El Ejecutivo autónomo anunció, hace casi una semana, que pondría en marcha un plan de emergencia para erradicar, o al menos reducir, el número de coches abandonados, un problema prácticamente endémico en la ciudad y que dio lugar a un encuentro de urgencia entre el presidente Vivas y el consejero de Gobernación, José Antonio Rodríguez. Cuando se ha cumplido el plazo establecido para acabar con esta situación y después de que la consejería emitiera 540 expedientes de vehículos abandonados, aún quedan en las calles ceutíes alrededor de 50 coches por retirar, según los datos que ayer hacían público desde el Gobierno. El asunto le ha venido grande a Gobernación que, en lugar de intentar solucionar en menos de una semana un problema ya antiguo, más le valdría haber procedido a una retirada paulatina de los vehículos a medida que éstos iban apareciendo. Retrasar los problemas no genera más que un engorde de los mismos.