La frontera cerrada a cal y canto. Los accesos al Hospital y a la barriada Príncipe Felipe convertidos en una ratonera. Un problema que no encuentra solución por parte de las autoridades. Desde las 3 de la tarde el conflicto ha vuelto a producirse en la frontera tras la decisión tomada por Marruecos de que no entrara ningún vehículo en su país, ni siquiera las motos, que son siempre las que se salvan cuando se producen los colapsos.
Los vehículos llegaban hasta la barriada de Miramar, en los accesos al Hospital un verdadero tapón, con automóviles que se encontraban ya a la altura de la promoción de las 225 viviendas. En la zona de Príncipe Felipe, más de 150 metros de cola que hace que los últimos coches lleguen hasta la misma entrada casi del Tarajal II. La mayor parte son vehículos matrícula de Marruecos que se dedican al porteo, pero a los mismos se han unido también más de 200 automóviles, conducidos por ceutíes, que encuentran en el transporte de mercancías a Marruecos una salida a su débil economía.