-
La asociación vecinal pide que se reincorpore este servicio debido a las carencias en la barriada, entre ellas el estado de las rampas
A las numerosas quejas de los vecinos del Príncipe Alfonso respecto a la situación de la barriada y las carencias que ésta presenta, ahora se suma una más: la relativa a la retirada de una brigada de Obimace que llevaba a cabo pequeñas obras en el barrio.
Dos oficiales y cuatro peones conformaban esta brigada que desde hace al menos diez años se encargaba de acometer estas reformas a demanda de los vecinos. “Llevaban a cabo un trabajo de mantenimiento y de reparación de ciertos elementos, como barandillas, rampas y cosas sencillas”, explicó el presidente de la asociación de vecinos de Príncipe Alfonso, Abdelmalik Mohamed, Kamal.
Pero desde hace tres meses todo ha cambiado. Sin previo aviso y sin que, de momento, se conozca el motivo, se dio por finalizado el servicio acometido por esta brigada. “No sabemos si por falta de personal, aunque no creo que sea por eso ya que Obimace tiene suficientes trabajadores, pero que hayan retirado la brigada es injusto”, comentó Kamal.
Esta decisión ha llevado a una serie de trabajos inconclusos que son “fundamentales” para los vecinos de esta populosa barriada. “Hay rampas que necesitan ser reparadas para el paso de personas con discapacidad o carritos de bebé. Hay vecinos que no pueden andar y los tienen que trasladar en camilla desde el hospital y para ello necesitan la rampa”.
Kamal lamenta que un servicio que “funcionaba tan bien”, haya sido retirado sin previo aviso y sin que hayan recibido una explicación al respecto. “Facilitaba la vida a los vecinos porque durante todo el año realizaban pequeñas reformas muy necesarias y de una forma muy efectiva”.
La asociación de vecinos reclama la reposición de este servicio ya que ahora las obras las acometen desde la Ciudad, pero sufren más demora a la hora de ejecutarse. “La burocracia es lenta y aunque llamamos para que vengan a arreglar algo, tardan mucho, mientras que la brigada de Obimace venía de inmediato”.
Mientras esa burocracia actúa, los vecinos viven entre losetas y escalones rotos, rampas sin reparar, necesarias para el traslado de muchos ciudadanos, arquetas levantadas o barandillas desprendidas.