Contra la violencia de género

Hoy 25 de noviembre, es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, un día en el que se conmemora y reivindica la necesidad de actuar contra esta ruin y lamentable situación de discriminación, desigualdad, marginación y exclusión, a la que se ven sometidas millones de mujeres.

Luchar contra la violencia de género, determina, estipula y establece que se ha de desarrollar por parte de todas las sociedades y, de los poderes y autoridades públicas, de forma activa y constante y no de manera puntual y únicamente ligada a fechas concretas y destacadas. Supone desarrollar una gestión eficiente, de magnitud global con la  cual prestar la suficiente y adecuada atención que precisa el luchar contra la violencia de género, el machismo, la influencia patriarcal, las desigualdades entre hombres y mujeres y todas aquellas situaciones que en definitiva, impliquen, luchar activamente, contra, la lamentable lacra social que conforma la violencia contra la mujer.
La complejidad de la problemática de la violencia contra las mujeres y, de su injustificada discriminación, demanda que las medidas para garantizar, salvaguardar y promocionar la igualdad de oportunidades real entre hombres y mujeres, constitucional, jurídica y moralmente enmarcadas, sean diseñadas, planificadas  y ejecutadas en torno a estrategias de intervenciones factibles, basadas principalmente en lograr una mayor concienciación, participación y un compromiso global, en la erradicación de la violencia de género.
 Luchar contra la triste, infundada y lamentable concepción de que la mujer es “menos” por el simple y  mero “hecho de ser mujer”, exige e impone la necesidad de desarrollar estrategias integrales, en las que las actuaciones e intervenciones se perciban como reales.
Concienciar a la población y prevenir sobre la violencia de género, son algunos de los mecanismos y medios que deben de estar presentes para visibilizar y mostrar la necesaria intervención con la que dar solvencia a este tan grave problema de conclusión social.
 Desde el Movimiento por la Dignidad y la ciudadanía, compartimos y sostenemos que “la educación” es el “motor de cambio” y transformación  idóneo, para conseguirlo y permitir disponer de la capacidad suficiente con la que lograr que la igualdad entre hombres y mujeres se asienten en la sociedad con la constancia, firmeza y relevancia que la temática demanda.
 Para nosotr@s, supone configurar y conformar acciones y medidas de prevención, que permitan sensibilizar e informar sobre los duros y fatales impactos y desencadenantes de las conductas machistas, de los mitos y de las ideas erróneas y demás constructos sociales, por muy sutiles y desapercibidas que parezcan. Por ello, desde el MDyC, queremos mostrar nuestro rechazo e instar, reclamar y reivindicar una mayor y necesaria presencia de actividades, medidas y campañas de sensibilización sustentadas en objetivos operativos factibles y veraces más allá del 25 de noviembre con los que sensibilizar y concienciar y dar respuesta a la lamentable situación de desigualdad y exclusión, que sufren y padecen millones de niñas y mujeres en todo el mundo.
Situación que desde nuestra humilde opinión,  únicamente puede ser superada y efectiva, con la unión, la lucha, la implicación conjunta y el compromiso global, de la ciudadanía y de las autoridades públicas.
Finalizar diciendo que desde el MDyC, consideramos básico y primordial luchar por un modelo social de calidad, acordes con la dignidad y seriedad que se merecen todas las mujeres y niñas.  La equidad, la no discriminación y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, deben de ser asuntos plenos y reales y no sueños o utopías anheladas.