Si la apertura del auditorio del Revellín había tenido todos los requisitos necesarios fue el objeto de una interpelación de Caballas, a través de Juan Luis Aróstegui, al equipo de gobierno.
Reflejó que el entonces presidente de Procesa había solicitado la licencia de apertura el dieciséis de febrero y que en ocho días habían logrado la solución de todos los trámites, cuando a muchos empresarios les tienen meses dando vueltas por el Ayuntamiento solicitando papeles y más papeles.
Acusó igualmente de que no se había cumplido con algunos requisitos como un plan de evacuación, entre otros.
La consejera de Educación, Mabel Deu, negó todos los extremos y reflejó que los ceutíes habían logrado tener por fin un teatro en condiciones como era un clamor popular.