Los montes se han convertido en inesperados lugares que dan cabida a vertederos incontrolados. Pocos espacios verdes quedan que no estén salpicados de residuos que constituyen un auténtico atentado del que somos víctimas todos y que trasladaremos a generaciones venideras. En los últimos días nos hemos hecho eco de fotografías de electrodomésticos abandonados en pleno monte, basura acumulada, botellas e incluso un vehículo, como el que figura al lado de esta columna y que nos ha sido remitida por un fiel lector. Lo triste es que estas imágenes dejan de ser hechos ocasionales, convirtiéndose en escenas demasiado repetidas. A cada paso que se da por nuestros montes nos topamos con vertederos incontrolados. Hace unos meses Yolanda Bel anunció sanciones millonarias contra quienes ensuciaran los montes, provocaran vertidos o contribuyeran al aumento de los vertederos clandestinos. Me consta que ya dictaron expedientes pero está claro que la vigilancia que en forma de control se establece no es eficaz. ¿Cuánto tiempo lleva este vehículo empotrado contra el árbol? Les aseguro que semanas. Y muchas. ¿Hasta ahora nadie se ha dado cuenta?, ¿qué parte se hizo del accidente en cuestión, se localizó al dueño...? Pueden completar esta lista de cuestiones con las preguntas que ustedes quieran, lo que será proporcional al grado de indignación que experimenten.
Está claro que las medidas, las amenazas y las advertencias no terminan con unas prácticas que requieren de una acción más contundente. Eso si queremos salvaguardar el espacio común que trasladaremos a las generaciones venideras. En Medio Ambiente deben cambiar radicalmente la política puesta en marcha pues se ve que las medidas impulsadas no funcionan. Quienes practican unos delitos cuyas víctimas son incontables quedan impunes. Esto ni se debe permitir ni debe continuar. Si mi apreciada Yolanda Bel necesita más medios de apoyo debe solicitarlos puesto que lo que se invierta en el cuidado del medio ambiente y en la persecución de este tipo de atentados repercutirá en el bienestar común.