Según su versión tampoco intentó escapar de la Policía, sino que tanto él como su familia pensaron que le querían secuestrar.
El entorno del joven de 22 años H.H.M., conocido como ‘hermano del Palote’ y al que acusan de disparar a un menor, defiende su inocencia y asegura que el capítulo que tuvo lugar en la barriada Príncipe Felipe, donde se dijo que él había huido de la Policía, se debió a un malentendido propiciado por la situación en la que se desarrollaron los incidentes con los agentes.
Por su parte, la defensa del joven que actualmente se encuentra en prisión preventiva ha pedido la realización de una serie de pruebas encaminadas a demostrar la inocencia de su cliente y enfocadas, principalmente, a apoyar su coartada. El chico mantiene que él no se encontraba en el lugar de los hechos a la hora que el denunciante dice y cree poder demostrarlo y, por tanto, sostiene que no participó en el tiroteo al menor que interpuso la denuncia. Las citadas pruebas están a la espera de que el juez responsable del caso decida si se deben practicar o no. En cualquier caso, desde el entorno judicial del acusado resaltan algunas incongruencias en cuanto a los hechos denunciados. No encuentran lógico que el detenido actuara en mitad de una plaza pública a cara descubierta para realizar unos disparos y, además, aseguran que debido a las lesiones que le causaron en un tiroteo contra su persona no puede correr con facilidad. La explicación es muy sencilla. Un disparo que recibió hace algunos meses le afectó al talón de aquiles y le han quedado unas secuelas que limitan su movilidad.
En cuanto al llamado ‘intento de fuga’ por las autoridades policiales, el entorno del joven detenido aporta una explicación muy simple y coherente. El chico tuvo miedo y se puso nervioso ante otro posible atentado contra su vida como el que había ocurrido unos meses atrás.
Según han relatado fuentes cercanas al joven, lo que sucedió fue que tres personas, sin identificar y sin ningún tipo de distintivos policiales, se acercaron hasta la barriada Príncipe Felipe e introdujeron al joven en un coche. La familia, al comprobar que el vehículo tampoco tenía distintivos de ningún tipo, habría arremetido contra sus ocupantes para intentar liberar al chico, logrando abrir una de las puertas y facilitando su escapada. “Hay que tener en cuenta que unos meses antes le habían disparado (al joven) y le habían herido y eso les hizo pensar lo peor”, aseguran.
El hecho de que los agentes que intentaron proceder a su detención no fueran los mismos que el día antes acudieron al domicilio del detenido y hablaron con él para informarle de su arresto habría hecho aumentar la “confusión”.
La defensa del joven sostiene que “no tiene sentido que intente escapar de la Policía cuando el día antes habían hablado con él y voluntariamente había aceptado su detención”. Esta teoría la apoya también el hecho de que se entregara más tarde.