La decisión adoptada por la Mesa de Contratación de adjudicar a la Clínica Radón la concesión del terreno para la construcción de la nueva clínica de radioterapia es el punto y final de un proceso administrativo que era la piedra angular de ese proyecto que debe finalizar con la existencia en nuestra ciudad de unas instalaciones que permitan a los enfermos oncológicos a no cruzar el Estrecho para recibir el tratamiento. Lo que hace dos o tres años se veía como una quimera, ahora se encuentra más cerca. El primer paso, esencial, como es el contar con el terreno ya se ha dado. No era nada fácil, pero lo cierto es que se ha logrado. Por otro lado, la Clínica también en este tiempo de espera ha debido convencer a los nuevos propietarios del grupo Oncosur, una multinacional australiana, de que el proyecto era importante y que no se debía aparcar. Lo consiguieron. Radón ya ha dado las ordenes oportunas para que sus técnicos comiencen a redactar el proyecto, mientras que ahora tanto la Ciudad Autónoma como el Ingesa deben terminar de sustanciar el aspecto económico que es necesario para hacer viable la presencia de estos especialistas en el mundo de la oncología en Ceuta. Cada parte debe cumplir con los compromisos que adquirieron en su día. Desde luego, todo apunta a que para el año 2018, Ceuta contará ya con su clínica de radioterapia. Estamos en el buen camino, confiemos en que nada, ni nadie haga que se tuerza en el tiempo que queda para su resolución definitiva.