideales que unen a los ciudadanos que integramos una determinada opción política de gobierno. Y debe ser un concurso transparente y en libertad de ideas. ¡Nunca de necesidades!. Solo así, podremos decir que hemos puesto en común nuestras ideas y que conforme a nuestra voluntad cada afiliado nos hemos sometido al veredicto final del resultado de la mayoría. Solo será de esta manera, y no de otra, que el elegido, gozará de la legitimidad que la mayoría le habrá otorgado, dándole capacidad para decidir lo bueno o malo sobre ellos, asumiendo la responsabilidad de sus decisiones.
No es este el caso que actualmente estamos viviendo en el Partido Popular de Ceuta. ¡Carecemos de un presidente elegido democráticamente y esto exige una legitimidad que no se nos esta ofreciendo todavía!. No se ha celebrado aún el contrato entre afiliados y su presidente que le daría todos los derechos que a dicho cargo le corresponde, ni tampoco lo beneficios que nosotros le entregamos. Porque aún cuando al ganador, no le otorguemos una cláusula de apoderamiento general sobre nuestras voluntades que le permita hacer su antojo, si que se habrá ganado el derecho de ser respetado y admitir sus decisiones favorables o no a todos los afiliados. Por eso, necesitamos generales ¡Y gracias a Dios, ya están surgiendo!