¿Políticos? Éstos no, gracias

Hay un popular refrán español (sabio refranero tenemos) que dice “ande yo caliente, ríase la gente”. Periódicamente los distintos medios de comunicación realizan encuestas sobre temas de todo tipo, particularmente sobre cuestiones políticas, y a continuación publican los resultados.
Llama la atención que, sea el medio que sea el que encarga el estudio (ABC, El País, Público, El Mundo, TVE, o Intereconomía), sea cual sea la agencia que realiza ese estudio, todos ofrecen los mismos resultados una y otra vez cuando el mismo trata de sondear la opinión que tenemos los españoles acerca de nuestros líderes o representantes políticos.
Los españoles insistimos en dar a TODOS nuestros líderes políticos (particularmente diputados, senadores, y ministros) rotundos suspensos. Ninguno llega al pírrico 5 que significa estar “aprobado”. Y, sin embargo, parece que la cuestión no va con ellos. Como los malos estudiantes malcriados, que saben que al final del curso van a recibir un premio rindan lo que rindan, siguen a lo suyo y, como buenos “hijos de papá” (padres y madres de la patria en nuestro caso), se limitan a esperar que vayan pasando los días, meses y años en la seguridad de que, de una forma u otra, recibirán su “premio- escaño” o, como mínimo, un puesto de trabajo privilegiado o un retiro dorado.
En mi partido Unión Progreso y Democracia, no nos consuela que una y otra vez la líder más valorada sea Rosa Díez, visto el nivel que la ciudadanía le da a la generalidad de la clase política. Tenemos mucha más altura de miras, y estamos firmemente convencidos de que, o nuestros representantes se aplican y cumplen con el trabajo para el que les hemos elegido  y les estamos pagando, o la ciudadanía estará cada vez más lejos de ellos. Y en cada convocatoria electoral habrá menos participación. Porque no olvidemos que los 350 diputados que se sientan en el Congreso representan a poco más de la mitad de los ciudadanos, que son los que acudieron a las urnas. O lo que es lo mismo, casi la mitad de los españoles decidieron que nadie les representara en el Congreso de los Diputados.
Cuando los ciudadanos les dan la espalda a sus políticos, éstos les dan la espalda a los ciudadanos. Y aquéllos pueden tener la tentación de gobernar de la misma forma que lo hacían los antiguos monarcas del Despotismo Ilustrado, “PARA EL PUEBLO, PERO SIN EL PUEBLO”.  
POSDATA: En el pleno del Congreso de los Diputados de la semana pasada únicamente estaban ocupados 21 escaños de los 350 de los que consta el hemiciclo (por supuesto los 5 diputados de UPyD estaban allí, como es su obligación). NINGUNO de los ministros estuvo en el Pleno, aunque algunos de éstos, y también algunos diputados, se fueron incorporando en el momento de las votaciones (Rubalcaba ni siquiera eso). “Para el Pueblo, pero sin el Pueblo”.
No parece que nuestros diputados se tomen demasiado en serio su trabajo y día sí día también demuestran nulo respeto por quienes les elegimos. Da la impresión de que les importamos menos que nada y han hecho definitivamente suyo el refrán: “ande yo caliente…”.