Aunque digan lo contrario, al final, la Justicia no es igual para todos. Por un lado, los procedimientos civiles y, por el otro, bien distinto, los militares. Durante casi un año nadie ha sabido nada de como la Justicia Militar estaba analizando las posibles implicaciones del Ministerio de Defensa en el incendio que se produjo en el mes de octubre de 2015 en el Monte de la Tortuga. Todos sabemos a estas alturas que los ejercicios de tiro que durante ese día realizaron los integrantes de la Legión fueron el detonante de un fuego que calcinó casi 30 hectáreas. Hasta en la primera nota de prensa de la Delegación del Gobierno, para narrar los hechos ocurridos, ya se hablaba de la responsabilidad de estos ejercicios militares.
Y afirmo que la Justicia no es igual para todos, porque resulta que tanto el partido Caballas como la asociación ecologista Septem Nostra presentaron las consabidas denuncias en el Juzgado. Al final, se inhibió el magistrado que lleva la investigación sumarial en favor de la Justicia Militar. Sin embargo, ahí no entra nadie que no vista uniforme. No se da audiencia a los partidos y asociaciones que han presentado sus correspondientes denuncias. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen. A estas alturas no se conocen ni las razones que han llevado al Juzgado Togado Militar Central a decretar el archivo de la causa. No hay responsabilidades penales por parte del Ministerio de Defensa, leáse Comandancia General de Ceuta, leáse Tercio Duque de Alba II de la Legión. Pero no importa, si mañana usted va al monte, se fuma un cigarrillo y lo tira al suelo, produciendo un incendio, como se pueda demostrar la culpabilidad de quien lo arrojó, usted va a la cárcel por un delito medioambiental. Eso más que seguro. Pero en el mundo militar no hay delitos medioambientales. Si hasta el comandante general entonó en el discurso de la Pascua Militar de este año el ‘mea culpa’.
Siempre he mantenido que el Ministerio de Defensa, dentro de un equipo ministerial, es un Gobierno dentro de otro Gobierno. Van a su aire y funcionan de otra manera bien distinta. No es que sea una casta diferente, es que al final es una tradición de esta tierra nuestra tan querida. Son tics que quedan y como se dice también, la anécdota del banco pintando del Ejército. Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. No solamente sigue siendo Defensa el mayor propietario de terrenos de nuestro municipio, sino que también ha sabido venderlos al Ayuntamiento a precio de oro, no regala nada y encima resulta que cuando destrozan una parte de nuestro patrimonio natural, no pasa nada de nada. No hay responsabilidad y lo ha dicho un militar por un hecho protagonizado por otros militares.