Un grupo de miembros de la Casa de Estudios, de distintas generaciones, honró ayer la figura de Pedro Gordillo como principal impulsor de una institución que les ayudó “no solo a ser excelentes profesionales, sino mejores personas”.
Un grupo de miembros de la Casa de Estudios (CE-70), de distintas generaciones, homenajeó ayer a Pedro Gordillo como fundador y principal impulsor de esta institución. Después de la misa celebrada en la Iglesia de Nuestra Señora de África, los asistentes se dirigieron al Hotel Puerta de África, donde tuvo lugar el emotivo acto. Una ceremonia en la que reconocieron, además de a Gordillo, a otras figuras como Enrique Cariñano, Ángel Moreda o Antonio Requena, entre otros.
Un agradecimiento a una persona que les ayudó, entre otras figuras, no solo a ser “profesionales de alguna especialidad, sino a ser mejores personas porque en ese sentido, sin duda ninguna, él era la figura representativa”, como indicó Miguel Alarcón, organizador del tributo además de profesor universitario, ya jubilado, en Formación de Profesorado de la Universidad de Cádiz (UCA). “No seríamos hoy lo que somos, desde el punto de vista humano, sin sus aportaciones”, concluyó.
“Gracias a él hay muchas personas que son excelentes profesionales y que pudieron estudiar fuera de Ceuta. Muchos de ellos están aquí y la idea es acordarnos de él”, ha explicado Rafael Jiménez, organizador y profesor de Didáctica en la Facultad de Educación de la UCA.
La socióloga Pilar Valdivia Beneroso dio lectura a un escrito con el que recordó cómo Gordillo dio forma a la idea de crear el CE-70 y la relación del padre Pedro con el fallecido doctor Abdelkrim. “Resumiendo, el padre Pedro fue una brújula para orientar la vida de muchos jóvenes de Ceuta y un timón para dirigir sus vidas. Él no se fue con las manos vacías. Se fue con sus manos llenas de todos nosotros y de nuestras vidas”, concluyó Valdivia, quien recordó que el Papa Francisco “cree que es el tiempo de la misericordia”.
“Nosotros nos limitamos escuétamente a esto, no queremos entrar en ningún tipo de circunstancia que ha rodeado la vida de nuestro amigo, porque nosotros no somos quiénes para juzgar la vida de nadie, lo mismo que muchos que juzgan la vida de otros no son capaces de autoanalizarse”, señaló Alarcón.
Los organizadores prepararon un homenaje audiovisual y, tras el afectivo encuentro, departieron y recordaron anécdotas pasadas y presentes en el aperitivo organizador por la ocasión.