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La Fiscalía pedía 7 años de prisión, pero se quedaron en dos y al no tener antecedentes se suspendió y no podrá volver a Ceuta en 4 años
A finales del pasado mes de julio un joven alcanzó la costa ceutí a nado con un inmigrante que remolcaba desde la costa marroquí. Con este hecho, Ceuta volvió a revivir experiencias pasadas, como ocurrió en los años 90 cuando muchos inmigrantes fallecieron en el mar al tratar de entrar en Ceuta con un ‘motor humano’. En aquellos años, este problema logró erradicarse en tanto las condenas por tráfico de inmigrantes alcanzaban los ocho años máximo de cárcel. Con la última reforma del Código Penal, las condenas por delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros se redujeron notablemente, incluso castigándose con una simple multa. En el caso de ayer, el joven, de iniciales M.S.A.T., salió en libertad al conformarse con la pena mínima reconociéndose culpable del delito y previo acuerdo del abogado defensor y la Fiscalía. En libertad.
El juicio se celebró en la mañana de ayer en la Audiencia Provincial. El resultado fue una condena de dos años de prisión, cuando la Fiscalía pidió siete en su escrito de acusación. Dado que el joven acusado, que tiene 19 años de edad, no tiene antecedentes penales se acordó la suspensión de la pena de cárcel en tanto no cometa delito alguno en los próximos cuatro años. Igualmente, se ordenó la inmediata expulsión de la ciudad autónoma, con la prohibición de entrar a Ceuta por un periodo igual, cuatro años.
Lógicamente, la directriz del tribunal fue clara: “Queda usted en libertad, pero tiene que abandonar Ceuta hoy mismo”. La jurisprudencia que sentó en los años 90 la Audiencia, con penas de siete años de prisión por esta práctica del ‘motor humano’ que incluso se internacionalizó, ha quedado ya reducida a una pena mínima que lo que en su día fue un elemento disuasorio entre los que se animaban a realizar estos pases, pueda ahora volver a ‘ponerse de moda’.
Los hechos ocurrieron el pasado 25 de julio de este año en la playa del Tarajal. El joven, ataviado con un traje de neopreno y unas aletas, actuó de ‘motor humano’ para facilitar la entrada irregular a la ciudad autónoma de un joven somalí quien le había pagado 1.500 euros por el ‘pase’.
En la sentencia firme dictada ayer en la Audiencia el tribunal contempló que el acusado puso en peligro la vida del inmigrante al cruzar a nado y sin medidas de seguridad el mar y llegar a Ceuta por la bahía sur. El acusado, aunque aceptó este hecho, precisó que el inmigrante llevaba un chaleco salvavidas, medida que consideró suficiente para que el ‘pase’ se hiciera con “seguridad”. Hay que tener en cuenta también, como refleja el escrito de acusación que tanto el acusado como el inmigrante atravesaron el mar a nado, por la noche, con marejada, bajas temperaturas y sin medidas de seguridad.
No obstante, esta apreciación no fue tenida en cuenta por el tribunal en tanto que los términos del acuerdo ya estaban determinados y por el que el joven salió ayer mismo en libertad.