El temple de los vecinos de Postigo

En primera línea de unas llamas que se acercaban a sus viviendas peligrosamente, la barriada más próxima al incendio ayudó a los efectivos de bomberos a sofocar el fuego.

Aunque en los primeros momentos el fuego en el monte La Tortuga parecía lejano, pronto las llamas se quedaron a apenas 200 metros de las primeras casas de la barriada del Postigo. Los vecinos alertaron rápidamente a los bomberos de la presencia de una gran cantidad de humo y llamas que amenazaban las pequeñas viviendas cerca del pantano. En el vecindario estaban tranquilos porque no es la primera vez que se enfrentan a un incendio tan cerca de sus hogares. Afortunadamente los niños estaban en el colegio, por lo que nada impidió a estos vecinos echar una mano a los bomberos en las tareas de extinción. “Les hemos ayudado con las mangueras para echar el agua”, aseguraron a El Faro Hamido Abdelkader y Hamed Mustafa.
Ellos y los hombres de esta zona de la barriada Postigo en la que viven unas 95 personas colaboraron con los efectivos de Bomberos para impedir que el incendio continuara ladera abajo. Sin embargo, el temple de estos vecinos se tornaba en tensión cuesta abajo, donde están ubicadas las instalaciones de la Protectora de Animales y un hotel para mascotas.
“Es ya el tercer incendio. No tengo miedo”, aseguró uno de los vecinos más mayores de la barriada. Sorprende la tranquilidad con la que en el barrio del Postigo afrontaron ayer el incendio. “Estamos tranquilos. Nos han dicho que estemos atentos por un posible desalojo, pero de momento estamos todos en nuestras casas”, aseguró Abdelkader.
En un principio se había dicho que habían desalojado cinco viviendas de esta barriada, la que estaba más pegada al incendio, pero ayer aseguraron a El Faro que todos estaban en su hogar.
La preocupación que tenía el vecindario era más por los propios bomberos que por sus viviendas. Aseguraron que el acceso hasta la parte más alta de la barriada era muy difícil para los camiones y vehículos de emergencias. De hecho, aseguran que una de las cubas de Bomberos en la que llevaban el agua para extinguir el fuego no pudo subir la cuesta. Fue necesaria la colaboración de los vehículos, más pequeños, pero potentes, de Trace para lograr que el vehículo de Bomberos subiera a la parte superior.

Acceso angosto y difícil
Hay que tener en cuenta que al final de la barriada de Postigo, la carretera que conduce a las últimas viviendas, las que estuvieron ayer viviendo en primera línea el incendio, es de tierra. No existe asfalto alguno y sí varias curvas bastante cerradas. Además, en algunos tramos la pendiente es notable, de ahí que un vehículo grande y pesado tuviera problemas para lograr superar la cuesta.
Unas condiciones que tampoco se vieron favorecidas por la lluvia. Ésta fue escasa e intermitente, pero sí fue suficiente para generar en el camino de tierra una ligera capa de barro y lodo que dificultaron aún más el acceso en vehículo a la primera línea del fuego.
De hecho, los vecinos de la barriada afirman haber pedido en varias ocasiones al Gobierno local que, al menos, asfalten o adecenten la carretera de acceso a sus viviendas.
Ladera abajo la tensión sí se vivió entre los vecinos y especialmente entre los voluntarios de la Protectora de Animales. Tras bajar de las viviendas de Postigo en la parte superior de la loma, la casa de Jesús Murcia es una de las primeras que se encuentra.  En torno a las 11:30 horas, este joven ceutí estaba solo en su casa cuando observó el incendio. Al principio se veía como algo lejano, pero pronto el fuego avanzó amenazante hacia las casas de la barriada. La suya.
El olor a quemado y la columna de humo estaban prácticamente encima de la barriada del Postigo. Jesús Murcia dice no haber sentido miedo por la posibilidad de que el fuego siguiera avanzando porque no es la primera vez que este vecindario sufre un incendio. “Un poco de susto, pero no tanto porque ya hemos vivido fuegos peores”, asevera en declaraciones a El Faro.
Mientras los vecinos aguardaban posibles nuevas instrucciones de la Policía Local o la Guardia Civil ante un desalojo inminente, los Bomberos combatían el fuego a escasos 200 metros de las primeras casas de la barriada del Postigo. Todos preparados por si había que abandonar el lugar tenían a punto los coches para bajar cuesta abajo. En torno a las 15:00 horas, no hacía falta moverse del lugar. Eso sí, la Guardia Civil restringió el acceso a vehículos y peatones por seguridad.
Aunque en un primer momento se habló del desalojo de cinco viviendas en el Postigo, la consejera de Sanidad, Adela Nieto, confirmó a El Faro que todos los vecinos seguían en sus casas, eso sí, a la expectativa de una posible evacuación. De igual forma estaba preparado el dipositivo con los animales de la Protectora, a cuyos voluntarios Nieto agradeció la disciplina y eficacia en su acción.