Pasan los días, ya son 36, y los ceutíes viven este Estado de Alarma y sus propias restricciones como algo que han tenido que asimilar a fuego. Este domingo casi de verano deja vistas que tienen que ser disfrutadas desde el hogar, cumpliendo el ‘quédate en casa’ aunque con ciertas esperanzas de pequeñas salidas anunciadas para menores así como una mayor permeabilidad en el confinamiento.
Enfilamos las dos últimas semanas de un mes de abril robado, atrapados en un Estado de Alarma con varias prórrogas que ha convertido las vidas en distintas, que ha llevado el foco de atención al interior de los hogares, que ha forzado un cambio en los trabajos, en las tareas o en la forma de afrontar ese ‘no regreso’ físico a las aulas.
El cierre afecta a todos. Esta semana dará comienzo el mes sagrado de Ramadán con las mezquitas cerradas. Un periodo distinto para la comunidad musulmana que ha dado ejemplo en esta lucha contra el coronavirus acordando medidas restrictivas incluso antes de que se dictaran los decretos por parte de Sanidad. No queda otra en unos momentos en los que la salud es lo primordial.
Calles vacías, viviendas llenas, soledad en los rincones, escenas más propias de verano, vistas espectaculares con esa luz tan propia de Ceuta que aventura la llegada de un calor al que tendremos que aprender a tratar de otra manera, en base a las imposiciones que en el ámbito sanitario van a seguir prevaleciendo con vistas a contener al máximo los casos de coronavirus que puedan aparecer.
De los 113 casos registrados en Ceuta, solo 48 permanecen activos. Los datos de curados constituyen las buenas noticias tras un periodo de escalada que ha preocupado a todos y que ha dejado episodios trágicos en el camino. Ceuta, como ciudad, se adapta a una situación diferente, que hace unos meses ni siquiera podíamos imaginar, pero que ha llegado para quedarse. Al menos, de momento.
Hoy, sí... Y lo sabes... Sigue así, Carmen. Desde tu medio puedes arrimar mucho más el hombro que el 90% de los que permanecemos confinados.