Fiel testimonio de dicho asedio es el documento-libro de mi buen amigo (q.e.p.d.), el coronel de Aviación José Federico Casteleyro Licetti, donde narra que a las 04:00 horas cortaron la línea telefónica de Telata y a las 07:45 iniciaban el tiroteo. El puesto comunicaba por radio que tenían varios muertos y heridos y que los atacantes eran entre 60 y 80. Más adelante en sucesivos días los radiogramas que envían al Gobierno General de Ifni hablaban de intenso fuego de morteros, ametralladoras y fusilería, y tras un duro asedio el 3 de diciembre eran liberados por fuerzas de la VI Bandera de La Legión, IV Tabor de Tiradores de Ifni y del Batallón Expedicionario Soria 9. Cuentan los defensores que al ser liberados se vivieron momentos de mucha emoción, abrazos y muchas lágrimas de quienes habían vivido un duro asedio.
Un buen soldado y gran hombre
En la vida no todos pueden presumir de ser buenos y grandes de corazón porque es una especie muy escasa. En este caso del cabo de Policía Manuel Castilla Díaz, ya que su muerte no fue en vano, un intelectual escribió: “el hombre que consagra sus horas con incansable empeño a honradas miras arranca su aguijón a la vida y a la muerte”.
Manuel Castilla Díaz era un joven nacido en Osuna (Sevilla), el cual de condición humilde había sudado muchas horas y días en rudos trabajos para ganarse el pan con el sudor de su frente, y como les sucedió a muchos de aquellos jóvenes que aspiraban a una vida mejor, se alistó voluntario por tres años en las Fuerzas de Policía de Ifni, y aquí su constante dedicación y ganas de superarse hizo ver realidad sus sueños luciendo en su bocamanga los galones de cabo.
Con anterioridad a su incorporación al grupo de Policía de Ifni había estado trabajando de jornalero en Llerena (Badajoz), donde tenía una novia y casualmente estaba esperando al mes de diciembre para el permiso colonial, ya que pensaba contraer matrimonio, pero el mismo día del ataque, el 23 de noviembre, a las dos horas de iniciarse el ataque, caía muerto por disparos de los atacantes de las bandas rebeldes del Ejército de Liberación Marroquí.

Su compañero Antonio Pérez Pérez, que lo vio morir y recuperó su cadáver hasta el puesto, todavía lleno de emoción recuerda a este joven cabo Manuel Castilla Diaz, como lo que era, un compañero inmejorable, sano, sencillo, amigo de todos y siempre dispuesto a hacer un favor a cualquiera que se lo pidiese.
La muerte del cabo Manuel Castilla Díaz, narrada por su compañero soldado de Policía, Antonio Pérez Pérez afirma que así sucedió: “a los pocos instantes de sobrevenir el ataque al puesto, explica que reciben orden del teniente de Policía que el cabo Castilla Díaz, el soldado Antonio Pérez Pérez, otro soldado y otro que no se sabe por qué no fue a dicha misión, acudan a eliminar un fusil ametrallador enemigo que está hostigando al puesto. Antes de alcanzar una edificación reciben una lluvia de fuego de ametralladora y fusilería. Apenas habían saltado un muro un disparo alcanzaba al cabo Castilla en la cabeza, el cual moría instantáneamente”. Cuenta este soldado que el otro compañero se desmayó, quedando él (Antonio Pérez) tumbado en el suelo aguantando la lluvia de balas, entre un cadáver y uno que no se movía, aunque eso sí, respiraba.
Cuando los compañeros pudieron acallar el fuego de la ametralladora, arrastrándose como podían y llevando el cadáver del cabo Castilla y del otro policía, llegaban al puesto viviendo escenas dramáticas, lágrimas que tenían que tragarse, y reconocimiento al gran hombre y mejor soldado Manuel Castilla Díaz. Las bajas fueron, aparte del cabo Castilla, muertos el brigada Luis Gutiérrez Nalda, y sargento policía Lahedid Abdel-La, y heridos policías José Arjona Queralt y Mohamed Mihibid Hossein, y también muerto el soldado castellonense del regimiento de Redes Permanentes y Servicios Especiales de Transmisiones Joaquin Fandos Martínez. También hubo dos desaparecidos y desertores, todos ellos nativos, ocho, entre ellos un cabo 1º y un cabo. La gesta de los defensores de Telata, así la narraba el diario tinerfeño El Día: “en Telata los españoles supieron defender con temple heroico los intereses de España y de los Sbuia. El nombre de Telata es conocido en el mundo entero”, 9 de enero de 1958.
Todos los compañeros del cabo Manuel Castilla Díaz sintieron un gran dolor y pena porque iba a salir con la licencia de 6 meses a su pueblo natal para contraer matrimonio con su novia. El dolor fue no solo compartido por los compañeros, sino por la novia que sintió un dolor que no se le borrará jamás.

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Con una gran cultura

Joaquín Caridad Arias había nacido en Lugo, cuna de célebres hombres de la cultura como Pastor Díaz, Casares o Manuel Becerra entre otros. Su padre también era militar de ideas republicanas, lo cual no fue obstáculo para que el entonces joven Joaquín eligiese la carrera de las armas. Una vez superados los exámenes de ingreso en la Academia General Militar de Zaragoza ingresa como componente de la VI Promoción. Entre otros compañeros estaba Joaquin Villalba Sánchez-Ocaña, con el cual años mas tarde se encontrarían ambos en la Guerra de Ifni. Joaquín Caridad Arias puede decirse del mismo que fue un hombre de una gran cultura, y que el tiempo para él no pasaba en vano, como lo avala que tenía los estudios de doctor en Filología Moderna, diplomado en Inglés, Francés, Alemán y Ruso, además de ser catedrático de Estudios Bereber y especialista en Criptología.

En el apartado de deportes fue campeón de Piragüismo en el descenso del Sella, en el Ulla y el río Miño; también en las Lagunas de Ruidera. Además, fue participante en campeonatos de Esgrima y Tiro, y fue preseleccionado para los Juegos Olímpicos de Roma. De él puede afirmarse que era un hombre inquieto, esa clase de hombres que saben lo que tiene que hacer y están donde deben estar. También es autor de varios libros, lo que demuestra como aprovechaba al máximo las horas de todos los días.
Era un hombre sencillo, que no se daba importancia alguna, dialogante y amigo de sus amigos, sin distinción de categorías, gozaba en las reuniones y comidas con los veteranos paracaidistas. Con algunos de ellos había compartido alegrías, penas y sufrimientos en la Campaña de Ifni, donde desgraciadamente vio morir en los combates a sus paracaidistas, ya que él mismo participó en numerosas operaciones en aquella guerra para algunos ignorada. Otros por desgracia son resentidos que la califican de que la ocultaban cuando quien por suerte hablan son las hemerotecas. Allí derrocharon valor, heroísmo y sangre los mejores, como el entonces teniente Paracaidista Joaquín Caridad Arias, uno de los protagonistas en la II Bandera Paracaidista al mando de aquel gran soldado el entonces comandante-jefe de la II Bandera Paracaidista Tomás Pallás Sierra, un jefe muy querido y admirado por sus paracas, a los que defendía a pecho descubierto en todo momento.

Paracaidista del ejército americano y alemán

El entonces teniente Joaquín Caridad Arias fue comisionado por el Ministerio del Ejército para realizar en Estados Unidos, en su ejército, el curso y diplomado en Infantería Acorazada, donde aprovechó y realizó también el curso y titulación de Paracaidista de aquella nación.
Allí curiosamente tuvo de compañero en la camareta del cuartel a un teniente americano de la misma edad, oriundo de México y de una familia muy acomodada llamado Jhon Galvin. Estrecharon una gran amistad; tanto es así que los padres de Galvin poseían una enorme mansión y los fines de semana se llevaban a Joaquín con ellos. Con el paso del tiempo Galvin fue nombrado teniente general jefe supremo de la OTAN, mientras que Joaquín era capitán. En los meses de verano Galvin alquilaba una autocaravana y se trasladaba a Lugo con su familia para estar unos días con su gran amigo Joaquín Caridad Arias.

En 1957 el entonces teniente Joaquín Caridad Arias estaba destinado en la 8ª Compañía de la II Bandera Paracaidista cuyo jefe era el entonces capitán Alejandro Román Páez. Una compañía esta que fue muy castigada en número de heridos y muertos, ya que intervino en múltiples operaciones de guerra.
Uno de los mas cruentos combates en los que intervino el entonces teniente Joaquín Caridad Arias al mando de la 1ª Sección de la 8ª Compañía fue en una de las operaciones para desalojar al enemigo de sus posiciones. En dicha operación vio caer a sus queridos paracaidistas, Manuel Albacete Mate, Pablo Cutrona Sardinero, Rafael Rodriguez Madao, y el cabo José Rodán Martín. También resultaron heridos los paracaidistas Jose Abdón Clemente Gallego, Jose Martínez, Domingo Marín Vidaurreta, Jose Urbano Aragón, Ramon Villarino García, Diego Zambrano Zambrano, Andrés Jimenez Gutiérrez, Antonio Arranz Calvo, y el cabo Clemente Crespo.
En el año 1958, yo como cabo de la 6ª Compañía tuve que ir por la noche a entregar el parte de retreta al cuerpo de guardia, donde todos los compañeros coincidimos con este teniente, erguido, muy apuesto y con su figura que era como la de aquellos galanes de cine, pero sobre todo era como persona muy humano.
Más de 30 años después lo vine a encontrar en su vivienda del Puerto de la Cruz (Tenerife). Charlamos nuestros recuerdos, con su carácter jovial y muy humano.
El pasado mes de octubre el coronel Joaquín Caridad Arias entregaba su alma a Dios para reunirse allí en el cielo en el cuartel de los mejores, en el que fue su último salto paracaidista.

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La orden de Operaciones 17/57

Según consta en el historial del crucero Canarias en aguas de Ifni-Sáhara, encontramos la orden de Operaciones 17/57 del Estado Mayor de la Flota, donde el 11 de diciembre de 1957 este buque recibe orden para trasladarse a Sidi Ifni con la Agrupación T, con el fin de relevar a la Agrupación F. Afectos de información, la flota se encontraba desplegada según lo previsto para la operación Orión, pero con la variación de que la Agrupación T cambia de base, desde Puerto de la Luz a Málaga, habiéndolo hecho con la Agrupación M.
En el citado parte de campaña del crucero Canarias, de la mencionada orden de Operaciones, consta en la misma que la fragata Vasco Núñez de Balboa sale de Puerto de la Luz para una misión en Sidi Ifni, y el 9 de diciembre de 1957 continúa en Ifni. En la misma fecha se encontraban frente a El Aaiún el remolcador RA-2, la barcaza K-2 y los mercantes Viera y Clavijo y el Gomera.
En el apartado 1 de dicho parte de campaña se especifica lo siguiente: “1.1: Acudir con medios propios al lugar de la costa de África Occidental Española, en donde fuera necesario su presencia. 1.2: Facilitar enlaces radiotelegráficos al gobernador general de África Occidental Española, según las órdenes del mando. 2: Situación: el buque se encontrará amarrado en el dique del Generalísimo en el Puerto de la Luz para desempeñar comisión. 3: Ejecución: A-2257 del día 12 de diciembre se tocó Br y Er de Guardia, desatracando el barco con ayuda de dos remolcadores. A-2333: Se empezó a gobernar a la voz en demanda de salida.

A.2336: Se cubrió a 120 y a 119 revoluciones por minuto”
En la guardia de 09:00 a 08:00 del día 13 de diciembre se sorprendió un SOS del pesquero español Pepe cuando tenía una avería de agua y se encontraba en situación 48 al Sur de Agadir (Marruecos).
Esta información se pasó al Estado Mayor de la Flota, A-0826, se dio fondo con cuatro grilletes al ancla de Er.
A 09:30 se falló un grillete más de madera.
A 14:28 se avistó Villa Bens.
A 15:20 se tocó ejercicio de Artillería, tocándose retirada a las 15:45.

En los meses que duró aquella campaña, el comportamiento de la Armada puede afirmarse que fue más que ejemplar, sin olvidar a la Marina Mercante que cooperó brillantemente en cuantas misiones participó.
Es de destacar el alto espíritu de sacrificio que representó la labor de aquellos destacamentos de la playa, cuyas dotaciones de marineros trabajaban sin descanso en el desembarco de material que los buques de la Armada transportaban hasta dichas playas. Como muestra de ello lo fue el desembarco de material pesado, empaques de artillería, barracones, rollos de espino, etc.

Zafarrancho de combate

Mi amigo y compañero José Hermida Muiños, ex cabo de la XIII Bandera de La Legión y Guardia Civil de Tráfico, con gran razón afirmaba que hoy en día, después de más de 50 años, en determinados organismos oficiales nos tratan como si fuésemos analfabetos cuando se les solicita copias de documentos, fotos, etc., amparándose casi siempre en la Ley de Protección de Datos, y otras veces en que el archivo se quemó. La otra cara de la moneda, que suele ser mayoría, es que los archivos del Ejército de Tierra, la Armada o el Aire responden a las peticiones de forma muy ejemplar.
De la actuación de la flota en la campaña de Ifni-Sáhara, excepto por lo que mi buen amigo José Hermida Muiños me facilitó, la otra parte es la que vivió junto a las tropas el fallecido periodista Ramiro Santamaría Quesada, y así lo narra: “sobre las operaciones de la Armada, en el parque de campaña consta que de 06:50 a 07:12 se tocó zafarrancho de combate. De 07:54 a 08:03 se lanzan 14 salvas con la batería 120/o milímetros de Er. Sobre la ladera W del Buyarifen. De 09:00 a 09:30 se lanzan 44 salvas con la misma batería sobre la cumbre de Buyarifen, de 10:05 a 10:10 se lanzan 7 salvas sobre Bunay Yel con la batería de 120 mm Br. A las 08:47 se arrió un bote para trasladar un mando desde la barcaza K-2 a bordo. A las 17:46 se tocó zafarrancho de combate, lanzando 19 salvas con la batería de 120 mm de Br., y 4 con la de 203.2 mm sobre el cruce de carretera entre Sidi Seman y Biugta, y a las 18:26 se tocó retirada de zafarrancho de combate y servicio de mar”.
El almirante Pedro Nieto Antúnez, jefe de la Flota en 1957/58 actuando en dichas operaciones, había pedido desde el crucero Canarias telefónicamente al general gobernador de Ifni, Mariano Gómez-Zamalloa y Quirce, que le agregase a la flota un oficial del Ejército de Tierra que conociese bien el territorio, con el fin de cooperar con la dirección de tiro de las baterías del Canarias.
Para dicha misión fue designado el entonces teniente de Artillería, Manuel de la Pascua Salguero y, tiempo después, así recordaba este teniente aquellas operaciones desde el Canarias: “tras la presencia en la demostración naval sobre Agadir, era la Nochebuena del 24 de diciembre de 1957, situándonos desde el Canarias en aguas de Ifni para bombardear sobre la zona de Tabelcut. Entre el ruido ensordecedor de los disparos en el puente de mando el almirante Pedro Nieto Antúnez, jefe de la flota, me dijo esto: ‘no puede imaginarse, amigo de la Pascua, el enorme disgusto que me da disparar en esta Nochebuena, pero el deber siempre es el deber’”.

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El Decreto de su creación

El anterior Decreto de 21 de noviembre de 1934, firmado por el presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora y Torres y por el presidente del Consejo de Ministros Alejandro Lerroux García, en la parte dispositiva del mismo, así decía:
“Artículo 1º): para atender los servicios peculiares del Instituto de la Guardia Civil en los territorios de soberanía española y de Ifni, se crea la Comandancia de la Guardia Civil Exenta, que se denominará Comandancia de Marruecos que será mandada por un jefe de categoría de comandante, y cuya plana mayor se localizará en Ceuta”. Este Decreto constaba de cuatro artículos más, en cuanto a retribuciones y solicitudes y desarrollo de dicho Decreto.
La Comandancia Exenta de Marruecos iniciaba su andadura el 21 de mayo de 1935 y una vez que Hacienda autorizó los presupuestos y las cortes promulgan la ley correspondiente, los servicios los cubrían la Compañía de Ceuta, y posteriormente se anunciaba el concurso para la nueva plantilla, cuyos efectivos eran estos: ocho capitanes, 22 tenientes, un subteniente, dos brigadas, cuatro sargentos, 56 cabos y 257 guardias. Para estas vacantes iban a tener preferencia los que tuvieran conocimiento del árabe o dialecto shelja.

La comandancia se organizó en ocho compañías, la 1ª en Sidi Ifni, 2ª en Xauen, 3ª Larache, 4ª en Tetuán, 5ª en Alhucemas, 6ª en Nador, 7ª en Melilla y 8ª en Ceuta. Éstas a su vez se organizaban en 16 líneas, ello según el historiador Francisco Martínez Quesada. Dichas Líneas tenían su cabecera en Sidi Ifni, Tiliuin, Tetuán, Alcazarquivir, Had el Raudi, Zaio, Bad-Tasa, Targuist, Rigaia, Ceuta, Arcila, Telata B, Mohamed y Melilla.
En un exhaustivo y magnífico reportaje como es costumbre, mi buen amigo el comandante de la Guardia Civil, Jesús Francisco Núñez Calvo, en la revista Guardia Civil, narra con todo lujo de detalles que al personal de esta comandancia para sus cometidos les fueron asignados 62 caballos y su armamento eran: pistolas Star de 9 mm de largo para personal europeo y fusil o mosquetón para Infantería o Caballería respectivamente, de 7 mm y 4 fusiles ametralladores. La Compañía de Ifni desde su creación estaba al mando del capitán Miguel Andrés López y los tenientes Luis Canis Matutes, Ángel Merco Cisneros, Luis López Ochoa Motta y el alférez Gabriel Borjas Mesa, y personal moro eran 1 oficial de Infantería, 1 de Caballería, 5 sargentos y 2 de Caballería.

Un teniente de la Benemérita alertó del ataque al territorio

Iniciada su andadura, la 4ª Compañía fue su cabecera en Sidi Ifni, y en principio tenía dos líneas, Aid Aixa y Tiliuin, siendo el comandante Núñez Calvo el que detalla que en su despliegue tenía los puestos de Sidi Ifni, Sidi Uarsak, Sidi Borga, Hachy de Bifurna, Tenin de Ait Izishuir, Ait Talaten, Id Aixa, Tiliuin, Uggu, Sidi Yennun y Arosi Asaka.
Años después, la presencia de la Guardia Civil quedaría en un puesto en Tabelcut, frontera con Marruecos, con el cabo 1º Juan Rubio Martos y un guardia. En Sidi Ifni el puesto contaba con varios números dependiendo de la línea de Las Palmas al mando de un teniente, que se desplazaba con regularidad a Sidi Ifni.
Hace años mantuve una entrevista con el fallecido comandante de la Benemérita, Celestino Guillén Martín, el cual siendo teniente y destinado en la Comandancia de Las Palmas, tenía a su cargo la línea de Sidi Ifni. Un magnífico guardia civil como era este comandante, curtido en tres guerras, vio y comprobó con sus propios ojos los informes que recibía, que el territorio de Ifni era un auténtico polvorín y que en cualquier momento podía estallar, lo que el 23 de noviembre de 1957 sucedió. Estos informes el comandante Guillén los había hecho llegar por su conducto a las autoridades competentes.
La Guardia Civil, como siempre en labor callada y sin protagonismos, tuvo un más que importante papel, tal como consta en un documento en mi poder, un radiograma secreto y cifrado con el número 158 del gobernador de Ifni al director general de Marruecos y colonias, que entre otras cosas dice así: “continuación mi cifrado 154 según informes agente consular de España en Agadir, comunica hallarse dicha plaza sargento Guardia Civil, Juan González Ruiz. Al tener conocimiento dicho agente consular, se personó el gobernador marroquí, objeto entrevistarse con el citado sargento, manifestando gobernador marroquí que no desea verle”.
Ignorando los motivos, el hoy capitán de la Guardia Civil, Juan Rubio Martos, estando el cabo 1º en Tabelcut, enviaba informes al Gobierno General de Ifni sobre la situación tensa que se vivía con Marruecos, comprobando que dicha información que se enviaba al Alto Estado Mayor no llegaba tal como la emitía este cabo 1ª, por lo que optó por enviarla a un amigo y compañero que vivía en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife) en la barriada Los Molinos de apellido Barriuso, pero la enviaba a nombre de su mujer, y éste la hacía llegar al coronel-jefe del 15º Tercio de Santa Cruz de Tenerife. Con ello se armó un pequeño revuelo, ya que desde Madrid al Gobierno de Ifni les pidieron explicaciones al no coincidir dichos informes.
En 1969 que finalizaba la presencia de España en Ifni, saliendo los últimos guardias civiles tras varias décadas con brillantes servicios en Ifni se retiraban con la satisfacción del deber cumplido. Con anterioridad, en 1957 en Tabelcut había sido hecha prisionera la guarnición. Entre ellos se encontraba el entonces cabo 1º Juan Rubio Martos, su esposa y dos niños pequeños, los cuales serían liberados año y medio después en un acto más que vergonzoso por parte de Marruecos. A pesar de ello la Guardia Civil escribió con letras de oro su primer artículo: “el honor ha de ser su principal divisa, una vez perdido no se recobra jamás”. Ello aún lo explicaba con rotunda claridad un célebre filósofo español: “el honor prohíbe acciones que la ley tolera”, Lucio Anneo Séneca.

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Levante tierra de héroes, artistas y grandes músicos

Los valencianos son alegres, intrépidos y grandes artistas, en el terreno de la milicia o el deporte, ahí están artistas como Vives, San Vicente Ferrer, Blasco Ibáñez, Sorolla o Mariano Benlliure, así como al celebre Berlanga, director de cine y excombatiente de la División Azul.
En la milicia el heroico José Francisco Romeu Parra, teniente coronel nacido en la bella ciudad de Sagunto, junto con un grupo de soldados tuvo en jaque a varias divisiones francesas, hasta que un traidor delató donde acampaba este y sus soldados, por lo que fue apresado por los franceses. En una plazoleta de su ciudad natal, Sagunto, le erigieron un busto en recuerdo de este héroe.
En la milicia figuran otros grandes soldados como el general Vicente Rojo Lluch, cuya ciudad natal Fuente de la Higuera le recuerda. También otros como el general y gran amigo Antonio Macia Serrano, nacido en Elche (Alicante), buen intelectual y autor de varios libros destacando su mejor obra La Legión Desnuda. Compré dicho libro hace sesenta años en una librería del Aeropuerto de Barajas. No sabía quien era ese autor, pero indagando con amigos militares supe que era dicho coronel.
Le envié el libro para que me lo dedicara y de vuelta a mi poder nació una gran amistad que duró y durará siempre. Otro es el general y gran amigo Vicente Bataller Alventosa, gran soldado y magnifico escritor. Tiene publicados varios libros sobre la Campaña de Ifni-Sáhara y de las unidades de Operaciones Especiales. Espero que algún día su ciudad natal le recuerde con alguna calle a este gran soldado y magnífico escritor nacido en Játiva.
En el deporte ahí está una de las grandes figuras del fútbol, Puchades, que vistió la camiseta internacional en varias competiciones. Otro de los grandes es del deporte aéreo, Tomás Castaño de Meneses, que en 1964 en la Competición Internacional de Acrobacia Aérea celebrado en Sondica (Bilbao) se proclamó campeón mundial de acrobacia aérea cuando era capitán piloto del Ejército del Aire.
Fue un gran amigo cuando volaba como comandante piloto en Iberia, era un campeón de la amistad y del saber estar. Siempre que aterrizaba en el Aeropuerto de Tenerife cuando se bajaba del avión venía a saludar. Hoy descansa en el mejor aeropuerto, que es el cielo. Espero que su ciudad natal y sus gobernantes honren la memoria de este magnífico hijo de Castellón de la Plana. Para ello esta cita de un filósofo es mas que elocuente: “honrar a los héroes es un deber de gratitud”.

Un hijo de Alcublas muerto heroicamente

La ciudad de Alcublas (Valencia) es una pequeña localidad que está ubicada en la Comarca de Los Serranos. Puedo hablar de ella porque la conozco y la he visitado varias veces.
Es una pequeña localidad que elabora unos vinos de alta calidad que consumen mayoritariamente lo pueblos limítrofes de Altura y Segorbe (Castellón), pero también en la provincia de Teruel. Son de una alta calidad porque sus viñedos son de secano.
En esta pequeña localidad nació el cabo 1º Paracaidista Jose Civera Comeche. Fue uno de aquellos jóvenes que para buscar un mejor porvenir se alistó voluntario en el Ejército, donde iba a encontrar todos esos valores como la disciplina o el compañerismo, y ante todo el amor a la Patria. Valores que no se encuentran en ninguna universidad. Jose Civera Comeche, ya como cabo 1º realiza el Curso de Paracaidismo. Figura en el Diario Oficial del Ejército nº 134 de fecha 14 de junio de 1954, figurando el primero aquel gran soldado entonces comandante Tomás Pallas Sierra, junto con varios oficiales, suboficiales y clases de tropa, donde iba el entonces cabo 1º José Civera Comeche con hasta un total de 128 de tropa, la mayor parte procedentes de La Legión atraídos por el entonces comandante Pallas Sierra, alma y corazón de la Brigada Paracaidista y hoy recordado por todos aquellos fieles soldados.
Finalizado el curso de paracaidismo, el primero del Ejército de Tierra, José Civera Comeche acabó encuadrado en la II Bandera Paracaidista, en la 7ª Compañía al mando de un gran soldado, Juan Sánchez Duque, y en la sección del teniente Antonio Ortiz de Zárate, aquel magnífico teniente que antes de partir para la liberación de Telata dijo aquella frase: “entraré en Telata o en el cielo”.
Para liberar el Puesto de Telata cercado por el enemigo se designó al teniente Ortiz de Zárate con su sección, junto con una ambulancia con un capitán médico y un brigada practicante, además del resto de la sección.
Antes de llegar a Telata un musulmán les advirtió que en una colina cercana había un grupo de Rebeldes. Cuando se aproximaban a Telata recibieron intenso fuego enemigo que fue repelido por estos paracaidistas. Cuando el cabo 1º Cievar trepaba por una colina para neutralizar al enemigo, un disparo en el pecho acabó con su vida, la de un heroico soldado. Fue una doble tragedia puesto que no pudo conocer a su hijo que nació estando su padre en tierras de Ifni.
Aquella sección fue una auténtica odisea, ya que sin apenas víveres y agua resistieron teniendo que beber su propios orines, rodeados con los cadáveres de su teniente y varios compañeros y junto con los lamentos de los heridos, hasta que una compañía de Tiradores los liberó. Cuentan testigos de aquella odisea que los abrazos se fundieron con las lagrimas abrazados a los soldados de Tiradores.
Es de justicia que su pueblo natal honre la memoria de su hijo con el nombre de una calle, y aún más que el regimiento de Caballería Lusitania, afincado a pocos kilómetros de Alcublas, que pertenece a la Brigada Paracaidista no se olvide de al menos una representación del mismo en la próxima festividad de Todos los Santos, hagan presencia ante la tumba del cabo 1º José Civera Comeche.

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Reuniones de alto nivel en Ifni

Tras los primeros combates, un mes después del 14 de enero de 1958, previa autorización de Francia, llegaban a Sidi Ifni el ministro potenciario, Chambard, el cual representaba al alto comisario del África Occidental Francesa. Le acompañaba Cusin en unión de un coronel del Estado Mayor del general Bourgound, cuyo general ya había tenido varias reuniones con mandos militares españoles y con el gobernador de África Occidental Española, el general Gómez-Zamalloa. En esta reunión en Sidi Ifni se trató, por la parte francesa, de elevar protesta por la pasividad y tolerancia de España ante las bandas rebeldes, las cuales habían utilizado Río de Oro como punto de partida contra Mauritania.
Un mes después, el 25 de febrero de 1958, tiene lugar en Port Étienne una reunión del general Charles Bourgound con un comandante del Estado Mayor del Gobierno General de Ifni, en cuya reunión se sentaban las bases de una nueva cooperación.
Por parte de España, el gobierno general de Ifni-Sáhara autorizaba, y así se acordaba, para que en caso de combate en las proximidades de la frontera española, las Fuerzas francesas pudieran emplearse con sus medios, tanto el Ejército como la Aviación, para de esta forma, realizar una eventual persecución por el interior del territorio español hasta un límite de 30 kilómetros.

Sin embargo, Gaston Defferre, ministro de Ultramar, llegaba más lejos.
Este daba instrucciones al alto comisario Cusin de que en caso de ataque persiguiera a las bandas rebeldes sin tener para nada en cuenta los límites fronterizos y, a su vez, instalar un enlace-radio de Sidi Ifni con Fort Trinquet (Bir Leun Grein), en frecuencia de 5.712 kilociclos, a las 9 horas y en 3.750 a las 20 horas. Esta frecuencia se iniciará el día 19 de marzo y las comunicaciones urgentes se harán entre La Güera y Port Étienne, siendo toda esta información del fallecido coronel de Artillería e historiador, José Ramón de Diego Aguirre, un gran conocedor del Sáhara, y muy especialmente de toda aquella guerra.
Por parte de España, principal perjudicada de los ataques de estas bandas rebeldes, el 30 de noviembre de 1957 el Estado Mayor del Aire decide aumentar a 30 aviones Heinkel He 111, los cuales se destacaban en la Zona Aérea de Canarias en Gando, de los cuales cinco de la Región Aérea del Levante y dos del Estrecho se incorporarían a Gando. De la intensa actividad aérea cabe sólo citar que a finales de noviembre el Ejército del Aire había transportado nada menos que 1.667 hombres, con equipo, armamento y municiones, y 86.160 kilos de víveres, municiones y material de transmisiones.
En noviembre de 1957 la Instrucción del Estado Mayor Central 257/14 especificaba los propósitos del Mando, señalando la cooperación francesa de un mínimo de 2.000 hombres, más la Fuerza Aérea. En principio se llevarían a cabo intensos bombardeos sobre grupos de Raudat el Hach y Tafudart, y en una segunda fase aeroterrestre se contemplaban otras dos acciones sobre Tafudart y otra francesa, Fort Trinquet-Smara.

Los Rodeos-Gando-Aaiún con Nord Atlas franceses

El aeropuerto de Los Rodeos en dicha campaña de Ifni-Sáhara tuvo un intenso tráfico aéreo tanto de aviones españoles como Nord Atlas franceses. De ello da fe el documento que obra en mi poder del Ejército del Aire, Diario de Operaciones nº 17/58 [secreto], el cual especifica que el 10 de febrero de 1958 un Junker del Ejército del Aire traslada de Gando a Fort Trinquet componentes de tierra, mar y aire. El documento 19/58 dice que dos aviones Nord Atlas franceses transportan dos jeeps y otro jeep traspasador de gasolina, material de guerra y víveres con un total de 9.000 kilos. El documento 20/58 de 17 de febrero de 1958 expone que un Nord Atlas de la Fuerza Aérea francesa en cuatro rotaciones del aeropuerto de Los Rodeos a Aaiún transporta 18.000 kilos de material de guerra y víveres.
Un telegrama secreto (nº 151) expone que un avión Junkers realiza un vuelo de Fort Trinquet-Gando-Los Rodeos para recoger en este aeropuerto tinerfeño de Los Rodeos un cargamento de 2.000 kilos de galletas.
Otro documento secreto de 12 de febrero de 1958 recoge que un avión realiza un vuelo Gando-Aaiún-Fort Trinquet con un pasajero y 232 kilos de víveres. Otro documento secreto de 16 de febrero de 1958 especifica que un Nord Atlas francés, en cuatro rotaciones del aeropuerto de Los Rodeos-Aaiún, transportó 21.000 kilos de material de guerra y víveres en ocho horas y 27 minutos.
Tres Nord Atlas franceses en seis vuelos del aeropuerto de Los Rodeos-Aaiún, transportaron 21.000 kilos de material de guerra en nueve horas y 21 minutos.
El 23 de febrero de 1958 un Junkers realiza un vuelo desde Los Rodeos a Villa Cisneros con cinco pasajeros y 1.485 kilos de víveres. Como puede comprobarse, la intensidad de vuelos de aviones franceses desde Los Rodeos al Sáhara fue bastante intensa y eficaz, por el número de kilos de material, víveres y demás.

Otro documento secreto (nº 20/58) de 17 de febrero de 1958 en su resumen informativo expone que el jefe del Mando Aéreo del Sáhara ha salido para Fort Trinquet (África Occidental Francesa), con el objeto de coordinar con las Fuerzas Aéreas Francesas la próxima operación sobre Hagunia, cumpliendo órdenes del capitán general de Canarias.
El documento secreto nº 21/58 de 19 de febrero de 1958 expone que regresa a Fort Trinquet (África Occidental Francesa), el jefe del Mando Aéreo del Sáhara, tras cumplir la misión de coordinación con las Fuerzas francesas.
Y, finalmente, el telegrama nº 40 del general de la Zona Aérea de Canarias al ministro del Aire dice: “según comunica Jefe Sector Aéreo ‘AOE’ se ha presentado en Aeródromo Aaiún un coronel francés comunicando que se encuentran a nuestra disposición 12 aviones T-6 en Fort Trinquet, 2 de diciembre de 1958. El oficial de Cifra. Hay un sello Estado Mayor del Aire”.
Gracias a la cooperación francesa con los aviones de ataque se pudo hacer posible el desmantelamiento de todas las Bandas Rebeldes, en especial por la eficaz colaboración del general Charles Bourgound, alto comisario del África Occidental Francesa.

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Entrevista en la cárcel de Ifni a dos prisioneros

Tal como narra este diario tinerfeño, así se explicaban estos prisioneros: “Lhasen Taia ben Brahin, para sus íntimos es marroquí, natural del poblado ‘Aguni-Zeban’ de la comarca de Tiznit. Entre los prisioneros de la cárcel de Sidi Ifni hay varios de la comarca marroquí. Afirma que salió el ‘Boxim’ con unos 40 miembros del Ejército de Liberación Marroquí, al mando de Aluch, ex-sargento de la Policía, todos con sus macutos llenos de municiones y portando un fusil, y penetrando en territorio de Ifni, y al llegar a Manuali, se enfrentaron a las tropas españolas en un fuerte tiroteo contra los soldados españoles, donde el Boxim fue herido y hecho prisionero”.
Mohamed Ben-Abdel-Lha acusa de cobarde al llamado Lha Aluch, como lo avala que en el momento del ataque huyó y que el citado Mohamed Ben-Abdel-Lha, afirma no tener motivo alguno para atacar Ifni, y que es preferible la muerte, a caer en manos del Ejército de Liberación Marroquí, citando varios casos de asesinato y robo perpetrados por esas bandas rebeldes que componen a grupos de delincuentes que campan a su libre albedrío.
Otro prisionero, Mohaford Ben Mohamed, padre de cuatro hijos, vecino del poblado marroquí de ‘Id el Hach Tugda’, afirma que el alguacil Belcasem Ben Brahin le comunicó que el caíd quería verlo en su oficina. Mehaford no hizo caso, pero a la mañana siguiente fueron a buscarle dos soldados del Ejército de Liberación Marroquí, llevándole a la fuerza a la oficina del caíd, donde ondeaba la bandera de Marruecos, dándole por todo alimento pan y sardinas, ordenándole a salir con otros hombres armados.

El propio periodista afirma que “el propio lector puede fácilmente sacar conclusión de quiénes eran y avalado por las propias declaraciones de estos prisioneros marroquíes, cuyo resultado en su declaración es el clima de inseguridad por los crímenes y terror que es el mejor caballo de troya, para sus propósitos de dominio, con esta irresponsable conducta de los pueblos de occidente”, Rufo Gamazo Rico, El Día, 2 de febrero de 1958.
Según un informe que elevó a la Dirección General de Plazas y Provincias Africanas, el periodista Ramiro Santamaría citaba que el Ejército de Liberación estaba integrado por grupos de 600 hombres. El modo de combate es típicamente guerrillero, y la base de estrategia es siempre por sorpresa, cuya principal misión es el hostigamiento nocturno y la emboscada. En la acción llevan armas y la tercera se compone de proveedores, acemileros, etc. También se observan individuos cuya misión es el abastecimiento y la retirada de los cadáveres, por ello es difícil encontrar muertos enemigos, aunque se localizan restos de sangre.
Uno de los prisioneros declaró quienes eran los jefes, y cita a Mohamed Caid, Ham Darbel ben Kadur, jefe de grupo; Mohamed Ben Hamu ben Abdel, soldado; Brahim Maillad Ahmed, soldado; Mohamed Brahim Admed, jefe de grupo; Mahayud Mohamed Sala, jefe de grupo; Beddi Lazud ben Lhasen, soldado; Soliman ben Embarc Admed, soldado; Lazid ben Farayi Salan, soldado y Mohamed ben Aomar Lazid, soldado.

Presos por asesinatos y políticos

No hace mucho tiempo una desconocida Asociación de Presos del anterior régimen en Ifni-Sáhara, ante un medio de comunicación nacional, se presentaba como unas pobres víctimas, y casi como angelitos inocentes. Afortunadamente para estos y para la letrada que les asesora, el mejor medicamento son los archivos y las hemerotecas y documentos del gobierno general de Ifni, donde en una relación de prisioneros atacantes de las bandas rebeldes se inicia con el Kaid Abdhel-Lhase Ahaud y termina con Mohamed ben Aomar Lazid. Un total de 70 individuos del Ejército de Liberación Marroquí que operaban en el África Occidental Española, y cuando fueron capturados creo que no estaban orando o jugando a las cartas.
Curiosamente estos inofensivos angelitos iban provistos de 25 fusiles de fabricación checa de 5 y 7 tiros, y once ametralladoras. Otro grupo portaba también otros 25 fusiles checos de 4 y 7 tiros y tres ametralladoras, según documentos nº 2.231/a de la 2ª Sección de Estado Mayor del Gobierno General de Ifni de fecha 6 febrero de 1958.
Otro documento de la Delegación Regional Sur del Sáhara Español, de 14 de enero de 1958, cita la relación de personal preso en la Casa Sur de Las Salinas a estos: Aali Uld Lahabi y Mohamed Ali ambos por asesinato; Abderraman Uld Bueile y Halid Uld Sidi Mesaf, ambos por piratería en Morro Ancha. Y sigue la citada relación con otros 24 prisioneros entre civiles y militares, todos ellos musulmanes.
Más esclarecedor acerca de quiénes eran estos inocentes, lo acredita un prestigioso periodista, presente en las operaciones y así dice: “los prisioneros tienen un aspecto desagradable, jóvenes e imberbes, con expresiones de niños tontos, otros mayores que debajo de la chilaba llevaban pantalones del Ejército de Liberación Marroquí”.
Estos no dicen la verdad, y en opinión del periodista “son mentirosos. Uno de ellos Hasan Ben Asian, tenía un aspecto feroz y se paraba delante de nosotros con actitud desafiante”.
Del comportamiento de estos rebeldes, en comparación con el de los soldados españoles, hay un abismo, pues las tropas españolas los trataban con todos sus derechos, respeto y dignidad: “en las celdas tienen esteras, comen caliente, y a los heridos se les atiende y se les cura”, Gómez Figueroa, Informaciones, 29 de noviembre de 1957, Sidi Ifni.
La organización de estas bandas rebeldes tienen un responsable principal jefe de los comisarios políticos, que son miembros seleccionados por el llamado Movimiento de Resistencia Marroquí, cuyo portavoz en Rabat era un Faquih llamado Al Basari, pero el verdadero jefe del Movimiento de Resistencia era Alal-El Fassi, y el jefe de Estado Mayor se sospecha que un capitán alemán, conocido por el nombre de Hans.
Hay que hacer constar que en el listado de los prisioneros capturados figuran 2 rebeldes por asesinato, siendo la mayoría del resto políticos.

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El dolor de una madre

Asunción Martínez Ramos vivía en Burriana (Castellón), con su esposo y su hijo Joaquín Fandos Martínez. Cierto día de julio de 1936, cuando su hijo Joaquín tenía apenas un años de edad, estalló la contienda de 1936 y Burriana cayó en manos del Frente Popular. Una mañana, un grupo de individuos de las hordas marxistas apresaron a su esposo y tras la búsqueda apareció en el campo asesinado por dichas bandas.
Hay que ponerse en el lugar de aquella madre que quedó viuda y con su hijo Joaquín de apenas un año. Un dolor que se borra de la mente pero que siempre permanece en el corazón.
Gran mérito de aquella gran mujer que jamás mostró rencor ni menos odio hacia quienes le arrebataron la vida de su esposo, y con el agravante de salir adelante con mucho sacrificio pero sus sentimientos cristianos le llevarían aquella cita: “perdonad pero no olvidéis”.

Aquel hogar lleno de sufrimiento pudo salir adelante y sacar a su hijo Joaquín adelante. Es cierto que los que se forjan en las labores del campo adquieren unos valores que no se enseñan en ninguna universidad. Esa dureza del campo les adquiere esos valores de oficio, honradez y mucha generosidad. Y así como aquel joven Joaquín fue forjándose día a día en ayudar a su querida madre, y aunque esta le contó la ausencia de su padre, zJoaquín jamás mostro signo de rencor. Yo creo que estos hechos desgraciados los expuso con claridad el que fue presidente de la República en su exilio antes de morir: “paz, piedad y perdón”.
Esta madre con mayúsculas tuvo el honroso hecho de que con motivo de la despedida del regimiento de Infantería Tetuán 14, en Castellón en la Jura de Bandera que se celebró en el acuartelamiento, juró bandera junto con varios centenares de hombres y mujeres. Cuentan los testigos que cuando Asunción Martínez depositó su beso ante la sagrada enseña, los cientos de asistentes prorrumpieron en aplausos junto con muchas lágrimas.

El héroe de Telata tiene su nombre en Burriana

En el año 1956 en el sorteo del reemplazo en la Caja de Reclutas de Castellón, a Joaquín Fandos Martínez le correspondió el destino en el regimiento de la Red Permanente y Servicio Especiales de Transmisiones, hoy regimiento de Transmisiones nº 21.
Una vez juró bandera, fue destinado a Sidi Ifni y de aquí con otro compañero al puesto de Telata para cubrir las transmisiones en fonía y grafía. El puesto de Telata estaba a varios kilómetros de la ciudad de Sidi Ifni y la guarnición la componían tiradores de Ifni una compañía y un destacamento de Policía.
El 23 de noviembre de 1957 en horas de madrugada las Bandas Rebeldes inician diversos ataques, haciendo que la guarnición hiciese frente durante día y noche, lo que llevaba a que los soldados estuviesen repeliendo los ataques durante horas y horas sin descanso. Joaquín Fandos Martínez, que descansaba de las horas de guardia en la emisora, viendo a sus compañeros que apenas descansaban, le dijo al que estaba haciendo fuego con su fusil que se retirara a descansar, que él cubría su puesto. Apenas empuñó el fusil para repeler los ataques, un disparo le causó la muerte.
Cuando fue liberado el puesto por tiradores de Ifni y paracaidistas, llegó el cadáver de Joaquín Fandos Martines al cementerio de Sidi Ifni. Entre varios compañeros estaba su paisano, también soldado, Vicente Félix Monfort, al ver el cadáver de su compañero y amigo dijo: “el soldado Joaquín Fandos Martínez no ha muerto en acción de guerra, ha muerto un héroe”.

Años después, en 1969, al evacuar el territorio y exhumar los restos de los caídos, el cadáver de Joaquín Fandos Martínez fue evacuado por vía aérea a Valencia. En dicho aeropuerto un teniente coronel y un teniente de dicho regimiento recibieron los restos junto con su madre para posteriormente trasladarlo al cementerio de Burriana (Castellón).
Hace varios años yo personalmente solicité por escrito vía oficial al general-jefe de la brigada de Transmisiones en Bétera (Valencia) que se honrase su memoria en el acuartelamiento donde el pertenecía. Me contestó que no podía ser puesto que en su regimiento en Pozuelo de Alarcón un edificio llevaba su nombre y anualmente se convoca un premio con su nombre.
En un gesto que le honra, el entones general-Jefe de dicha brigada se trasladó a Burriana, y tras entrevistarse con el alcalde, dicha autoridad le informó a Vicente Ripoll que, por acuerdo unánime de la corporación se había acordado honrar a su hijo héroe con una calle con el título: “Calle Soldado Joaquín Fandos Martínez”. En dicho acto estuvo presente el alcalde de Burriana con la corporación, la fallera mayor y su corte de honor y el general Vicente Ripoll, jefe de la Brigada de Transmisiones y el teniente coronel jefe de Prensa.

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Llega el 71º Escuadrón

Una vez que el sistema defensivo de Ifni se fue estabilizando, los estados mayores de Tierra, Mar y Aire, al mando desde Santa Cruz de Tenerife del entonces capitán general de Canarias y África Occidental Española, José María López Valencia, organizan la fase aérea para la eliminación de las bandas rebeldes del Ejército de Liberación Marroquí, que con anterioridad campaban a sus anchas por todo el territorio, entonces bajo soberanía española.
El 30 de enero de 1958 aterrizaban en el aeródromo de Sidi Ifni quince cazas bombarderos Hispano Aviación, HA-1, 112 MIL, conocidos vulgarmente como los ‘buchones’, que habían sido construidos por Hispano Aviación, con licencia de Messerschmitt.

Sus características se basaban en estar dotados de un motor Rolls-Royce Merlin, de 500/45 de 1.632 cv, con un peso en vacío de 2.666 kg, pudiendo desarrollar una velocidad de 543 km/hora y podían volar en un techo de 10.200 metros. Su armamento eran dos cañones Hispano Suiza de 20 mm. Podía portar ocho cohetes Oerlikon de 80 mm y había entrado en servicio en 1957.
Los ‘buchones’ habían despegado el día antes mencionado desde el aeropuerto de San Pablo (Sevilla). Estos quince ‘buchones’ iban precedidos por un avión T-3 (Douglas) del Ejército del Aire, el cual transmitía información sobre las condiciones de la ruta. Los citados ‘buchones’ del 71º Escuadrón iban al mando, que pilotaba uno de ellos, del entonces comandante (fallecido de general), Isidoro Comas Altadill, un veterano piloto que había combatido en la pasada guerra de España y que por su heroica actuación fue condecorado con la Medalla Militar Individual, según la Orden Circular de 5 de junio de 1941, publicada dicha concesión en el Boletín Oficial del Aire, según dicho texto, lo fue por relevantes méritos, actuación sobresaliente y extraordinarios servicios durante la pasada campaña.

"El 30 de enero de 1958 aterrizaban en el aeródromo de Sidi Ifni quince cazas bombarderos Hispano Aviación"

Una vez repostaron en el aeródromo de Sidi Ifni, el comandante Comas Altadill, jefe del 71º Escuadrón, y tres aviones más despegaron de este aeródromo para aterrizar aquel mismo día, 30 de enero de 1958, en el aeródromo de El Aaiún, donde iba a ser la base de dicho escuadrón. Aquella misma tarde, los otros once ‘buchones’ no pudieron despegar por haberse hecho de noche. Fue al día siguiente cuando despegaron, tomando tierra en el mismo aeródromo de El Aaiún.
En la toma de tierra de estos once ‘buchones’, tan solo hubo que lamentar el percance de uno de los aviones, el que pilotaba el entonces teniente Federico Barbadillo Gómez, el cual, en la toma de tierra, se salió de la pista, yendo a chocar con la manga indicadora del viento, capotando el avión con grandes desperfectos aunque, afortunadamente, el teniente Barbadillo salió ileso de este percance.

Intensa actividad de los 'buchones'

Los ‘buchones’ del 71º Escuadrón, una vez instalados en el aeródromo de El Aaiún, iniciaban una intensa actividad, y es a partir del 3 de febrero de 1958, según consta en los diarios de operaciones de la entonces denominada Zona Aérea de Canarias (hoy Mando Aéreo de Canarias), cuando en varios de los documentos de estos diarios de operaciones con la calificación de secretos, citan que los C4-K (Buchones) realizan un reconocimiento armado sobre Edchera, observando que en la Loma Negra, en la Saquia el Hamra, les hacen fuego de armas automáticas sobre estos aviones.
El día 9 de febrero de 1958 once aviones C4-K realizan una misión de protección de un convoy, misión cobertura de una columna del Ejército de Tierra, desde Villa Bens a Daora, y ataque a objetivos de Tafudart, realizando fuego de cañones y cohetes, comprobando, una vez finalizada la misión, que habían destruido numerosas jaimas en las que se ocultaban las bandas rebeldes del Ejército de Liberación Marroquí.

Al día siguiente, 10 de febrero, los C4-K, según consta en los diarios de operaciones de la Zona Aérea de Canarias, realizan catorce salidas de apoyo al fuego y reconocimientos ofensivos en apoyo a una columna del Ejército de Tierra. Cuatro días después, el 14 de febrero, dos aviones C4-K realizan un reconocimiento ofensivo sobre los objetivos señalados, y en este mismo día, de forma urgente, tres aviones C4-K realizan una misión de apoyo al fuego. Más tarde, el 16 de febrero sería cuando dos C4-K sobrevuelan la zona norte de Gaada, atacando un rebaño de camellos ocultos de las citadas bandas rebeldes del Ejército de Liberación Marroquí.
Aunque quizás cueste creerlo, lo cierto es que en los documentos secretos del Ejército del Aire consta que en el mes de febrero dos aviones C4-K, cuando reconocían la zona de Edchera, recibieron disparos de armas automáticas del enemigo y, según estos documentos secretos, en otra misión cuatro aviones C4-K realizan sus misiones de apoyo con fuego para apoyar a una agrupación del Ejército de Tierra.
En otra misión, dos aviones C4-K apoyan con fuego de cañones y cohetes a las columnas A y B del Ejército de Tierra, consiguiendo en esta operación causar numerosas bajas al enemigo. En sucesivos días de febrero, dos aviones C4-K realizan una misión de protección a un convoy en el desembarcadero de El Aaiún.
La actividad de estos aviones del 71º Escuadrón era muy intensa, como lo avala que en el citado mes de febrero ocho C4-K atacan objetivos enemigos en la zona de Tafudart con fuego de cañones y cohetes, con buenos resultados, disparando 46 cohetes de 20 mm, 130 de 7.7 y 3.000 de máquina Breda. Todas estas operaciones las se mencionaban en la prensa: “la aviación desbarató concentraciones, cooperando brillantemente”, El Día, 2 de marzo de 1958).
El entonces comandante Isidro Comas Altadill era un experto y grandioso piloto, el cual tenía el Valor Acreditado en cientos de horas en acciones de guerra, lo que le caracterizaba como un magnífico jefe y aviador.

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La información militar

Cualquiera que conozca un poco lo que son las Fuerzas Armadas sabe perfectamente que en cualquier confrontación bélica los gabinetes de prensa facilitan la información a los distintos medios de comunicación de una manera que, aunque se detallan las operaciones, se omiten, como es normal, la situación de las unidades, puestos de observación, número de tropas, etc., ya que lo contrario sería facilitarle al enemigo la victoria y esto no es nuevo en nuestras Fuerzas Armadas, el facilitar los comunicados en la forma que se cree más conveniente, lo hacen todos los ejércitos del mundo.
Mucho mejor que yo lo puede hacer, el periodista Ramiro Santamaría, el cual estuvo cubriendo información en toda la campaña en los distintos frentes como corresponsal de varios diarios nacionales y de agencia de prensa, y así lo explicaba: “la tarea del periodista es contar, escribir ajustándose a la verdad, sin dramatismo ni gestos histriónicos. No hacen falta para dar a conocer las impresiones donde la experiencia personal se mezcla con lo confidencial, o con la anécdota surgida, como aparecen en todos los conflictos bélicos, hay que hacerlo con alma grande y sin rencores”.
Allí, en los territorios del África Occidental Española, desde diciembre de 1957 estuvieron presentes prestigiosos periodistas como Manuel Calvo Hernando, del diario Ya, Ricardo Fernández de Latorre de Pueblo, Torcuato Luca de Tena de ABC, y Rufo Gamazo Rico de El Día entonces director de este. Así mismo, de la provincia hermana también estaban otros periodistas de Diario de Las Palmas, ofreciendo puntual información, lo mismo de Sidi Ifni que de los territorios del Sáhara.

Que esta guerra no era silenciada lo demuestra lo que publicaba un diario de Madrid que así decía: “la prensa londinense se ocupa de los incidentes en Ifni”, Londres, crónica radiotelegráfica de Juan Ramos de Aguilar. El órgano conservador The Daily Telegraph publicó un editorial sobre el incidente de Ifni que dice textualmente: “todas las informaciones están en contra de que los españoles hubiesen provocado el choque del que ningún beneficio podrían esperar”. Otro rotativo inglés así decía: “The Times titula territorio español invadido”. “The Daily Telegraph hace constar en la información que le ha llegado de Rabat que el ataque fue llevado a cabo por guerrilleros que sumaban más de mil, probando con ello la magnífica actuación de las fuerzas del ejército español”, 29 de noviembre de 1957.
Toda esta tribu de resentidos no hace otra cosa que, con su pluma, enfangarla con odio y mentiras, lo contrario de la noble profesión del periodista, que debe ser imparcial y nunca tergiversar los hechos.
Hay una nota que refleja la profesionalidad de un periodista, y así lo narra uno cuando acompañaba al séquito del entonces capitán general de Canarias, José María López Valencia en La Hagunia, y así lo escribe: “al ver un vistoso fuerte de piedra, hecho con gran tesón y esfuerzo por los legionarios de la II Bandera, un reflejo de ‘Beau Geste’, el entonces comandante-jefe de la Bandera, Florencio Apellaniz Fernández, le dijo al periodista: ‘¡Ramiro, cuenta algún día de lo que fuiste testigo a la juventud española!’”.

Las crónicas de El Día desde el África Occidental Española

El diario El Día, con fecha 16 de enero de 1958, destacaba en titulares esto: “Fuerzas de la Legión destruyen una numerosa banda rebelde en el Sáhara español. El enemigo abandonó 241 cadáveres, y nuestras tropas se apoderaron de abundantes armas y material diverso, así como un depósito de víveres, según nota del Ministerio del Ejército”.
Destaca otra información, en este caso una rueda de prensa en la Capitanía General de Canarias, celebrada el 23 de febrero de 1958, así dice: “el capitán general de Canarias exaltó las virtudes del soldado canario. En su despacho de Capitanía General recibió en la mañana de ayer a los directores de periódicos y semanarios locales. El capitán general explicó en breves palabras el alto espíritu demostrado por las tropas frente a los agresores de las bandas rebeldes, y expresó su satisfacción por la actuación de los soldados canarios. Prueba de ello es que los respectivos jefes de unidades solían manifestar especial predilección por mandar soldados canarios, cuyas dotes de valentía, patriotismo y solidaridad eran especialmente estimadas por sus mandos. Tras esta rueda de prensa, el capitán general se despidió de los periodistas, los cuales reiteraron a S.E. su felicitación”.

Otra crónica del 2 de marzo de 1958, desde el África Occidental Española, así decía: “tropas canarias han tomado parte en las operaciones del Sáhara contra las bandas armadas marroquíes, demostrando en estas operaciones que el soldado canario siempre es insuperable en sus virtudes militares. Su resistencia, su constante y eficaz trabajo, su serenidad y su espíritu deportivo han sido muy notados ante aquellas tropas, para las que sólo caben elogios”.
De lo que sucedió en aquella guerra, este periódico, El Día, narró la realidad, muy por delante de otros diarios nacionales. Prueba de ello es lo que publicó este diario, que así decía: “especialmente dolorosa para las autoridades y pueblo de Ifni fue la muerte del intérprete de la Delegación Gubernativa, Aliat Mulud Brain, hombre de gran competencia personal y de muy estimadas condiciones, de simpatía y bondad, murió asesinado en la noche del 4 de abril del pasado año 1957, por Hanun Farachi Abeid, natural de Gulimin (Marruecos), adonde huyó tras cometer el crimen”, El Día, 7 de marzo de 1958.
Finalmente, así hablaba a este diario el capitán general: “el éxito de las operaciones ha devuelto la paz y el orden al Sáhara español, una de las mayores satisfacciones de esta autoridad militar”, El Día, 11 de marzo de 1958.
Tanto el periodista Rufo Gamazo Rico, como Ramiro Santamaría Quesada, acompañaron en diversas ocasiones a las columnas que iban a atacar al enemigo, siendo testigos directos de lo que ellos veían y que dejaron plasmados en los artículos de la prensa.

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