El monstruo de la frontera se va comiendo poco a poco el futuro de la ciudad. A nadie con mando en plaza parece importarle lo más mínimo. De hacerlo hubieran evitado hace tiempo esta situación. Pero no. Con la excusa del vecino y el pacto de ‘amigo’ se permite que lo caótico sea normal. Pero no lo es.
Mujeres dormidas en el suelo, tapadas con cartones... así durante toda la noche. Mujeres que son apaleadas ante los ojos de los viandantes, robadas o vejadas. Esto pasa todas las madrugadas sin que quepa actuación alguna. Por la mañana serán las que vuelven a sufrir acoso, las que vuelven a ser tratadas como mulas y las que vuelven a sostener una cadena económica-política-social indecente.
La carretera no lo es tal. No hay carriles, los semáforos se pierden en la particular locura que se concentra, los camalos se mezclan con las bicicletas cargadas de bultos, éstas con las motos y a su vez con los coches. El orden es imposible, tal es la situación que ni tan siquiera se establecen ya controles. Dicen que no sirven para nada, lo que termina causando un caos mucho mayor.
Y así seguimos día tras día soportando unas condiciones tercermundistas. Una situación que no cabe excusarse con la apertura del ‘Tarajal II’, en una postura de evidente dejación de funciones, como si no existiera otra posibilidad. Nos hacen creer esto, hasta el punto de que cualquier crítica es mal interpretada y la rebautizan como ataque. No. La crítica no es un ataque es una clara demostración de la incapacidad por solucionar asuntos que repercuten en toda la ciudadanía. Al PP le viene grande el Tarajal, por eso opta por ocultarse en su complejo viendo enemigos donde no los hay. Algo similar le ocurrió al PSOE, que tampoco supo dar con la tecla de una vergüenza mayúscula que nos afecta a todos porque resulta inmoral que aceptemos lo que allí está pasando.
No sé hasta qué punto podremos aguantar esta insana situación, ni las consecuencias que sufriremos con posterioridad, porque de lo que ahora está ocurriendo nos lamentaremos más adelante cuando la imagen tremendista divulgada sea ya imposible de erradicar.
Nos están condenando a un infierno, los incompetentes que se esconden y disfrazan su mala gestión son los únicos causantes de un estado de crisis de tal calado que debería provocar tormento en sus artífices. Todas y cada una de las noches. Sin descanso.