El Pleno de los Presupuestos siguió al pie de la letra el guión previsto o uno que era fácil prever. El trasfondo electoral que envuelve todos los últimos actos políticos hace difícil que los responsables de las distintas formaciones pierdan de vista la fecha del 20-D en cada una de sus intervenciones. Ayer tampoco se produjo la excepción que confirma la regla.
La consejera de Hacienda, Economía y Administración Pública, Susana Román, expuso y defendió las cuentas de la Ciudad para el próximo año resaltando los tres elementos imprescindibles para poderlas calificar como políticamente correctas. Dijo que los presupuestos mejorarán la calidad de los servicios públicos, aumentarán el gasto social y permitirán que haya más inversiones.
Donde la consejera veía unas iniciativas solidarias y unas propuestas ambiciosas y realistas, la oposición (también dentro de lo previsible) aseguró que sólo había unos presupuestos insolidarios, conformistas y alejados de la realidad. Así, en resumen, los calificó a las primeras de cambio el diputado de Caballas Juan Luis Aróstegui. En la misma línea y con el trasfondo electoral que caracterizó cada una de las intervenciones (tanto del Gobierno como de la oposición), el secretario general del PSOE, Manuel Hernández, acusó al PP de haber fragmentado la sociedad ceutí en dos mitades, ricos y pobres, y de hacer que aumente la distancia entre quienes ya sienten la recuperación económica y quienes ven con inquietud su futuro porque aún no han logrado salir de la crisis.
Tampoco sorprendió al intervención de Ciudadanos. Su diputado Javier Varga criticó la falta de originalidad de los Presupuestos y resumió con una frase la apatía que le provocan las cuentas para 2016: “Ustedes reparten pobreza porque han renunciado a crear pobreza”.
Dentro de una mañana en la que lo previsible hacía impensable que alguien se moviera fuera del guión establecido, la consejera de Hacienda, Economía y Administración Pública dio la réplica a la oposición. Retó a los diputados, como era de esperar, a que realizaran propuestas “constructivas, reales y coherentes”, dando por hecho que lo dicho hasta entonces por sus contrincantes políticos no merecía ninguno de esos adjetivos.
Todo según el guión previsto y cada uno representando su papel.