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Lo volvió a hacer. Dejó, a la vista de todos los bañistas, a un varón y una joven embarazada y escapó
Son casi 60 las personas que han sido introducidas en Ceuta a bordo de motos de agua. Este verano está siendo especialmente explotado por los pilotos de embarcaciones que siempre siguen el mismo modus operandi: salen de las costas marroquíes con los inmigrantes ya cargados (generalmente dos en cada moto), se aproximan a la playa, los sueltan y huyen. Benzú, Almadraba, Juan XXIII y Tarajal son los puntos de desembarco, casi siempre en las mismas franjas horarias. Hay incluso auténticos profesionales, jóvenes que desafían los controles y que repiten su acción prácticamente a diario y en el mismo punto. Así lo ha hecho esta semana y buena parte de la anterior el piloto de una de estas embarcaciones que ha conseguido colar él solo a más de diez personas.
Ayer lo volvió a hacer, dejando en el Tarajal a un varón y a una joven embarazada de pocos meses que tuvieron que ser atendidos por los socorristas de Marsave. Ambos dijeron proceder de Guinea Conakry. Este mes ha fallecido un compatriota en Benzú, ahogado, porque estos pasadores no tienen reparo en arriesgar al máximo aunque pongan en riesgo las vidas de las personas que trasladan.
Ese riesgo es precisamente el que quiere evitar la Guardia Civil. Cargados con inmigrantes, cualquier persecución a estos pilotos que desprecian todo se traduce en poner en peligro sus vidas. Y así, a plena luz del día, sin traba alguna, salen de las costas vecinas para hacer su negocio.