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Colocados para impedir las carreras de coches en el Recinto, generan inseguridad al ser imperceptibles
Las quejas de los vecinos del Recinto por las carreras de coches llevadas a cabo en torno a su barriada llevaron a que la Consejería de Gobernación ordenara la colocación de badenes. Era una forma de advertir que se debía aminorar la marcha. Los primeros terminaron siendo saboteados, ahora han sido sustituidos por otros de cemento firmes e imposibles de ser alterados. El problema radica en que, semanas después de su colocación, no se ha dado orden para que se pinten, lo que no hace sino aumentar la inseguridad e incumplir precisamente el objetivo o fin para el que se colocaron.
“Los conductores de los vehículos no los aprecian porque si no se fijan ni se ven, pudiendo provocar accidentes”, denuncian residentes de la barriada.
A esta queja se suman las protestas por la ubicación de alguno de estos badenes, como el situado en plena curva que conduce a la calle Molino, “porque genera más inseguridad, todo lo contrario a lo que se pretende”, exponen.