Disculpe el señor

Vientres de hambre, desconocida hasta el momento para tantos que han vivido entre los algodones del euro y la calidad de vida, y que ahora se sorprenden de su compra de la semana. Estamos jodidos… Tan imperfecta en su desatino que acongoja con solo nombrarla. La canta Sabinas “Crisis en el cielo; crisis en el suelo; crisis en la Catedral….Crisis en la cama, cada sueño un drama, un euro es un dineral…..” Cientos de dudas –de las que dudan cientos- que se amainan con mentiras desde los púlpitos, con discursos ensayados entre apretones de mano y navajazos al sueldo. Letanías sobre el futuro del color de un billete de 500 –o quinientos buscando su futuro en un billete- que se sabe que existen porque los ricos los ordenan, los contabilizan y los gastan en sus paraísos fiscales o en sus vacaciones en los “Chill Out’s” de Marbella. Como cuenta Mercedes Sosa, mientas lo canta: “Cambia lo superficial. Cambia también lo profundo. Cambia el modo de pensar. Cambia  todo en este mundo”…
Jugar por jugar con la cartera de alguien es abrazar el fuego; porque no hay crisis que se precie sin suicidio pertinente y, la vida, de quien sea, no puede estar en la mano de los poderosos sin alma… Porque un hombre sin trabajo deja de ser un hombre. Porque un hombre sin esperanzas deja de ser un ser humano. Porque un hombre sin sustento deja de ser civilizado. “Solo le pido a Dios que el futuro no me sea indiferente” que escribía León Gieco…Si el sueño de todo hombre es vivir de su trabajo –y es un trabajo vivir siendo un hombre- ¿quién no siente vergüenza cuando tiene que sellar el paro?, ¿quién no esconde sus ojos cuando entrega un curriculum?, ¿quién no aprieta los puños cuando le comen el sitio los apellidos de otro?. Lo melodió Alberto Cortez “Fé, no me abandones ahora que en la vida pintan dudas, ahora que han dejado las maduras espacio a las mas duras sinrazones”. Aceptar las estrategias económicas impuestas es aceptar que nunca hemos servido, que estábamos extravalorados; que todo se puede hacer por mucho menos…
A golpe de firmas ¡¡sin alma!!, se puede vencer a un hombre y arruinar a otros muchos.., romperlo por donde sus hijos comen; hundirlo entre la miseria de sus peores espantos y manejarlo por la amenaza. Crisis de las Crisis: Perversa conjunción entre el Poder y los poderes. Entre el dinero y sus gestores. Caldo de cultivo de apaños y apañados. Cazuela de pobres en los pasillos que mendigarán prebendas a cambio de dignidad. En los versos de Humet ya se decía “Es algo más que pesadumbre, es más que soledad, que te arrastra a la costumbre, por donde voy, por donde vá” y, sin dudarlo, casi se puede palpar cuando entras a tu trabajo y te sientas en una silla que ya no sabes  cuanto tiempo será la tuya; cuando ya no ries una gracia porque, por suerte o por desgracia, quien la cuenta no hizo méritos para tenerla; cuando ya lo que preocupa no es lo que ocupas sino lo que se desocupa…El funcionario es un privilegiado porque no tiene hijos que alimentar. Ni hipotecas que pagar. Ni comida que comer. Ni por qué vestir. Ni sueños que realizar…¿no? Puede que no esté lejos el día que ya cantó Serrat y cuando llegue, tampoco habrá clemencia con el poderoso.
“Disculpe el señor,
se nos llenó de pobres el recibidor
y no paran de llegar,
vienen de todas partes, por tierra y por mar.
Y como el señor dice que salió
y tratándose de una urgencia,
me han pedido que les indique yo
por dónde se va a la despensa,
y que Dios, se lo pagará.
¿Me da las llaves o los echo? Usted verá...
que mientras estamos hablando
llegan más y más pobres, y siguen llegando”.