Si no fuera porque el asunto es serio, esto bien parecería un circo. Lo que pasa es que la gente no tiene gana alguna de asistir a los espectáculos con los que nos está ‘bendiciendo’ la clase política. Eso es lo malo para ellos y lo realmente trágico para nosotros.
De quienes nos representan se espera cuando menos que se sitúen en un mínimo nivel que provoque el respeto del ciudadano. El rechazo social que está habiendo hacia la clase política es fruto directo de esa incapacidad manifiesta que tienen de alcanzar ese nivel. Ellos mismos son los causantes de que la sociedad esté experimentando una radicalización negativa hacia la política, desde el momento en que se transformó en un oficio dejando atrás lo poco que podría tener ya de vocación.
El transfuguismo vuelve a estar de moda. Miren que es fea la palabra. Ya tuvo su época de esplendor en Ceuta, ahora parece que retoma el posicionamiento en primer plano. Representantes del pueblo, supuestos amantes de la política por vocación (no por el sueldo, o al menos eso es lo que dicen) que incongruentemente siguen cobrando del bote, llegando a presentarse como dueños del escaño que ocupan. ¿Cuántos se dedicarían a la política si no cobraran por ello?, ¿se imaginan cuantos asesores, asistentes, diputados y demás especies de la república bananera ceutí se marcharían a sus casas desde el primer momento en que perdieran sueldo o dejaran de percibir los 1.200 euros mensuales que, por ejemplo, se llevan a casa solo por levantar la mano en los plenos?
El gran cáncer que tienen los partidos (por cierto, también subvencionados, lo digo por quienes gustan de colgar esta etiqueta solo en algunos sectores) es que son demasiadas las personas que se acoplan a ellos con la esperanza de poder vivir de la política, de transformar esa supuesta lucha por mejorar el bien común en un salvavidas para su cartera. Ese cáncer se extiende a la acción política que los representantes pueden hacer, llevándose comisiones por asistencias a plenos, a consejos de administración, a sociedades... Los hay que ponen de excusa que ese dinero lo entregan de forma íntegra al partido. Lo dicen sin ponerse colorados cuando se descubren las aportaciones que realmente se hacen. Es un engaño a sí mismos.
El sainete al que hemos asistido en estos días no ha hecho sino comenzar. La precampaña se inauguró hace meses, fiel reflejo del nerviosismo generalizado por pillar cacho en la guerra del voto. Y lo triste de todo esto es que el ciudadano sí que se da cuenta de qué va esta película. No le pilla por sorpresa. Luego no se quejen de los altos índices de abstención. Se los están ganando a pulso.
El Sporting Atlético de Ceuta no pudo conseguir nada positivo en su visita al campo…
El Gobierno de España ha sacado a licitación recientemente el arrendamiento con opción a compra…
El CD Puerto no pudo conseguir su tercera victoria consecutiva de la temporada, a pesar…
“Los beneficiarios del subsidio de mayores de 52 años deberán presentar cada año una declaración…
El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares, comparecerá la próxima semana…
El Balonmano Ramón y Cajal de Primera Nacional femenina no comenzaba con buen pie su…