Ceuta en cuatro bocados. Esa es la propuesta del hotel parador La Muralla para todo el que quiera acercarse a sus fogones y ver lo más típico de la ciudad, gastronómicamente hablando.
Un menú de degustación al precio de 27 euros diseñado por el equipo de cocina del establecimiento, dirigido por Jesús Perdigones. “En cierta medida, Ceuta tiene por una parte la cultura gastronómica española y por otra la cultura gastronómica musulmana; las hemos tratado de unir”, asegura Perdigones.
Así, quien quiera acercarse hasta el establecimiento podrá tener la oportunidad de degustar la típica caballa, seña de identidad ceutí; “tiene algo cultural, porque en aquella época no podían pescar otros peces que viven en mayor profundidad”, apunta el cocinero. Éste ha sido, precisamente, el único plato del menú que estaba claro desde el principio.
Por el contrario, el plato “semidulce” de cuscús de pollo con cebolla caramelizada, el segundo plato servido en el menú de degustación, ha sido el que mayor número de quebraderos de cabeza ha traído al equipo de cocina, tal y como desmenuza Jesús Perdigones: “Averiguar el punto exacto en el que la cebolla caramelizada tiene sabor a canela sin que se altere la cebolla, y sin añadir azúcar ha sido lo más complicado. A ello hay que añadir que el cuscús no podía desmoronarse, lo que ha conllevado algún problema”.
Todo aquel que quiera probar el menú de degustación del parador La Muralla, verá cómo al principio es servido con unos entrantes; bonito de los secaderos de Ceuta, ensalada de verduras asadas, y una mini bregua. En este primer plato ya se puede apreciar la mezcla de culturas con la que han decidido experimentar en el parador. Después vendrá el elaborado cuscús de pollo con cebolla caramelizada, para seguir con un lomo de caballa a la moruna, y terminar con la tarta ‘Murallas Reales’, un plato que tradicionalmente se sirve en el establecimiento. Además, la comida se sirve acompañada del pan moruno, en vez de el pan castellano.
Detrás de esta receta, un mes de elaboración por parte del equipo de ocho cocineros y del resto del personal del parador, que ha sido utilizado como conejillo de indias para experimentar la receta.
La puerta, en las Murallas
El director del parador, Pedro Fernández, se muestra confiado en que el menú será “un éxito”, y en que este cruce de culturas gastronómicas resulta un gran atractivo para los turistas. “Tenemos la suerte de que dentro del parador se encuentra la antigua Puerta Califal. El nombre también quiere significar que Ceuta es la puerta a España desde África”, añade Fernández.
Todos los menús de los 93 paradores tienen un precio de entre 27 y 29,50 euros, “que no es caro para su calidad”, según Pedro Fernández. Si los ceutíes pretenden visitar de aquí a fin de año este ‘Arte breve de cocina’, podrán pasar entre los recovecos de su paladar el gratinado de queso Idiazábal, el tomate a la mojama de Mojácar, las polkas de Torrelavega, o los dulces de leche del castillo de Olite.
Ceuta en cuatro bocados. Esa es la propuesta del hotel parador La Muralla para todo el que quiera acercarse a sus fogones y ver lo más típico de la ciudad, gastronómicamente hablando. Un menú de degustación al precio de 27 euros diseñado por el equipo de cocina del establecimiento, dirigido por Jesús Perdigones. “En cierta medida, Ceuta tiene por una parte la cultura gastronómica española y por otra la cultura gastronómica musulmana; las hemos tratado de unir”, asegura Perdigones.Así, quien quiera acercarse hasta el establecimiento podrá tener la oportunidad de degustar la típica caballa, seña de identidad ceutí; “tiene algo cultural, porque en aquella época no podían pescar otros peces que viven en mayor profundidad”, apunta el cocinero. Éste ha sido, precisamente, el único plato del menú que estaba claro desde el principio.Por el contrario, el plato “semidulce” de cuscús de pollo con cebolla caramelizada, el segundo plato servido en el menú de degustación, ha sido el que mayor número de quebraderos de cabeza ha traído al equipo de cocina, tal y como desmenuza Jesús Perdigones: “Averiguar el punto exacto en el que la cebolla caramelizada tiene sabor a canela sin que se altere la cebolla, y sin añadir azúcar ha sido lo más complicado. A ello hay que añadir que el cuscús no podía desmoronarse, lo que ha conllevado algún problema”.Todo aquel que quiera probar el menú de degustación del parador La Muralla, verá cómo al principio es servido con unos entrantes; bonito de los secaderos de Ceuta, ensalada de verduras asadas, y una mini bregua. En este primer plato ya se puede apreciar la mezcla de culturas con la que han decidido experimentar en el parador. Después vendrá el elaborado cuscús de pollo con cebolla caramelizada, para seguir con un lomo de caballa a la moruna, y terminar con la tarta ‘Murallas Reales’, un plato que tradicionalmente se sirve en el establecimiento. Además, la comida se sirve acompañada del pan moruno, en vez de el pan castellano.Detrás de esta receta, un mes de elaboración por parte del equipo de ocho cocineros y del resto del personal del parador, que ha sido utilizado como conejillo de indias para experimentar la receta.
La puerta, en las MurallasEl director del parador, Pedro Fernández, se muestra confiado en que el menú será “un éxito”, y en que este cruce de culturas gastronómicas resulta un gran atractivo para los turistas. “Tenemos la suerte de que dentro del parador se encuentra la antigua Puerta Califal. El nombre también quiere significar que Ceuta es la puerta a España desde África”, añade Fernández.Todos los menús de los 93 paradores tienen un precio de entre 27 y 29,50 euros, “que no es caro para su calidad”, según Pedro Fernández. Si los ceutíes pretenden visitar de aquí a fin de año este ‘Arte breve de cocina’, podrán pasar entre los recovecos de su paladar el gratinado de queso Idiazábal, el tomate a la mojama de Mojácar, las polkas de Torrelavega, o los dulces de leche del castillo de Olite.