Bomberos no ha podido concretar el origen del incendio de una veintena de vehículos que ardieron, el pasado fin de semana, en un desguace del Príncipe. La falta de pruebas contundentes imposibilita saber qué dio lugar a este siniestro, aunque lo que sí parece confirmarse es que nada tuvo que ver la caída del cable de alta tensión existente encima de este solar. Cable que por cierto ha desaparecido del lugar al tener cierto valor económico por el cobre que contiene y que se revende en Marruecos.
En el muro que rodea el desguace no se ha detectado marca de la caída del cable, por lo que no pudo provocar un chispazo que diera lugar al incendio de coches y furgonetas almacenados que fue sofocado por unidades del Servicio de Extinción, haciendo uso de más de 60.000 litros de agua.
Lo que sí queda claro en esta historia es que el proyecto de soterramiento del cableado en la barriada del Príncipe que se anunció en marzo de 2009 tras el fallecimiento de un vecino está bloqueado. Las promesas de Fomento por acelerar la retirada de los cables existentes en el barrio y que incluso cruzan azoteas y viviendas particulares que han sido construidas de manera ilegal han quedado en eso. De hecho el cable de alta tensión que estaba tendido encima del desguace incendiado debería haber sido soterrado en su día. Lleva allí colocado desde los años cuarenta, mucho antes que este solar y muchas viviendas de la zona que no tienen más de diez años de antigüedad.
La idea de construir un desguace debajo de un cable de alta tensión es la misma que prevaleció cuando se edificaron viviendas sin tener en cuenta los cables que incluso se introducen dentro de las casas.
Existe un proyecto de trazado de línea subterránea para eliminar la presencia visual de cables lo que redunda, directamente, en la seguridad de los ciudadanos. Proyecto éste que no se ha llevado a cabo.
En el incendio registrado el pasado fin de semana en el Príncipe los bomberos denunciaron la “desinformación” habida a la hora de enterarse de lo ocurrido, ya que, aseguraron, la llamada de un vecino avisando de lo sucedido “hablaba de un coche abandonado, una chatarra, cuando en realidad estaban ardiendo entre 25 y 30 coches”.