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La AAVV Santiago Apóstol planea el medio siglo de tradición con emoción. Las nuevas generaciones demandan presencia institucional como antiguamente
Santiago Apóstol volvió a salir. Lleva procesionando por las calles del Morro desde 1971. Y sus fieles, pocos pero incondicionales, allí estaban. Acompañándolo. Tras la ceremonia en la Iglesia de Santa Teresa con la imagen tutelando a todos los asistentes, llegó uno de los momentos más esperados, la salida del templo. Minutos antes, uno de sus portadores, Antonio Jesús Bolaños, explicaba lo que significaba para él acompañar a Santiago Apóstol: algo que va más allá del día grande. Que reúne a amigos y vecinos en torno al patrón de España y animaba a todos a seguir participando en la ofrenda floral, la procesión y todas las actividades que rodean su culto.
La Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Caído y Virgen de la Amargura, dirigida por Miguel Ángel Seglar, puso banda sonora a una procesión entrañable que, como cada año, lleva mucho esfuerzo detrás y que las nuevas generaciones luchan para que no se pierda. Así lo explicaba Francisco Egea, vocal de la Asociación Vecinal Santiago Apóstol. Tratarán de recuperar el festivo y que las autoridades acudan a la cita. Este año se restaurará la imágen y se mejorará el paso y dentro de cuatro años se cumple medio siglo de una salida procesional que se va a celebrar por todo lo alto.
Fieles, como Isabel, no faltan a la cita desde hace 46 años. No puede evitar emocionarse al recordar la entrega multitudinaria de un barrio al patrón de España y que ahora, pese al empuje de unos pocos y las ganas de seguir adelante con la tradición, se ve mermada. “Venía con mis padres, entonces todo el barrio se volcaba. Ahora somos muy pocos y la verdad se me han caído las lágrimas al pensar en aquellos años”, reconocía.
Y hubo unas palabras emocionadas y de recuerdo para la vicepresidenta de la AAVV, África, que no pudo asistir este año por motivos familiates y a la que se echó mucho de menos.