El PSOE no quiere apoyar los Presupuestos del Estado para el año 2017. Según dicen, las medidas del PP no son coincidentes con las que ellos desean para España. Llegados a este punto, se me plantean una serie de dudas.
Una. ¿Por qué se abstuvieron y, por ende, “regalaron” el Gobierno a un partido débil, sin mayoría, un partido que alardeaba en múltiples foros de no negociar muchas de las reformas que habían acometido y que habían supuesto el empobrecimiento y empeoramiento de la calidad de vida de los españoles y las españolas?
Dos. Mariano Rajoy presiona y amenaza (algo que ya, por repetitivo, ni siquiera es sorprendente; parece que haya hecho del chantaje su bandera) argumentando que si el PSOE no apoya los Presupuestos no intentará más acuerdos, directamente irá a elecciones generales. De nuevo, la amenaza, el chantaje. De nuevo el runrún colectivo de “si no me das lo que quiero, la ciudadanía pagará el coste”. Y, lo peor de todo, es que lo utiliza porque ya le funcionó. El PSOE ya claudicó. Ya se abstuvo. Porque los españoles y las españolas no merecen ir a nuevas elecciones y sentir que su voto es inútil, argumentaron entonces los socialistas. Y le facilitó el Gobierno. Ahora no apoyan los presupuestos. ¿Porque no pueden, verdad? ¿Aún hay que aparentar que luchan contra las políticas del PP, que son la esperanza de este país, verdad? ¿De verdad el PSOE está ahora mismo en posición y antecedentes como para hacerle creer a la ciudadanía que lucha por sus intereses? A quien tenga un mínimo de memoria y dignidad, desde luego que no.
Tres. ¿Cuánto tiempo más pasará el partido socialista intentando vender a los simpatizantes, militantes y votantes que le queden de que luchan por España y sus ciudadanos? ¿Intentando aparentar que, lejos de entregar el Gobierno a un partido corrupto, maquiavélico y manipulador, lo que hacen es luchar por un país mejor? Hace tiempo que demostraron que lo único que les importan son sus intereses personales y ambiciones profesionales. Y no el bien común.
Dejen de intentar la cuadratura del círculo. Dejen de hacer malabarismos para que parezca que sus decisiones están impulsadas por el buen hacer, por una política marcada por la vocación de servicio público. Ya perjudicaron a este país.
Y a la gente que creía que era posible tener una España mejor. Un país del que pudiéramos, en algún momento, estar orgullosos. Contribuyeron a que eso no fuera posible. A que la clase media y trabajadora que tanto creyó en los socialistas cuando aún lo merecían, pase aún más dificultades económicas y sociales. Y eso no lo podrán cambiar, por muchos discursos que den y muchas artimañas que utilicen. Eso ya no les vale.