Arte refugiado en el CETI

Lleva una ‘exposición’ de su obra en el teléfono móvil. Videos y fotografías de su trayectoria artística en Argelia, de donde es natural.

Llegó a la ciudad autónoma hace diez días y, desde entonces, reside en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) donde se ha integrado en el grupo de compatriotas acogidos en las instalaciones del Jaral. Nabil Saïdi, de 62 años, es otro de esos testimonios que pasan desapercibidos entre las paredes del centro.   

Repasa momentos albergados en la memoria de su celular. Uno de ellos, sobre el que realizó mayor número de filmaciones, es el capturado en la ciudad costera de Bejaia. Este artista sexagenario, con una edad poco habitual para inmigrar, muestra una de sus creaciones titulada Cascada Salvaje, una fuente elaborada con cemento, rocas y distintos colores que simula el desnivel brusco de un cauce de agua, a ratos similar a un accidente geográfico real y otros más parecido a un paisaje lunar. Esta escultura no es aislada y puede encontrarse en la piscina de distintos hoteles argelinos, aseguró este acogido en el Jaral.
La pintura es otra de las disciplinas artísticas cultivadas por Saïdi, quien se declara en contra del Gobierno de Abdelaziz Bouteflika -vuelve a ser candidato a la Presidencia de su país-, y recuerda que buscaba la inspiración en las playas y paisajes bucólicos de su tierra.
Otra de las manifestaciones de sus destrezas supone la elaboración de manualidades con botellas de vidrio y arena mezclada con colores. Aunque estos trabajos con material reciclable también forman parte del contenido de las asignaturas de educación artística, este residente en el CETI demuestra su precisión en el depósito de los sedimentos hasta el punto de formar su propio rostro.
Uno de los vídeos que guarda en su móvil, grabado en su domicilio, recupera la gran cantidad de botellas que encierra con un tapón de corcho paisajes y figuras geométricas. Incluso realizó una lámpara con la bombilla en el interior del cristal que proyectaba las pinturas aplicadas sobre su superficie. Sin embargo, aclara, “ésto no es un negocio, es mi forma de canalizar cuáles son mis sentimientos”.
En Argelia, tiene mujer y cinco hijos, el mayor de 36 años. Su intención es traer a su esposa a España cuando obtenga la documentación. De momento, tiene cita en la Oficina de Extranjería para tramitar su solicitud de asilo. “Tengo muchos problemas en mi país. Me persiguen por mis ideas”, añade.

500 euros por pasaporte
Saïdi explica que atravesó la frontera del Tarajal con un pasaporte marroquí. Pagó 500 euros por la documentación de una persona con la que, señala, guardaba similitudes físicas. A excepción del pelo, que él lo llevaba largo y tuvo que cortárselo para parecerse al verdadero titular del documento. Una vez superó el control, se lo devolvió a la persona que preparó su pase a Ceuta.
El artista quiere permanecer en España porque, destaca, “estoy enamorado de este país, su gente y cultura”. Está interesado en contactar con alguna asociación artística que le permita seguir creando -trajo sus herramientas- y le gustaría pasar su testigo a niños que compartan sus inquietudes artísticas. Aunque ahora, lo que verdaderamente necesita son unas gafas porque, con su edad, “se notan los años esforzando la vista para convertir mi arte en realidad”.