España se ha citado con la historia. El próximo domingo, a las ocho y media de la tarde, el equipo entrenado por Vicente Del Bosque disputará, por primera vez, la final de un Campeonato del Mundo. Todas las previsiones que se habían realizado en los meses próximos al Mundial se han cumplido, pero con más esfuerzo de lo previsto, porque todas las selecciones, incluída la alemana, han demostrado una miedo como nunca a nuestro país. El gol marcado por Puyol, de auténtica raza, pasará a la historia, al igual que el de Marcelino a Rusia o el de Torres a Alemania en la pasada Eurocopa. Todo un país detrás de una selección, la roja, que está marcando una época y a la que aún le falta la guinda, pero, a buen seguro, que con el empuje detrás de cuarenta y tres millones de españoles no habrá selección holandesa que pueda con el equipo capitaneado por Iker Casillas. Lo que se vivió ayer en todos los rincones de España ha sido uno de los momentos más gratos que se recuerdan en los últimos decenios.