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Miles de vecinos residen en una calle que nunca ha sufrido mejoras salvo obras menores de Obimace
Se sienten abandonados y quieren refrescar la memoria de las Administraciones “que tanto bombo dieron a un proyecto muy necesario y aplaudido, pero que ha terminado sin presupuestar y en los cajones de alguna oficina del Ayuntamiento”, explica el presidente de la Asociación de Vecinos de Príncipe Alfonso, Abdelkamil Mohamed. Habla de la “lamentable situación” de la Calle Este. Son cerca de un millar, las viviendas que conforman la principal de las arterias de la barriada y se calcula que en ella habitan cerca de 5.000 personas según los cálculos de la Asociación de Vecinos.
“Hay fugas de agua tanto potable como fecales, las calzadas están intransitables, todo está lleno de malas hierbas y basura y llevamos ya mucho tiempo diciendo que urge la remodelación de la calle Este”, apunta Mohamed. Uno de los problemas que consideran más grave es que sigue habiendo cortes de agua e incluso en el suministro eléctrico. “Hay que mejorar también la red eléctrica. Aquí nunca se ha hecho nada salvo pequeñas actuaciones de Obimace para mejorar la accesibilidad de esta calle, pero hablamos de obras menores y puntuales”, reclaman los vecinos.
En su día fue la propia Ciudad la que accedió a que fueran los habitantes de la barriada a través de la Asociación Vecinal los que establecieran las prioridades de las mejoras en la zona. De aquello ya han pasado unos años “y pese a que dejamos claro que esta calle requería mejoras indispensables, seguimos como siempre”. A partir de ahí, se mejorarían todas las calles desde la parte superior de la barriada a las más inferiores progresivamente. “Se nos había prometido la renovación de los servicios básicos, pero no ha sido así”, lamenta el portavoz vecinal recordando que eso es lo más básico para el bienestar de todos los habitantes de la calle.
Los vecinos están además preocupados por la salud de los niños de la zona que día tras día conviven con la oruga procesionaria, con un poder urticante y cuyas larvas suponen un riesgo serio para las personas. Inhalar los finos pelos de la oruga puede producir reacciones alérgicas y las procesiones de orugas están en caminos transitados como puede ser el necesario para llegar a la escuela.