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El dueño dijo no ver puertas forzadas, pero afirma que le robó una caja de herramientas de cuya existencia duda el abogado defensor
“Parece que a mi cliente se le presume una delincuencia sólo por ser de origen argelino y, aún acogido en el CETI, vive en la calle”, aludió ayer el abogado defensor de un ciudadano argelino acusado de un robo de una caja de herramientas en una furgoneta. El caso quedó visto para sentencia después de que el acusado rechazara un acuerdo con la Fiscalía. Sostuvo su inocencia ante la juez de lo Penal 1 de nuestra ciudad y negó que se encontrara el pasado 26 de diciembre en el interior de una furgoneta en un aparcamiento en la Avenida España. Según el denunciante, el hombre H.B.N., se encontraba en el interior de la furgoneta, donde le sorprendió. Además, añadió que según le contó una mujer el acusado habría estado “viviendo” en el vehículo durante una semana, justo el tiempo que no había vigilado su furgoneta, que pretendía vender.
El ciudadano argelino aseguró que él se encontraba en unas escaleras cercanas cuando fue agredido, sostuvo, por tres personas, una de ellas el propietario de la furgoneta, su hermano y una persona más. El dueño del vehículo reconoció que hubo forcejeo con la persona que encontró en su automóvil porque quiso evitar que huyera hasta la llegada de la policía. En este forcejeo fue ayudado por su hermano y una tercera persona, que sería el posible cliente que le iba a comprar la furgoneta.
El denunciante también dijo que tenía una caja de herramientas en el interior del vehículo, pero a juicio del abogado defensor, el propietario no ha acreditado “por ningún medio” la existencia efectiva de esa caja y, teniendo en cuenta que dejó de vigilar su vehículo durante una semana, bien pudo haberse dejado alguna puerta abierta, pues, tal y como reconoció la víctima no halló ninguna de las puertas forzadas.
Uno de los agentes del CNP que intervinieron en los hechos explicó que su compañero sí vio ciertos signos de “manipulación” en una de las cerraduras, pero precisó que no podían establecer una relación directa entre esa presunta “manipulación” con el acusado.
El Ministerio Fiscal mantuvo su acusación y pide cuatro años de prisión por un robo con violencia, si bien la defensa considera que no ha quedado probado ninguno de los requisitos para condenar a una persona por este tipo de robo. También pide una multa de tres meses a quince euros diarios y una indemnización a la víctima por la lesión sufrida en la muñeca, que para la defensa no ha quedado probado que se hiriera por culpa de su cliente.