El ex-viceconsejero de Festejos de la Ciudad Autónoma, Juan Carlos García Bernardo, fallecido el año pasado ya tiene una calle con su nombre, con lo cual se perpetuará de manera definitiva su nombre para el futuro de generaciones de ceutíes.
La calle que se ha elegido para perpetuar este homenaje de los ceutíes a quien durante los últimos años fue el responsable de la organización de los festejos, es la existente de manera perpendicular a la Calle Real, a la altura de número 102.
El acto estuvo presidido por el jefe del ejecutivo, Juan Vivas, a quien acompañaron entre otros la propia viuda de Juan Carlos García Bernardo y su hermano, quienes se mostraron muy emocionados.
Entre el presidente Vivas y la viuda de García Bernardo, Purificación Morales, retiraron la cortinilla que dejaba ver el nombre de la calle. A continuación, Puri, como es lógico, no se pudo contener y llorando se abrazó al presidente Vivas, agradeciéndole personalmente ese detalle para quien había sido su marido.
Estuvieron presentes igualmente en este acto la consejera de Educación, Cultura y Mujer, Mabel Deu, así como una gran número de integrantes de la Hermandad del Rocío de nuestra ciudad, de la que Juan Carlos García Bernardo había sido uno de sus más insignes miembros. Igualmente, también acudieron la viuda e hijo del popular comerciante ceutí ‘Tele’, donde García Bernardo había trabajado durante un gran número de años, siendo su persona de confianza.
Declaraciones
Posteriormente, Juan Vivas, en declaraciones a los medios de comunicación, significó que era para él una gran motivo de satisfacción poder participar en este acontecimiento, que contaba con la unanimidad de todas las fuerzas políticas representadas en la Asamblea, “que es tanto como decir de todos los ceutíes”.
Explicó el jefe del ejecutivo que Juan Carlos García Bernardo debía continuar dando ejemplo, aunque hubiera fallecido y que era una persona que había tenido la capacidad de trasladar a la política una de las mejores cualidades que podía tener un ser humano, que no es otra que la de ser buena persona y que “jamás había estado en la vida pública para dar codazos a los demás, intentando situarse en un primer plano”.
Le definió como humilde, generoso y que siempre acudía sin necesidad de ser llamado, para poder colaborar en todo lo que le pidieran.
Igualmente y ya para finalizar en su intervención ante los medios de comunicación, quiso dejar bien claro el presidente de la Ciudad Autónoma que era un servidor público ejemplar, fiel y honrado, además de generoso en el esfuerzo sin pedir nada a cambio.
A continuación, visiblemente emocionada, Purificación Morales tuvo unas palabras de recuerdo para su marido y agradeció a todas las personas que habían hecho posible este recuerdo a una inolvidable persona que perdurará en el recuerdo de todos los ceutíes durante muchas generaciones.