Hoy sería necesario que fuera un día de reflexión. Un día para analizar si la actuación que se tuvo ayer con las gestiones para repatriar el cuerpo del joven Ibrahim a Tetuán fue correcto. Un hecho tan cruel, como perder a un hijo fruto de un crimen, solo tenía una actuación correcta, ‘reunir’ cuanto antes a la familia para todos ‘descansen’. Por ello, todos los implicados, desde el viernes, se pusieron manos a la obra para agilizar los trámites para poder cruzar la frontera. Así lo hizo la funeraria y la familia para gestionar los papeles y el dinero para cruzar la frontera. Todo listo ayer a las 13.00 horas salvo por un sello. Un sello que debía poner la autoridad sanitaria que diera luz verde a este reencuentro y descanso para todos. Pero ese sello no llegó hasta las 21.00 horas que la caja logró cruzar la frontera. ¿Qué pasó en Sanidad? ¿Era necesario prolongar el dolor de la familia? La respuesta para cualquier madre, padre, hermano, hermana... es sencilla. No. Porque en estas circunstancias se pudo y se debió mostrar un poco de tacto e intentar poner un granito de arena para agilizar las gestiones, como todos hicieron, pero faltó un escalón por subir. La familia de Ibrahim pudo haber descansado ayer enterrando a su hijo, pero no será hasta hoy cuando puedan darle sepultura. Por eso, hoy algunos deberían reflexionar sobre lo ocurrido y ver si se pudo haber hecho algo más, o si se puede hacer algo más en adelante.