La entrada de inmigrantes a Ceuta no se puede convertir en una carrera para ver quien es el primero que toca suelo español y de esta manera permitirse que su suerte cambie. Al CETI y dentro de unos meses a la Península. Entiendo que la defensa de las fronteras de un país es algo más serio. Por ello, a pesar de que se repitan una y otra vez las escenas de esas entradas irregulares y los consiguientes comunicados de ONG y de organismos internacionales, la verdad es que no lo termino de entender.
Para entrar en un país se exigen una serie de requisitos que cualquier ciudadano de un país extranjero debe cumplir. Si ese ciudadano no lo cumple y es interceptado, de manera rápida se le devuelve a su país de origen o bien al país de donde proviene. Es un mecanismo que funciona en todos los países, comenzando en lo que muchos consideran la panacea de la democracia con son los Estados Unidos. Por tanto, entiendo que los inmigrantes subsaharianos buscan una vida mejor y que España les ofrece la oportunidad de vivir de otra manera. Es más, en cuánto pisan suelo español tienen garantizados todos sus derechos. Sin embargo, entramos en una dinámica que se repetirá con los años. Pero vuelvo a repetir que nunca podré estar de acuerdo con las ONG, porque todo país tiene derecho a la defensa de sus fronteras.
Lo que, desde luego, sí me ha molestado ver esas imágenes de policías marroquíes con unos palos casi tan altos como ellos, en el camino entre las dos vallas, golpeando a diestro y siniestro mezclándose con los guardias civiles. Lo que Marruecos haga en su territorio es responsabilidad de ese país y, por tanto, como nación soberana no entraré en criticar o no criticar sus métodos. Pero el camino entre las dos vallas es territorio español y, por tanto, somos una Nación donde se respetan los Derechos Humanos. Alguien, por supuesto, falló en este control y no hacerles ver que estaban fuera de su jurisdicción.
A mí me parece que este último intento de entrada de inmigrantes a nuestra ciudad no terminará de manera tan fácil. Aquí, algunos intentarán estirar el chicle todo lo que puedan porque resulta que les viene bien para sus propios intereses. Mientras más ruido hagan mejor para todos ellos.