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Al no contar con trabajadores del Plan de empleo, la higiene no es la más adecuada y los propietarios se deben encargar de la limpieza
Los usuarios del parque de perros ubicado en los bajos de la Marina han vuelto a manifestar su malestar ante lo que consideran una “falta de interés” por parte de la Ciudad, después de que se clausurara durante tres días para ejecutar unas mejoras y que “no tuvieron en cuenta nuestras necesidades más urgentes”, afirman.
Si bien una de las medidas fue la colocación de farolas, los usuarios aseguran que son “innecesarias” ya que la iluminación “era suficiente con la instalación de unos focos este invierno”.
El parque de perros ya no cuenta con el apoyo de los trabajadores del Plan de empleo, que se encargaban de la limpieza y el mantenimiento, desde su finalización. “El parque está hecho un desastre higiénico-sanitario y nos hemos tenido que organizar en cuadrillas de limpieza como siempre hacemos cuando pasan estas cosas”, comenta una de las afectadas.
Cansados de esperar una respuesta a ésta y otras demandas, han remitido un escrito a la Consejería de Medio Ambiente enumerando las principales quejas, entre las que se encuentra el restablecimiento de un servicio de vigilancia nocturna, de 22.00 a 04.00 horas, de jueves a sábado.
También exigen una solución eficaz a los faldones de las vallas de acceso (tanto delantera como trasera), ya que la “mala calidad” de los materiales utilizados han producido desgarres y agujeros por los que los perros de pequeño y mediano tamaño pueden escapar. También piden la reparación, con carácter urgente, del vallado posterior que fue destrozado por un vehículo hace varios meses a fin de evitar que los perros puedan escapar de la zona de animales poco socializados y perras en celo y que ha quedado inutilizable desde entonces. En esta zona exigen una fuente y un banco para los propietarios.
La colocación de toldos que procure sombra a los propietarios y a los perros y de la segunda pérgola con bancos y mesas en el lugar en el que se encontraban las paradas de autobús, también aparece entre sus reivindicaciones.
Los dos bebederos que se colocaron hace un tiempo requieren de una base auto-vaciante aún pendiente de instalación.
A nivel de infraestructuras, los nuevos bancos de la zona de juego de los perros se encuentran en un lugar que lastima a los perros al correr, por lo que reclaman que se desplacen, además de instalar un sistema de rasillones para evitar caídas de personas y animales por culpa de los canalones que han quedado al descubierto al retirar la gravilla el pasado año.
El césped se está levantando por lo que reclaman a Medio Ambiente que la empresa adjudicataria de la obra cumpla con su mantenimiento, en base a la garantía de tres años acordada.
En cuanto a la normativa de acceso al parque, solicitan una modificación por la cual se prohíba el acceso a los menores de 16 años no acompañados por adultos así como una prohibición de entrar al recinto sin perro. También consideran aconsejable que se impida el uso de los obstáculos por parte de los niños, por su propia seguridad y para evitar su destrozo.
Por otra parte, al margen de las peticiones en esta zona, los propietarios de perros piden el vallado acordado de una parte de la playa Santa Catalina con el fin de evitar los “enfrentamientos que se vienen produciendo año tras año con los usuarios” de esta playa. “Un vallado en condiciones permitiría delimitar una zona de uso exclusivo para los perros y sus propietarios, sin quejas concernientes a orina, salpicones de arena o agua o ladridos”.